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PolíticaDerechoBiografía

Reno, Janet (1938-VVVV).

Fiscal General de Estados Unidos, nacida en 1938. Hija de periodistas, ella prefirió no seguir la tradición familiar y se decidió por la carrera de leyes. Se graduó por las Universidades de Cornell y Harvard. Comenzó a ejercer su profesión en Florida en 1972, y en poco tiempo captó la atención de sus superiores. En 1978 fue nombrada fiscal general del condado de Dade (Florida), que incluye la ciudad de Miami, con lo que se convertía en la primera fiscal general femenina de Florida, cargo que ha ocupado durante quince años. Su primera labor fue reorganizar y mejorar la efectividad de la Oficina de los Fiscales de Florida, que en aquel entonces estaba abrumada por un incremento alarmante en el número de procesamientos relacionados con el narcotráfico.

Poco a poco y caso a caso, Reno logró mejorar la actuación de su oficina y se fue ganando tanto el respeto de sus fiscales como el de la comunidad. En 1985 los fiscales a las órdenes de Reno lograron condenar a Alberto San Pedro, conocido como "el gran corruptor de Hialeath" y, en 1988, después de un procesamiento que duró tres años, ayudó a los fiscales federales a declarar culpables a tres policías de Miami acusados de operar en una red internacional de narcotráfico y asesinatos.

Recientemente, la Oficina de los Fiscales de Florida, dirigida por Reno, llevó ante la Justicia a varios jueces del gobierno local acusados de haber aceptado sobornos. A lo largo de estos años, sus actuaciones le han valido una reputación de "impecable honestidad", por su tenacidad para procesar autos contra la corrupción y los abusos infantiles y juveniles.

El 11 de febrero de 1993 el presidente norteamericano Bill Clinton nombró a Janet Reno Fiscal General de Estados Unidos, lo que equivale a ministro de Justicia. Considerada ésta como una de las cuatro carteras más importantes del gabinete, el presidente tenía especial interés en que fuera ocupada por una mujer. El nombramiento de Reno cuajó después de dos intentos frustrados. Clinton la ha calificado después de su nombramiento como "una combatiente de primera línea contra el delito", con una vida dedicada al servicio público. Es conocida por su firmeza en la defensa de los derechos civiles y los de la infancia, sobre todo en los casos de niños maltratados y abusos de menores. Encuadrada en el ala izquierda del Partido Demócrata, en sus primeras declaraciones Reno manifestó su oposición a la pena de muerte, postura diferente a la del presidente, aunque aclaró que acataba las leyes vigentes y que, por tanto, estaría dispuesta a aplicar la máxima pena si fuese necesario.

En 1993, el primer año de su mandato y el primero de la presidencia de Clinton, se enfrentó a los sucesos de Waco, donde una secta de fundamentalistas armados se atrincheró. Tras semanas de duras negociaciones la operación ordenada por Reno acabó con la muerte de 80 miembros de esa secta. Siete años después volvió a enfrentarse a un arduo asunto que puso a prueba su paciencia en las negociaciones. Se trató del caso de Elián González, el niño cubano encontrado asido a un neumático cerca de las costas de Miami tras el naufragio de la balsa en la que trataba de llegar a Estados Unidos y en el que murió su madre con el resto de la tripulación. Una lucha encarnizada entre los familiares cubanos exiliados en Miami y el padre y abuelos del pequeño residentes en Cuba por la custodia del pequeño, obligó a Janet Reno a tomar una decisión poco satisfactoria para la comunidad cubana de Estados Unidos: el menor debía volver con su padre, al margen de consideraciones políticas. La sustracción de Elián de los brazos de un familiar en su casa de Miami fue una imagen que dio la vuelta al mundo, y demostró, que pese a la dureza de las decisiones, Janet Reno es capaz de aplicar la ley en sus justos términos.

A estos conflictos cabe añadir en el historial de Reno el pulso del Departamento de Justicia con dos grandes colosos de la economía norteamericana: las tabacaleras, a las que Reno quiere hacer pagar el enorme coste que supone para la sanidad pública la adicción a la nicotina; y la compañía informática Microsoft, a la que acaba de obligar a su desmembramiento para solucionar el problema de su situación monopolista en el mercado.

Reno, que elude la publicidad y huye del estrellato, es una figura muy accesible dentro del gobierno estadounidense, lo que le ha granjeado numerosas críticas de enemigos al mismo tiempo que elogios entre sus simpatizantes. Desde hace unos años padece el mal de Parkinson, que evolucionó desde un ligero temblor en la mano izquierda hasta una creciente falta de control en los movimientos de las dos manos. Sin embargo, siempre ha comentado que no le molestan los síntomas y no ve ninguna razón por la que tenga que molestar a terceros, por lo que interrumpió una medicación que, dijo, le impedía estar todo lo despierta que su cargo exige.

Muy conocida entre las organizaciones feministas, se ha declarado partidaria del derecho al aborto. Janet Reno está soltera y no tiene hijos.

Autor

  • Sánchez