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LiteraturaBiografía

Ponge, Francis (1899-1988).

Poeta, ensayista y crítico de arte francés, nacido en Montpellier (en el departamento de Herault) el 27 de marzo de 1899 y fallecido en Bar-Sur-Loup el 6 de agosto de 1988. Autor de una notable producción poética en la que la palabra adquiere una asombrosa capacidad definitoria y una precisa exactitud que pone de manifiesto la realidad autónoma de las cosas y sus significados, fue también responsable de varios trabajos y estudios ensayísticos que le situaron a la cabeza de la intelectualidad francesa contemporánea.

Vida y obra

Nacido en el seno de una familia de clase media formada por Juliette Saurel y Armand Ponge, fue educado en las creencias religiosas de los hugonotes, tradición espiritual a la que pertenecía su linaje paterno (procedente de Nîmes). Al margen de estas ideas religiosas, Amrmand Ponge -que se ganaba la vida como administrador- era un gran amante del arte y la filosofía, por lo que procuró que el pequeño Francis recibiera desde niño una esmerada formación humanística.

Tras residir durante un corto período de tiempo en Avignon, en 1909 la familia entera se afincó en Càen (en el departamento de Calvados), donde el futuro escritor culminó brillantemente sus estudios primarios en el liceo Malherbe. Sus inquietudes vitales y sus horizontes intelectuales comenzaron a ampliarse en 1913, cuando, a los catorce años de edad, emprendió un largo viaje por Bélgica, Holanda e Inglaterra, bajo la tutela de su hermano mayor, que ejercía la docencia en calidad de profesor de inglés en el Lycée Condorcet. En el transcurso de dicho recorrido, Francis Ponge tuvo ocasión de descubrir las obras de algunos autores -como Lucrecio (99-55 a.C.), Horacio (66-8 a.C.) y los poetas simbolistas franceses- que afianzaron decisivamente su innata vocación literaria, plasmada por aquel entonces en unos poemas primerizos que acusaban una clara influencia de la estética decadente del dandismo. Poco después, sus privilegiadas dotes intelectuales quedaron bien patentes en su trabajo titulado "L'art de penser par soi même" ("El arte de pensar por sí mismo"), con el que obtuvo la máxima calificación otorgada por los profesores de la academia en la que preparaba su bachillerato en Filosofía.

En 1914, después de haber pasado sus vacaciones estivales en Alemania, regresó a Francia en vísperas del estallido de la Primera Guerra Mundial. Durante los primeros años de la contienda, siguió ampliando sus conocimientos de Filosofía y Letras y empezó a publicar sus primeros poemas -entre ellos, un soneto que firmó con el pseudónimo de Nogères-, y pronto se consideró discípulo -tanto en lo estético como en lo ideológico- del escritor Maurice Barrès (1862-1923), bien conocido por su conservadurismo y sus reivindicaciones nacionalistas. En 1917 se trasladó a París para completar su formación secundaria en el Lycée Louis-Le-Grand, y poco después ingresó en la Universidad de la Sorbonne con la intención de seguir las carreras de Derecho y Filosofía y Letras; pero apenas había iniciado estos estudios superiores cuando fue movilizado y destinado a Falaise (Calvados), donde cayó gravemente enfermo y hubo de ser hospitalizado. Contaba, a la sazón, dieciocho años de edad, y era ya un lector voraz de las obras de Nietzsche (1844-1900).

Esta temprana formación filosófica le inspiró sus primeras nociones de lo que después habría de llamar el "materialismo lógico", plasmadas en un temprano texto titulado La promenade de nos serres. Ya concluida la conflagración bélica internacional, marchó Estrasburgo para continuar ampliando su formación académica y conoció allí a otros literatos y pensadores como Jean Hytier y Gabriel Audisio, ambos directores de la revista cultural Le Mouton Blanc, en la que vieron la luz los primeros textos impresos de Francis Ponge (como Esquisse d'une parabole). En 1918 regresó a París e ingresó en la Escuela Normal Superior, donde adquirió un firme compromiso político que le llevó a adherirse al Partido Socialista. En medio de una vida bohemia y disipada entre la capital francesa y Càen, comenzó a relacionarse estrechamente con los principales artistas e intelectuales de aquel fecundo período de la historia cultural de Francia, entre ellos Jacques Rivière (1886-1925) -director de la prestigiosa Nouvelle Revue Française-, al que conoció en 1922, y Jean Paulhan (1884-1968), natural de Nîmes y amigo de su familia. Así las cosas, en junio de 1923 aparecieron en la citada publicación dirigida por Rivière sus Trois satires, que provocaron la admiración sincera y entusiasta de Paulhan, con quien Ponge mantenía una intensa relación epistolar ("me gustaría escribir lo que tú escribes", le confesó el autor nimés en una carta fechada en septiembre de dicho año). Entretanto, la muerte de Armand Ponge, acaecida el 18 de mayo de 1923, había dado pie a un nuevo texto del escritor de Montpellier, titulado La famille du sage (La familia del sabio).

