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PolíticaGeografíaBiografía

Portolá y Rovira, Gaspar de (ca. 1717-1786).

Militar español nacido en Balaguer (Lérida) en 1717 o 1718, no existe absoluta certeza al no encontrarse la partida de nacimiento, y fallecido en Lérida en 1786.

Perteneciente a una familia noble catalana con importantes servicios a la Corona, Gaspar de Portolá era hijo de Francisco de Portolá y de su segunda esposa, Teresa de Rovira y Sanispleda, descendiente de una noble familia de la ciudad de Solsona y sobrina del prior del convento de San Cugat del Vallés, en donde ambos contrajeron matrimonio. En este convento se había refugiado don Francisco después de apoyar la causa del archiduque Carlos de Austria, bando que fue derrotado por las tropas del primer borbón de España, Felipe V. El joven Gaspar, el cuarto de diez hermanos, fue confirmado el 10 de junio de 1720 en la parroquia de Balaguer con motivo de la visita del obispo de Urgel, siendo apadrinado por Fermín Montaner. El 31 de julio de 1734 ingresó de alférez en los Regimientos de Dragones de Villaviciosa a los 17 años de edad, compañía levantada por el coronel Manuel de Sentmenat y Oms. El 23 de abril de 1742 fue incorporado con el mismo grado de alférez al Regimiento de Numancia, en la compañía de Francisco Farrús, ascendiendo el 26 de abril de 1743 a teniente de Dragones y Granaderos de Numancia y el 31 de julio de 1764 a capitán de esta misma compañía, que, con el nombre de Regimiento de Dragones de España, fue destinada a servir en el virreinato de la Nueva España. Al llegar a México (1764), Portolá era un experimentado militar que había participado en diversas acciones en Italia, siendo herido en la batalla de la Madonna del Olmo, y en la campaña de Portugal durante la Guerra de los Siete Años.

El marqués de Croix, virrey de Nueva España, envió al regimiento capitaneado por Gaspar de Portolá a pacificar la región de Sonora en 1767. Hacia esta provincia del noroeste de México se dirigió el regimiento, deteniéndose en la ciudad de Tepic (Nayarit) por la demora en la conclusión de los barcos que se estaban construyendo en el cercano puerto de San Blas para transportarlos. Sin embargo, la expulsión de los jesuitas, ordenada por Carlos III en 1767, obligó a los integrantes de la expedición de Sonora a desviar hombres y caudales para reunir y deportar a los padres de las misiones del noroeste del virreinato. Gaspar de Portolá fue encargado de expulsar a los jesuitas de la península de Baja California, trasladándose hasta allí en 1768 para realizar esta importante misión. Al mismo tiempo, y cumpliendo la orden real de nombrar gobernadores donde no hubiesen, Portolá fue elegido gobernador de California por el virrey de Nueva España, teniendo que dar las primeras órdenes para impedir el colapso de las misiones desde su llegada a Loreto, capital y misión pionera de la península. La falta de instrucciones y la interrupción de los suministros de granos y otros bastimentos desde las misiones jesuitas de Sonora y Sinaloa llenó de incertidumbres al nuevo jefe de California, quien tuvo que esperar la llegada del visitador general José de Gálvezpara innovar en el gobierno. Mientras tanto, la administración de las misiones quedó en manos de comisionados, antiguos soldados en su mayoría, quienes expoliaron los bienes misionales, iniciando una decadencia de la que nunca se repusieron.

José de Gálvez lo eligió para comandar la expedición militar que ocupó San Diego y Monterrey en 1769 y 1770, primer capítulo de la colonización española de la Alta California. Dicha expedición estaba dividida en dos secciones: una marítima (con dos barcos, el San Antonio y el San Carlos, que navegaron de forma separada) y otra terrestre. Esta última también se dividió en dos partes: la primera estaba mandada por el capitán de la Compañía de cuera de Loreto Fernando de Rivera y Moncada. Llevada en su compañía al franciscano Juan Crespi, al pilotín José Cañizares, veinticinco soldados y numerosos indios de las misiones jesuitas. La segunda fue mandada por el gobernador Portolá, llevando en su compañía a fray Junípero Serra y al sargento José Francisco de Ortega. También formaban parte de la expedición varios soldados de cuera, criados e indios de las misiones, que guardaban las numerosas mulas que transportaban los víveres y otras cargas. El grupo, que había salido de Loreto el 9 de marzo de 1769, siguió los pasos de la primera partida, alcanzando el puerto de San Diego el 29 de junio. Portolá y Serra se unieron con todos los expedicionarios de tierra y mar, aunque numerosos marinos estaban postrados a causa del escorbuto y varios sirvientes de las partidas terrestres habían huido durante el tránsito por la península de Baja California. Sin embargo, decidieron que un grupo prosiguiera las exploraciones para buscar el puerto de Monterrey, viaje que realizaron entre el 14 de junio y el 24 de enero de 1770. Aunque no localizaron el citado puerto, sí descubrieron el de San Francisco a finales de octubre y contactaron con numerosas rancherías de indios. La llegada de bastimentos a San Diego en el paquebote San Antonio el 23 de marzo, capitaneado por Juan Pérez, animó a Portolá a emprender nuevamente la búsqueda, esta vez por mar y por tierra. El resultado fue afortunado, tomándose posesión del puerto de Monterrey el 3 de junio de 1770. Siguiendo con las órdenes reales, se fundó un presidio y una misión bajo la advocación de San Carlos Borromeo.

