A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

Prados, Emilio (1899-1962).

Poeta español, nacido en Málaga en 1899 y fallecido en México en 1962. Autor de una honda y brillante producción política que, al compás de los acontecimientos socio-culturales de su época, evolucionó desde los postulados de la poesía pura hasta una actitud de franco compromiso político y social (y, en ocasiones, incluso revolucionario), por sus vivencias y afinidades estéticas e ideológicas está considerado como uno de los integrantes de la denominada Generación del 27.

Vida

Alentado por sus inquietudes creativas, pronto marchó a Madrid para instalarse en la célebre Residencia de Estudiantes, donde convivió con otros compañeros de andadura generacional como Federico García Lorcay José Moreno Villa. La buena situación económica de su familia le permitió, además, cursar estudios superiores en la universidad suiza de Friburgo, y poco después regresó al país helvético para pasar una larga temporada en una residencia sanitaria, en donde se repuso de la grave afección tuberculosa que padecía.

En colaboración con otro compañero de su grupo generacional, el también malagueño Manuel Altolaguirre, a mediados de los años veinte fundó en su ciudad natal la revista literaria Litoral, pronto llamada a convertirse en uno de los principales órganos de difusión de la poesía española inmediatamente anterior a la Guerra Civil (y, sin lugar a dudas, en la promotora de las incipientes carreras literarias de casi todos los autores del 27). Su relación con las publicaciones culturales más importantes de España se prolongó, tiempo después, a través de las páginas de otras revistas tan prestigiosas como Ínsula y Hora de España (dirigida por Rafael Alberti, María Zambrano, José María Quiroga Pla y el propio Emilio Prados).

A raíz de la revolución de los mineros asturianos desatada en octubre de 1934, la poesía de Emilio Prados comenzó a reflejar plenamente la creciente politización de la vida cultural española, al tiempo que mostraba la nítida inclinación del poeta malagueño en favor de la República y la ideología progresista. Así las cosas, el estallido de la Guerra Civil llevó a Prados a manifestarse públicamente en favor del régimen republicano, hasta el extremo de convertirse en uno de los firmantes del célebre Manifiesto de Intelectuales Antifascistas que se hizo público el 20 de noviembre de 1936; unos meses después, preparó la edición del célebre Romancero general de la Guerra de España, editado por el Ministerio de Instrucción Pública, prologado por el crítico Antonio Rodríguez Moñino y dedicado a la memoria del tristemente desaparecido García Lorca.

Ante el rumbo adverso que tomó la contienda, Emilio Prados se vio forzado, como tantos otros artista e intelectuales españoles, a tomar el camino del exilio para refugiarse en México, en donde sobrevivió modestamente dedicándose a la enseñanza. Allí, en compañía de otros exiliados, relanzó la que habría de ser tercera etapa de la revista Litoral, en cuyo consejo de redacción entró de nuevo Manuel Altolaguirre, junto a otros ilustres expatriados como José Moreno Villa, el escritor cordobés Juan Rejano y el poeta madrileño Francisco Giner de los Ríos (sobrino del fundador de la Institución Libre de Enseñanza), quien compartió con Prados una sincera amistad hasta sus últimas horas de vida. Tras la muerte del escritor malagueño, acaecida en 1962, Giner de los Ríos le dedicó un emocionado recuerdo en su poema "Llanto por Emilio Prados".

Obra

La andadura poética de Emilio Prados, fuertemente influida en sus comienzos por el rigor formal y estilístico presente en las obras de Luis de Góngora y Juan Ramón Jiménez, quedó adscrita en esta etapa inicial a la denominada "poesía pura" que abanderaba, en las Letras hispanas del momento, el poeta de Palos de Moguer. Tanto en su opera prima, publicada bajo el título de Tiempo (Málaga, 1925), como en otras entregas líricas inmediatamente posteriores (como Veinte poemas en verso, del mismo año; o Canciones del farero, de 1926), queda patente ese anhelo inicial de pureza, claridad y precisión, si bien es cierto que el influjo simultáneo de otro poeta de proyección universal, Antonio Machado, deja entrever también cierta hondura intimista que, a la postre, acabará triunfando en la poesía comprometida de Emilio Prados. Pero, en líneas generales, lo que sobresale por encima de todo en estos poemarios primerizos es la serena y reflexiva contemplación de la naturaleza, con un motivo recurrente (la oposición entre luz y oscuridad) que lleva al poeta a interrogarse sobre los misterios que encierran la noche y el día. Este hondo proceso de contemplación ensimismada de la naturaleza culmina en el poemario titulado El misterio del agua (escrito en 1926, aunque inédito hasta 1954), en el que el juego de opósitos entre el mar y el cielo se suma ahora al binomio noche/día para intentar ofrecer un reflejo poético de la armonía universal.