A raíz de la aparición de sus escritos en la célebre y muy difundida Nouvelle Revue Française, el nombre de Francis Ponge empezó a sonar con fuerza en los mentideros literarios de toda Francia. Volvió a publicar en Le Mouton Blanc, y empezó a colaborar en otras revistas culturales como Le Disque Vert (editada en Bruselas por Franz Hellens), Europe y Commerce. Por aquel tiempo, Ponge se mostró vivamente interesado por las obras del poeta, narrador y dramaturgo Jules Romains (1885-1972) y su nutrido grupo de discípulos, firmes valedores del socialismo utópico y la corriente sociológica del unanimismo.

A pesar de esta plena integración en el fructífero panorama intelectual de los años veinte, hacia 1924 Francis Ponge andaba tan obsesionado por la búsqueda de una expresión pura que llegó a caer -según su propio testimonio- "en los límites de la afasia". Replegado sobre sí mismo y refugiado en una preocupante mudez, apenas mantenía alguna conversación con Alix Guillain, B. Groethuysen y Jean Paulhan, quien había asumido la dirección de la NRF tras la muerte de Jacques Rivière. Pero al cabo de dos años salió de su mutismo con la publicación de su opera prima, Douze petits écrits (Doce pequeños escritos, 1926), una brillante colección de versos y prosas que el susodicho Groethuysen definió como "una palabra nacida en el mundo mudo". Un año después, afincado en la comarca provenzal de la Camargue, escribió Proêmes sur la contemplation des choses et la nomination (Proemios sobre la contemplación de las cosas y su denominación), obra en la que empezó a reflexionar sobre la realidad de los objetos y las limitaciones del ser humano en lo que atañe a su conocimiento, ya que, en su opinión, el hombre sólo puede observar y describir con rigor la cosa en sí misma, sin incurrir en desviaciones líricas. Estas especulaciones le llevaron a escribir, al año siguiente, Le galet (El guijarro), donde ofreció su primera definición del método que denominó "partis pris" ("toma de partido"), fundamental en su posterior producción literaria; dicho método parte de una necesaria "toma de partido sobre las cosas", con la intención de fundar un nuevo lenguaje vinculado exclusivamente a la realidad objetual, y una especie de fenomenología materialista de la naturaleza, interpretada racionalmente por el hombre en la medida en que es capaz de observar y describir pacientemente la realidad autónoma de los objetos.

A partir de 1928 -año en el que conoció en Chambon-Sur-Lignon a Odette Chabanel, con la que habría de contraer matrimonio en 1931-, Francis Ponge comenzó a aproximarse claramente al movimiento surrealista, al tiempo que se distanciaba de Jean Paulhan, con el que rompió definitivamente a raíz de que la Nouvelle Revue Française se negara a publicarle un texto de abierto contenido político. Su vinculación a la principal corriente vanguardista quedó patente en su apoyo explícito al "Segundo Manifiesto Surrealista", en el que, junto a los grandes "popes" de este movimiento -André Breton (1896-1966) y Louis Aragon (1897-1982)-, defendió la necesidad de que el Surrealismo se pusiera "al servicio de la Revolución".

