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EsculturaBiografía

Plaza, Nicanor (1844-1918).

Escultor chileno, nacido probablemente cerca de Santiago en 1844 y fallecido en Florencia (Italia) el 5 de diciembre de 1918, está considerado junto a José Miguel Blanco Gavilán el pionero de la escultura chilena, arte que cultivó bajo las pautas del academicismo propio del siglo XIX tanto en lo que se refiere a la técnica como a la temática. Fue maestro de una generación posterior de escultores entre los que figuraron Simón González, Rebeca Matte y Virginio Arias.

Artista increíblemente precoz, Nicanor Plaza trabajó de niño como aprendiz de artesano, labor en la que al parecer ya mostraba vocación creativa, y formó parte, con sólo catorce años, del primer curso de Escultura organizado por la Academia de Bellas Artes de la capital chilena, bajo la dirección del maestro francés August François. Realizó su primera exposición en 1858, siendo reconocido su talento con varios premios, y en 1863, gracias a una beca del Gobierno y la notable ayuda económica del filántropo Luis Cousiño, pudo trasladarse a Europa para ampliar su formación artística. En París estudió en la prestigiosa Escuela Imperial dirigida por François Jouffroy, y en 1867 abrió su propio taller, en el que comenzó a crear sus primeras piezas y participó como ayudante en varios proyectos colectivos como el Monumento a O'Higgins de Ernest Carriere Belleuse. En 1872 regresó a Chile, donde de inmediato le fue ofrecida la dirección de la Escuela de Escultura; ese mismo año recibió el reconocimiento general por Caupolicán, su obra más célebre y uno de los hitos en la historia del arte de Chile, aunque otras dos esculturas presentadas junto a la anterior, Susana y Bacante, causaron cierto escándalo debido a la desnudez de las figuras. En 1888 reformó el plan de estudios de la Escuela para adecuarlo a las corrientes modernas, y en 1897 recibió el Premio del Certamen Edwards por La Quimera. Tras más de veinte años de fecunda actividad artística y docente, abandonó Chile y regresó a Europa (1900), estableciendo su residencia primero en París y posteriormente en Florencia (Italia). En sus últimos años sufrió una enfermedad que dificultó su labor creadora, pese a lo cual pudo terminar sus dos últimas esculturas: Prólogo y Epílogo.

Nicanor Plaza es una referencia imprescindible en el arte escultórico de su país tanto por su obra como por la vasta labor académica y pedagógica, aunque no obstante, su trascendencia como artista residió más en la temática que en la técnica. En efecto, Plaza apenas presentó innovaciones en este último apartado, limitándose a seguir fielmente las enseñanzas academicistas al respecto que incidían en el respeto a los cánones clásicos de representación, el uso de materiales nobles y la búsqueda de la perfección en el modelado; en cambio, introdujo una importante innovación conceptual: la sustitución de los modelos de la tradición griega y latina por otros ligados a la historia chilena, con el objeto de inaugurar una escultura plenamente nacional, que nutriera a las artes del país de sus propios mitos y figuras legendarias. En este sentido se enmarcan algunas sus estatuas de indígenas mapuches, como Caupolicán o El Jugador de Chueca, así como de personajes insignes, entre las que debe destacarse la del jurista Andrés Bello. Sin embargo, en La Quimera (1897), conjunto mitológico que representa a un monstruo y una virgen, retomó la tradición de las alegorías del clasicismo grecorromano, si bien con un tratamiento que indicaba una cierta evolución en su estilo.

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  • 0201 MAH