Concluidos los trabajos, Gaspar de Portolá dejó el puerto de Monterrey el 9 de julio en compañía del ingeniero Miguel Constanzó y llegó a San Blas el 10 de agosto de 1770 a bordo del paquebote El Príncipe, comandado por Juan Pérez. En su lugar dejó al teniente Pedro Fages al frente del presidio de Monterrey. El rey le otorgó el grado de teniente coronel el 5 de enero de 1771 en atención a sus servicios. El 26 de mayo de 1771 pidió a Carlos III una licencia de dos años para encargarse de un pleito familiar. Desconocemos la fecha de su llegada a España, pero el 30 de septiembre de 1774 el rey le concedió la “agregación en el estado mayor de la plaza de Barcelona” con sueldo de 540 reales de vellón. Realizó numerosos viajes a su ciudad natal, donde aparece en varios pleitos y asuntos judiciales, incluso otorgando poderes ante el notario Sociats de Balaguer antes de marchar de nuevo a México. Carlos III lo nombró gobernador de Puebla de los Ángeles el 9 de junio de 1776 con 4.000 pesos de sueldo. El 23 de febrero de 1777 se produjo la jura del cargo. Además, el monarca lo ascendió a coronel de dragones por real cédula del 28 marzo de 1777, la que Portolá recibió el 5 noviembre del mismo año. La hoja de servicio señala que: “desempeña lo que se le manda y tiene valor y conducta”.

Por real decreto del 20 de agosto de 1785, Gaspar de Portolá fue nombrado coronel del Regimiento de Numancia, y el 9 de febrero de 1786 fue elevado a teniente del rey de la plaza de Lérida. El militar se convirtió en jefe de las tropas militares, estando bajo las órdenes inmediatas del gobernador, el mariscal Blonde, quien inició una serie de reformas sanitarias y urbanísticas en la ciudad de gran importancia; Portolá contaba entonces con 69 de edad. Compró una casa en la plaza del Crucifijo y otorgó testamento ante el notario Ignacio Madriguera el 29 de mayo, añadiéndosele dos codicilos el 14 de junio y 24 de julio. En ella nombra herederos al obispo de Lérida, al gobernador militar y al teniente auditor, asignando la mayoría de sus bienes a “destinos píos o convenientes a la utilidad pública”. A causa de una enfermedad, dejó de acudir al ayuntamiento a principios de agosto, despachando desde su casa hasta el 18 de septiembre. Finalmente, falleció el 10 de octubre de 1786 a las cinco de la tarde a consecuencia de un “accidente apoplético”, siendo enterrado en la parroquia de San Pedro (antigua de San Francisco de Asís) de Lérida. Sus bienes fueron integrados en un fondo que sirvió para la construcción de la Casa de Expósitos y Misericordia. Ésta, terminada en 1795, fue utilizada como cuartel y almacén de la Real Hacienda hasta que en 1819 entraron los primeros asilados y las monjas de la Caridad.

Bibliografía

  • BERNABÉU ALBERT, S. “El “Virrey de California”. Gaspar de Portolá y la problemática de la primera gobernación californiana (1767-1769”, en Revista de Indias, 195/196, 1992, pp. 271-295.

  • BONEU COMPANYS, F. Don Gaspar de Portolá, Conquistador y Primer Gobernador de California. Lérida, IEI, 1970.

  • BONEU COMPANYS, F. Documentos secretos de la expedición de Portolá a California. Juntas de Guerra. Lérida, Instituto de Estudios Ilerdenses, 1973.

  • BONEU COMPANYS, F. Gaspar de Portolá. Descubridor y primer gobernador de California, Lleida. Diputació de Lleida, 1986.

  • CANO, A. y otros (ed.). Gaspar de Portolá: Crónicas del descubrimiento de la Alta California, 1769. Barcelona, Universitat de Barcelona, 1984.

  • HILTON, L. S. La Alta California Española. Madrid, Mapfre, 1992.

  • INFIESTA PÉREZ, J. L. Gaspar de Portolá. Barcelona, Thor, Ediciones de Nuevo Arte, 1985.

Salvador Bernabéu Albert

Autor

  • 0211 Salvador Bernabéu Albert