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HistoriaBiografía

Probo, Marco Aurelio. Emperador de Roma (232-282).

Emperador romano (276-282), nacido en la localidad de Sirmium, en la provincia de la Panonia, en el año 232, y muerto a manos de sus soldados, en la misma localidad, el año 282, cuando se disponía a emprender nuevas campañas en Oriente.

Hijo de un tribuno militar, fue protegido por el emperador Valeriano (253-260), quien lo nombró heredero, aunque no subió al trono imperial hasta el año 276. Desde muy joven se distinguió dentro del ejército romano. Sobresalió en todos los frentes en los que participó: contra los sármatas, burgundios, vándalos, gépidos, godos y francos, a todos los venció de forma contundente. Debido a su proyección militar, intachable e inigualable en la época, fue considerado el mejor general romano por sus propios compañeros de milicia. Por todas estas cualidades, fue designado por el emperador Tácito gobernador de las provincias de Oriente, ya que parecía ser el único hombre válido para contener las avalanchas de los pueblos bárbaros que penetraban en el limes romano por esa zona.

A la muerte de Tácito, en el año 276, y tal como se preveía, fue designado emperador por el ejército de Siria. Seguidamente fue reconocido, sin problema alguno, por el Senado y el pueblo romano, en un acto puramente simbólico, puesto que el poder efectivo de quitar y poner emperadores residía en el ejército, situación que se estableció como una costumbre en el año 235, fecha del advenimiento al trono imperial de Maximino el Tracio.

Lo cierto es que, durante los seis años que duró su reinado, Probo gobernó con una gran energía, honradez y abnegación, totalmente admirables teniendo en cuenta el tono mediocre y militar que imprimieron casi todos los emperadores romanos de la segunda mitad del siglo III. Se preocupó personalmente por restaurar las instituciones públicas de Roma, además de respetar escrupulosamente todas las decisiones emanadas del Senado romano. También favoreció sobremanera a la agricultura del Imperio, ya que permitió la introducción del cultivo de la vid en Hispania y en la Galia, e hizo utilizar a los soldados inactivos en trabajos agrícolas y obras públicas en beneficio del Estado.

Pero fue en el terreno militar donde cosechó sus mayores éxitos, pues Probo nunca olvidó su origen y preparación castrense. Logró contener el avance de los germanos en la Galia, incluso obligándoles a proporcionar fuerzas de choque al Imperio para contener los continuos ataques al limes fronterizo del resto de los pueblos bárbaros, amén de recuperar un cuantioso botín que los germanos habían expoliado a Roma. Fue capaz de expulsar las fuerzas godas que se habían establecido en los territorios imperiales. Firmó un tratado de paz con el rey persa Bahram II por el que se estabilizó la frontera con Siria, siempre foco de inestabilidad para el Imperio. Finalmente, reprimió varios intentos de algunos generales romanos descontentos con su política populista.

No obstante, a pesar de su incuestionable valor como emperador y a su honradez, Probo fue aglutinando contra su persona el descontento de gran parte del ejército, el cual nunca encajó de buen grado las reformar disciplinarias impuestas por el emperador, y menos aún las intenciones de Probo de licenciar a un gran número de legionarios incapaces y poco operativos. Así pues, a los pocos días de partir en campaña hacia el Oriente, Probo fue vilmente asesinado por su propia guardia pretoriana, en el año 282, que nombró en su lugar al general Caro. Sin duda alguna, con la muerte de Probo, Roma perdió a uno de sus mejores y más capaces generales, serio, sagaz, lleno de energía y sabiduría, y con ánimo de reformar profundamente los cimientos carcomidos del Imperio romano.

Bibliografía

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  • GRIMAL, P: La formación del Imperio romano. Madrid, 1990.

  • MAIER, F.G: Las transformaciones del mundo mediterráneo. Madrid, 1994.

CHG.

Autor

  • Herraiz.