A comienzos de los años treinta, tras su matrimonio con Odette, Ponge empezó a trabajar para el sello editorial Hachette, lo que permitió entablar contactos con otras figuras eximias de las Letras francesas de la primera mitad del siglo XX. Alternaba esta ocupación laboral con la redacción -durante unos veinte minutos al día, según sus declaraciones posteriores- de los textos básicos que luego habrían de conformar su método de la "toma de partido", recogidos en obras como Le partis pris des choses (La toma de partido de las cosas, 1942) y Pièces (Piezas). Poco a poco, se fue reconciliando con Jean Paulhan y se instaló en una tranquila vida familiar alegrada por el nacimiento de su hija Armande (1935), mientras seguía manteniendo activa su presencia en el panorama cultural francés, merced a sus frecuentes colaboraciones en la revista Mesures. Pero la aparición de graves conflictos laborales en Hachette -que dieron pie a varias huelgas y a la ocupación de los locales de la empresa por parte de los trabajadores- espoleó sus inquietudes políticas y le animó a asumir la responsabilidad de enlace sindical, desde la que alcanzó la condición de miembro del Comité Intersindical para las Negociaciones con la Dirección (1936). Esta clara significación político-sindical, unida a su afiliación al Partido Comunista, provocó su despido de Hachette en 1937, situación que le sumió en las filas del paro forzoso. Para empeorar su endeble estabilidad económica, los escritos que envió a Paulhan para que éste los publicara en la NRF fueron rechazados por sus contenidos políticos, por lo que hubo de recurrir a otros medios de subsistencia y aceptó un empleo como agente de seguros. Mas no abandonó por ello el cultivo de la creación literaria, y en aquellos difíciles momentos escribió sus Notes prises pour un oiseau (Notas tomadas por un pájaro).

A finales de la década de los treinta, su obra Le parti pris des choses estaba lista para su publicación, pero el estallido de la Segunda Guerra Mundial retrasó su llegada a las librerías hasta 1942. Entretanto, el escritor de Montpellier había sido nuevamente movilizado y destinado -ahora- al III Regimiento de Rouen, en donde empezó a redactar un nuevo libro, La Guêpe (La avispa, 1945). Durante el denominado "Éxodo del 40", provocado por el comienzo de la ocupación del territorio Francés por parte de las tropas nazis, se reunió con su familia en Chambon-Sur-Lignon e inició la escritura de una nueva obra, Le carnet du bois de pins (La libreta del bosque de los pinos, 1947). Pasó luego a la ciudad de Roanne, a las orillas del Loira, donde siguió trabajando como agente de seguros al tiempo que trabajaba en algunas obras como La Mimosa, Les Berges de la Loire, L'Oeillet y la recién citada Le carnet..., más tarde recopiladas bajo el título de La rage de l'expression (La rabia de la expresión, 1952).

En plena ocupación alemana, Francis Ponge trabajó junto a su amigo el periodista Pascal Pia y el escritor Albert Camus (1913-1960) en el proyecto de crear una especie de Nouvelle Revue Française en la zona libre, refugiado entre los responsables del Frente Nacional (el movimiento de resistencia del Partido Comunista). En 1942, de la mano del citado Pia, ingresó en la plantilla del rotativo Progrès, de Lyon, donde pronto alcanzó el cargo de redactor-jefe. Tras la publicación, en el transcurso de aquel mismo año, de Le parti pris des choses, Ponge se convirtió en agente de enlace al servicio de la Resistencia en la zona Sur de Francia, camuflado como representante de algunos sellos editoriales afines como Seghers, Confluences y Fontaine. Presa de un febril actividad tanto política como creativa, recorrió entonces numerosas poblaciones meridionales de su país natal intentando agrupar a todos los escritores y periodistas que operaban en la clandestinidad, al tiempo que continuaba ampliando una ya extensa producción literaria -bien es verdad que todavía inédita en gran parte- con nuevos textos como Pages bis -luego recogida en su volumen Proêmes (1948)-, que era una respuesta a Mythe de Sisyphe, de Albert Camus; y La pomme de terre -publicado en Confluences-, que despertó las iras de la prensa colaboracionista. Además, recurrió al pseudónimo de "Roland Mars" para incluir otros escritos suyos en la antología clandestina L'honneur des poètes (El honor de los poetas).

