Pi i Margall, Francesc (1824-1901).
Abogado y político español. Nació en Barcelona el 29 de abril de 1824 y falleció en Madrid el 29 de noviembre de 1901. Era hijo de un obrero textil, sargento de la milicia nacional. Estuvo en el seminario de 1831 a 1837 y estudió derecho. Fue miembro de la Sociedad Filomática, donde conoció a las principales figuras del romanticismo catalán. Colaboró en diferentes periódicos y en la redacción de diversas obras. Tuvo que huir a Francia en 1866 debido a su ideología. Cuando volvió, se encontró con que tres grupos políticos preparaban el derrocamiento de Isabel II: unionistas, progresistas y demócratas. Los primeros aportaban, sobre todo, fuerza militar y reunían a unos cincuenta oficiales que constituían la mayor parte de los altos mandos del Ejército, y cuya incorporación a la conspiración, aunque tardía, fue fundamental para alcanzar el éxito. Los progresistas representaban también una fuerza militar aglutinada por Prim a la que se unieron civiles vinculados a la burguesía industrial catalana; este grupo se convierte en el núcleo del frente revolucionario. Por último, los demócratas, que contaban con escaso apoyo militar pero que tenían una importante influencia civil con el apoyo popular. Entre los demócratas se distinguieron tres sectores ideológicos distintos: los progresistas-disidentes -monárquicos- (Cristino Martos, Manuel Becerra, Nicolás M. Rivero), los republicanos (José M. Orense, Emilio Castelar, Francesc Pi i Margall) y los socialistas utópicos (Sixto Cámara, Fernando Garrido). Todos tienen en común la defensa de la soberanía popular -expresada en el sufragio universal- y de los derechos individuales. El 10 de noviembre de 1871, tras una votación que arroja un resultado de 192 votos a favor y 38 en contra, las Cortes declaran inconstitucional la I Internacional. La llegada a la Presidencia del Gobierno del general Malcampo en octubre de este año favorece que las fuerzas políticas en el poder radicalicen sus posturas contra esta organización.
El ministro de Gobernación, Francisco Candau, propone disolver la I Internacional por considerarla atentatoria a la seguridad del Estado, para lo que cuenta con el apoyo de conservadores y moderados. Cánovas del Castillo justifica su postura en la defensa de la propiedad privada, el mantenimiento del orden social y los derechos individuales. Dicha propuesta cuenta también con al apoyo de los carlistas y, en su nombre, así lo manifiesta Cándido Nocedal, mientras que el radical Eugenio Montero Ríos declara que el asunto compete a los tribunales de justicia. Por su parte, Pi i Margall y Salmerón intervinieron en favor de la I Internacional poniendo en cuestión, desde diferentes puntos de vista, la legitimidad de la propiedad privada. A las 12 de la noche del 11 de febrero de 1873, las Cortes nombran como presidente del Gobierno a Estanislao Figueras. El Gabinete estaba compuesto por tres republicanos -Pi i Margall en Gobernación, Castelar en Estado y Nicolás Salmerón en Justicia- y cinco radicales -Beránger en Marina, Fernández de Córdoba en Guerra, Francisco Salmerón en Ultramar, Becerra en Fomento y José Echegaray en Hacienda-. Asimismo, el radical Cristino Martos fue elegido presidente del Congreso. El 11 de junio de 1873, Francesc Pi i Margall consiguió formar Gobierno tras un larga y complicada negociación. La dimisión de Figueras, al reunirse las Cortes el 1 de junio, abrió una crisis en la se puso de manifiesto la división en el Partido Federal. El día 8, Pi i Margall presentó una primera lista de Gobierno que fue rechazada, lo que obligó a Figueras a continuar en la Presidencia. Pero éste abandonó y huyó a Francia el día 10, dejando tras de sí una situación de caos en la que se extienden los rumores de un posible golpe de Estado protagonizado por los intransigentes. Un día después, Pi i Margall logró formar un Gobierno compuesto por políticos de segunda fila.
En la misma sesión, Pi afirmó que los propósitos de su Gobierno eran salvar la República y el orden. Francesc Pi i Margall, contrario a las soluciones de fuerza, intentó desarmar políticamente a los sublevados en Cartagena, donde se proclamó el cantón, y el 17 de julio de 1873 presentó ante las Cortes, reunidas en Madrid, un proyecto de Constitución preparado precipitadamente por Castelar en 24 horas. Está compuesto de 117 artículos divididos en 17 títulos. En el artículo I se afirma que la nación española adopta la forma de República federal, integrada por los estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia y Regiones Vascongadas. Hace una exposición detallada de los derechos individuales, muy similar a la de la Constitución de 1869, e introduce el poder de relación, ejercido por el presidente. El 18 de julio de 1873, Francesc Pi i Margall presentó su dimisión en Madrid ante las críticas de muchos diputados, que le achacaron la responsabilidad del movimiento cantonal por su falta de firmeza. Los debates en torno a la nueva Constitución, presentada por el presidente el día anterior, no llegaron a finalizar, pero se percibió que su aprobación sería imposible dada la división existente en el campo federal. En 1876, Francesc Pi i Margall publicó, en Madrid, su obra Las nacionalidades, en la que pretendió demostrar que el principio federal es superior a los fundamentos del resto de las formas de organización política e incluyó como apéndice las Constituciones de Alemania, Estados Unidos y Suiza. La coalición republicana de marzo de 1893 se rompió unos meses después, a pesar de la presión de las bases de los tres partidos por mantener la unión. A lo largo de 1894, los partidos republicanos se reafirmaron en sus posiciones. Progresistas y centralistas celebraron asambleas en abril y mayo, respectivamente.
El 21 de junio de 1894, Francesc Pi i Margall publicó en Madrid un manifiesto-programa en el que sintetizó su ideario federal y mostró una mayor preocupación por la cuestión social. El 29 de noviembre de 1901, falleció en la capital de España a la edad de 77 años. Su muerte tuvo lugar cuando se estaba produciendo el acercamiento entre los federalistas catalanes y los regionalistas. Autor de Las nacionalidades e Historia de España en el siglo XIX.
