A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
HistoriaLiteraturaBiografía

Publilio Siro (s. I a.C.).

[Literatura] Escritor y actor de mimos, contemporáneo de Julio César (primera mitad del siglo I a.C.).

Poco se conoce a propósito de su vida. Nació como esclavo en Siria, según se desprende de su nombre Syrus y, según Plinio el Joven (Nat. Hist. XXXV 199), en Antioquía concretamente. Ignoramos la fecha aproximada de su nacimiento. Fue llevado a Roma, donde se le concedió la libertad gracias a su talento. Fue educado por su amo, según informa Macrobio (Saturn. II 7, 6-10). Comenzó a componer mimos y él mismo los representaba por toda Italia. Se nos ha transmitido una anécdota significativa sobre su forma de componer y su talento natural. Con ocasión de los Juegos del año 46 a.C., convocados por Julio César, fueron llamados a presentar sus obras los dos escritores de mimos del momento: Décimo Laberio y Publilio Siro. Ambos eran rivales. Cada uno defendía una forma diferente de componer: para Laberio era importante cuidar la preparación y tomarse el tiempo necesario; en cambio, Publilio apostaba por la improvisación en escena. Dado el carácter espontáneo de los ludi Cæsaris, ganó Publilio Siro; y Laberio, que pertenecía al orden ecuestre, fue humillado por un liberto.

Obra

De los mimos escritos por Publilio Siro, tenemos noticia de dos títulos: Putatores (“Los Podadores”; cf. Nonio II 153) y Mumurco (quizá “El murmurador”; Prisciano, Inst. K II 532, 25). No se ha conservado el texto completo de ningún mimo, ni siquiera tenemos referencias a sus argumentos o personajes. Dicha pérdida se explica en parte por el carácter improvisado del mimo, que dificulta la preservación literal, por escrito, del libreto.

Ahora bien, puesto que desde la Antigüedad se difundió el concepto de que los aforismos de Publilio Siro expresaban enseñanzas morales mejor que los dramaturgos serios (cf. Séneca, Epístolas morales VIII 8-10), se ha preservado hasta nuestros días de Siro un conjunto de 734 sentencias (frases breves, en forma de apotegmas, con un contenido moralizante). Estas sentencias fueron compiladas en el siglo I d.C., ordenadas alfabéticamente por su primer término, como sabiduria proverbial para uso escolar (los alumnos debían copiarlas y memorizarlas). Ése es el formato en que se han conservado. Independientemente de esa compilación escolar, Aulo Gelio, en el siglo II d.C., cita catorce apotegmas de Siro (Noches Áticas XVII 14).

En esa compilación, es difícil distinguir los apotegmas auténticos de Siro de paráfrasis de sus versos, así como de interpolaciones posteriores, algunas obra de Séneca. Desde un punto de vista ideológico, las sentencias de Siro suelen insistir en el pragmatismo, con un cierto carácter egoísta, postulando que la gente debe mirar más por su propio interés que por ninguna otra cosa.

Género literario: el mimo

Es difícil establecer el origen de un género que está tan enraizado en lo popular. Existe una relación íntima entre el mimo y el género cómico. El efecto tiene mucho en común con la fabula togata (comedia de asunto romano) y la fabula palliata (comedia de asunto griego) pero, sobre todo, está en relación con la fabula atellana (semejante al entremés o sainete), que había experimentado un asombroso auge en época de Sila. En realidad, se trataba de proporcionar al público, deseoso de ello, un humor vulgar y hasta grosero. Y no sólo las clases populares gustaban de estos espectáculos, también los estamentos más cultos disfrutaban con este tipo de divertimento.

Podemos ver que el género del mimo, como se entendía en la Antigüedad, tiene muy poco que ver con el concepto moderno. El término griego original (mímesis) significa “imitación” de la vida real. La característica principal y definitoria del mimo es el ambiente vulgar y cotidiano que recrea. La recreación realista se consigue mediante una conjunción de lenguajes artísticos, que incluyen la imitación gestual (el mimo, en el sentido moderno), la música, la danza y el lenguaje dialogado. Y en estrecha relación con este ambiente está la demanda de realismo que se experimenta en la sociedad y en la literatura romana del siglo I a.C. A diferencia de la comedia, el mimo se representa sin máscara, lo cual favorece la gesticulación y la expresividad facial y permite mayor realismo a la escena. A esto se añade que mujeres actrices desempeñan los papeles femeninos (a diferencia del resto de los géneros teatrales, en los que actores varones representaban todos los papeles), que los actores no se calzan con zapatos de grandes plataformas (como en los géneros dramáticos consagrados) sino con planipedes (“zapatos planos”), y que las representaciones se hacen en el suelo (no sobre una escena).

El mimo se representaba originalmente con ocasión de los Ludi Florales (“Juegos en honor a Flora”), de finales de abril, si bien posteriormente se extendió a otras ocasiones. El mimo como género teatral gozó siempre de una gran popularidad. Contribuyó a ello la capacidad de sorpresa que contenía, el realismo vulgar que presentaba y su contenido procaz. Era habitual en las representaciones mímicas el desnudo integral ejecutado por las actrices, dato que, por ejemplo, nos recuerda Marcial (I prólogo).

Pervivencia

Sentencias de Siro son aducidas por Séneca el Rétor, puestas en boca de Casio Severo (Controversias VII 3, 8); por Séneca el filósofo; Gelio (pasajes ya mencionados); y Macrobio (II 7, 11). En el siglo IV d.C. San Jerónimo (Epístolas CVII 8; CXXVIII 4) recordaba una sentencia aprendida en sus días de colegial: Ægre reprehendas quod sinas consuescere (“Es dificil corregir lo que se ha permitido convertirse en costumbre”). Ya en el siglo XII, Publilio Siro es uno de los autores citados por Juan de Salisbury (1115-1180), obispo de Chartes y humanista convencido.

Bibliografía

  • Duff, J.W. - Duff, A.M., Poetas latinos menores, Cambridge, Mass.- London: Loeb, 1982. Texto latino, con traducción inglesa.

  • Giancotti, F., Mimo e Gnome: Studi su Decimo Laberio e Publilio Siro, Messina 1967.

C. Guerrero Contreras

Autor

  • Enciclonet