Tras la liberación de París, Francis Ponge retornó a la capital gala y aceptó la invitación de André Breton para que asumiera la dirección artística y literaria de Action, revista semanal del Partido Comunista; pero enseguida renunció a este empleo, pues la publicación le parecía "demasiado sectaria". Integrado de nuevo en los foros y cenáculos culturales de la ciudad bañada por el Sena, frecuentó por aquellos años la amistad de algunas de las grandes figuras del arte contemporáneo, como el cubista Picasso (1881-1973), los expresionistas abstractos Dubuffet (1901-1985) y Fautrier, y el poeta italiano Ungaretti (1888-1970), mientras empezaba a escribir sus primeros textos ensayísticos sobre pintura. La aparición, dentro del volumen titulado Poésie 44, de un estudio de Jean-Paul Sarte (1905-1980) sobre la obra de Ponge -L'homme et les choses (El hombre y las cosas)- consagró definitivamente al escritor de Montpellier como una de las cabezas visibles de la intelectualidad europea de mediados del siglo XX.

Sus nuevas amistades en el campo del arte -entre las que hay que añadir la incorporación del cubista Georges Braque (1882-1963)- facilitaron su vida en París tras la Segunda Guerra Mundial, instalado en el antiguo apartamento del pintor Dubuffet (sito en la rue Lhomond). Tras la publicación de "Notes premières de l'homme" en el número 1 de la revista Temps Modernes, comenzó a trabajar en otras obras que habrían de ver la luz con el paso de los años, como Tentative orale (Tentativa oral, 1949), La Seine (El Sena, 1950) y Le savon (El jabón, 1967). En 1946, año en el que abandonó definitivamente la revista Action, sufrió el duro golpe de la pérdida de su amigo Groethuysen, uno de los mayores valedores de su obra; al año siguiente, rompió con el Partido Comunista -debido, en parte, a ese sectarismo que había detectado en su órgano portavoz- y decidió alejarse temporalmente de Francia, por lo que se marchó a Argelia en el mes de diciembre, donde convivió con otros artistas e intelectuales franceses como el poeta, narrador, ensayista y etnólogo Michel Leiris (1901-1990). Allí escribió nuevas obras como My creative method (Mi método creativo), Pochades en prose (Bocetos en prosa) y Le porte-plume d'Alger (El porta-plumas de Argel), mientras en París veían la luz sus libros Prôemes (Proemios, 1948) y Le peintre à l'étude (El pintor en el estudio, 1948). A pesar de la ayuda que recibía de sus amigos escritores y pintores, atravesó por grandes dificultades económicas que intentó paliar dictando numerosas conferencias en el extranjero. De aquel tiempo datan algunas de sus principales colaboraciones con los grandes artistas plásticos de su entorno, como Dubuffet -con el que publicó Matière et memoire (Materia y memoria)-, Vulliamy -con quien dio a la imprenta La Crevette (La quisquilla)- y Kermadec -que colaboró con Ponge en el libro Le verre d'eau (El vaso de agua).

A comienzos de la década de los años cincuenta apareció el ya citado La Seine (El Sena, 1950) y Cinq sapates (1950), este último ilustrado con espléndidos aguafuertes del Georges Braque. En 1951, año en el que volvió a romper sus relaciones con Paulhan y la Nouvelle Revue Française, Ponge siguió indagando acerca de las relaciones entre la pintura, la literatura y el pensamiento y escribió un extenso estudio sobre la obra del escultor suizo Albert Giacometti (1901-1966), titulado Joca seria. Simultáneamente, trabajaba en la redacción de otra de sus obras mayores, Pour un Malherbe, que no habría de pasar por los tórculos hasta mediados de la década siguiente.

En 1952, ya de nuevo en París, aceptó un puesto docente como profesor de conversación en los cursos para extranjeros de la Alliance Française, empleo en el que se mantuvo hasta 1964. Mientras colaboraba con Breton y Reverdy en un espacio radiofónico, publicó otras obras propias como La rage de l'expression (La rabia de la expresión, 1952), L'araignée publiée à l'intérieur de son appareil critique (La araña, 1952) y Ode inachevé à le boue (Oda incompleta al barro, 1953). Tras una nueva reconciliación con Paulhan y la aparición, en un volumen lujosamente editado, de Le soleil placé en abîme (El sol puesto en el abismo, 1954), continuó desplegando una intensa labor como conferenciante por toda Europa y, en septiembre de 1956, vio cómo su ya dilatada trayectoria intelectual era reconocida en un número monográfico de la Nouvelle Revue Française, en el que, bajo el título de Hommage à Francis Ponge (Homenaje a Francis Ponge), colaboraron -entre otros- Philippe Jaccottet, André Pyere de Mandiargues, Albert Camus y Jean Paulhan. Este reconocimiento unánime se extendió aún más a finales de la década de los cincuenta, cuando Ponge fue galardonado con el Premio Internacional de Poesía de Capri (1959) -que compartió con Pierre Emmanuel (1916-1984)-, y condecorado -a propuesta de André Malraux (1901-1976)- con la Orden de la Legión de Honor.