Tras la publicación, bajo el título de Vuelta (Málaga, 1927), de una nueva entrega poética que le consagró como una de las voces más destacadas de su generación, vino luego un denso silencio lírico originado, primero, por la plena dedicación de Prados a su actividad editorial en su revista, y después por la turbulenta situación política por la que atravesó España en los años treinta. Finalmente, su firme compromiso socio-político le llevó a cambiar de registro para ofrecer su propio testimonio poético de la contienda fratricida, plasmado en las colecciones de versos tituladas Llanto subterráneo (Madrid, 1936), Llanto en la sangre (Valencia, 1937) y Cancionero menor para los combatientes (Barcelona, 1938).

Ya en el exilio mexicano, Emilio Prados continuó desplegando una intensa actividad poética que pretendía enlazar, ahora, con la más pura tradición de la poesía petrarquista, pero no con el ánimo de resucitar los viejos modelos formales que explotaron hasta el hastío, por aquel mismo tiempo, los poetas garcilasistas (o, por mal nombre, también llamados "soneteros") que habían permanecido en España al lado del bando vencedor, sino con la intención de hallar en ese rico legado humanístico un resquicio que diera paso al sentimiento amoroso, única vía para alejarse momentáneamente de las miserias de la condición humana. La primera entrega de esta tercera etapa de su producción poética fue el volumen Cuerpo perseguido (1940), en donde el hombre protagoniza un vínculo amoroso con el resto de sus congéneres, para incluirse así en esa armonía universal cuyo reflejo literario perseguía Prados en sus composiciones primerizas. Allí pueden leerse poemas de tanta belleza e intensidad como el que a continuación se copia: "No me sostengas. Todo / es ya cielo. ¡Asómate! // Mi cuerpo está cayendo, / -¡qué hondura de memorias!- / Mi cuerpo sin tus manos, / sin tus plumas de cera. // Desde el nivel de un sueño, / falto de fe en sus alas, / se escapó de tu sombra / temblando en una lágrima. // Deshilándome el pecho / por tu espejo resbala: / ¿un siglo?... ¿Dos?... ¿La aurora?... / ¡Tu vientre sobre el agua!" ("Nacimiento", de Cuerpo perseguido).

Por estos senderos discurre, en esta tercera etapa de su trayectoria lírica, la poesía de Emilio Prados, enriquecida después con otros títulos tan relevantes como Memoria del olvido (México, 1940), Mínima muerte (México, 1944), Jardín cerrado (México, 1946), Dormido en la yerba (Málaga, 1953), Antología 1923-1953 (Buenos Aires, 1954), Río natural (Buenos Aires, 1957), Circuncisión del sueño (México, 1957), La sombra abierta (México, 1961), La piedra escrita (México, 1961), y las obra póstumas Transparencias (Málagas, 1962), Signos del ser (Palma de Mallorca, 1962) y Últimos poemas (Málaga, 1965).

En 1966 apareció en Málaga un breve Diario íntimo de Emilio Prados, editado por el poeta y crítico José Luis Cano, amigo del escritor; y diez años después vieron la luz, en México, sus Poesías completas (1976).

Bibliografía

  • CANO, José Luis (ed.). Epistolario del 27: cartas inéditas de Jorge Guillén, Luis Cernuda, Emilio Prado (Madrid: Cátedra, 1992).

  • CHICA HERMOSO, Francisco. Emilio Prados, una visión de la totalidad [Microforma]: (poesía y biografía, de los orígenes a la culminación del exilio) (Málaga: Universidad, 1995).

  • Correspondencia Emilio Prados, José Sanchis-Banús (1957-1962) (Valencia: Ed. Pre-Textos, 1995).

  • HERNÁNDEZ PÉREZ, Patricio. Emilio Prados: la memoria del olvido (Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 1988).

  • LÓPEZ CASTRO, Armando. La poesía de Emilio Prados (Lugo: [Ed. del autor], 1987).

  • SANCHÍS-BANÚS, José. Seis lecciones: (Emilio Prados, su vida, su obra, su mundo) (Valencia: Ed. Pre-Textos, 1987).

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.