Cada vez más alejado de esa actualidad política que le había ocupado tantas horas de su vida -en 1958 había renunciado expresamente a unirse a las manifestaciones de oposición contra De Gaulle (1890-1970)-, durante la última etapa de su existencia Francis Ponge continuó siendo objeto de numerosos homenajes que testimoniaban el reconocimiento a su labor literaria por parte de toda la intelectualidad occidental. Su texto Le figue (El higo) vio la luz en el número 1 de la revista Tel Quel, publicación que elevó al escritor de Montpellier a la categoría de "padre espiritual" de las nuevas generaciones de creadores franceses. Consagrado, en fin, como una de las figuras más relevantes de las Letras francesas contemporáneas, sus obras comenzaron a ser objeto de estudio en las principales universidades francesas -como La Sorbonne de París-, mientras seguía añadiendo títulos a su bibliografía.

Por aquellos años de la década de los sesenta, Ponge adquirió una casa rural en la población meridional de Bar-Sur-Loup, donde, a partir de entonces, habría de pasar largas temporadas. Viajó también los Estados Unidos de América para impartir allí varias conferencias, y, tras la muerte de Jean Paulhan (1968), continuó polemizando con otros intelectuales de su tiempo, entre ellos sus admiradores del grupo "Tel Quel", con los que rompió públicamente sus relaciones en los años setenta por vía de una carta abierta. Protagonista indiscutible de la actualidad cultural de su país, fue requerido en numerosas ocasiones por los medios de comunicación, en los que siguió expresando sus polémicas opiniones hasta el final de sus días.

Entre los numerosos honores y reconocimientos que recayeron sobre él en esta última etapa de su vida, cabe recordar el número especial que le dedicó la revista TXT, bajo el epígrafe de "Ponge audjourd'hui" ("Ponge hoy"); el Premio Internacional de Literatura "Books Abroad Neustadt, otorgado por la Universidad de Oklahomra; el Coloquio de Cerisy (1975) organizado en torno a su obra, bajo el título "Francis Ponge, inverteur et classique"; el Premio Nacional de Poesía (1981); el Gran Premio de Poesía de la Academia Francesa (1982); los homenajes que recibió en Avignon y en la Maison de la Poésie en 1985; y -entre otros muchos- el Premio de la Sociedad de las Gentes de Letras (1985).

Entre las obras de Francis Ponge no citadas en parágrafos anteriores, conviene recordar las tituladas L'oiellet. La Guêpe. La Mimosa (1946); Noutes sur les otages, peintures de Fautrier (1946); Courte méditations réflexe aux fragmentes du miroir (1946); Dix-courts sur la méthode (1946); Braque le Reconcialateur (1946); La Crevette dans tous ses états (1948); Liasse (1948); Des cristaux natureles (1949); Un poème (1951); Note hâtive à la gloire de Groethuysen (1951); L'homme à grands traits (1951); Sekiguchi présente ses peintures et aquarelles (1953); Fables logiques (1953); Parade pour Jacques Hérold (1954); Paroles à propos des nus de Fautrier (1956); Le murmure (1956); Springer (1959); Dessins de Pablo Picasso (1960); Fenosa (1961); Le gran recueil (1961); Braque lithographe (1963); De la nature mort et de Chardin (1964); Pour un Malherbe (1965); La fabrique du pré (1971); L'Atelier contemporain et Comment une figue de paroles et pourquoi (1977); Nous, mots français (1978); Petite Suite vivaraise; Nioque de l'avant-printemps; y Pratiques d'écriture.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.