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PolíticaBiografía

Pedro I, el Grande, Zar de Rusia (1672-1725).

Zar de Rusia de la dinastía Romanov, nacido en Moscú el 9 de junio (30 de mayo según el calendario juliano) de 1672 y muerto en San Petersburgo el 8 de febrero (28 de enero) de 1725. Pjotr I Alejksejewitsch (su nombre en ruso) era hijo del zar Alejo I Mijailovitch y de su segunda esposa Natalia Narishkina; tuvo como hermanastros a Feodor III e Iván V, también zares, y a Sofía Alekseieva (todos ellos hijos de María Miloslavkaya, la primera mujer de su padre).

Síntesis biográfica

Pedro I, llamado el Grande, fue el verdadero fundador del imperio ruso. Tras su acceso pleno al poder entre 1689 y 1694 (entre 1682 y 1689 gobernó nominalmente junto con Iván V, siendo regente Sofía. La idea motriz de su política fue dar a Rusia un papel internacional de importancia, a la que subordinó todo lo demás: la occidentalización de instituciones y costumbres, sus reformas o las campañas militares. Así, de 1697 a 1700 viajó por Europa occidental para aprender distintas técnicas y establecer una alianza contra los turcos; introdujo vestimentas y sistemas de administración occidentales (que por lo general serían duraderos); guerreó contra turcos (1696 y 1711) con poca fortuna y contra los suecos (Guerra del Norte, 1700-1721) con mayor éxito, haciéndose con varios territorios a orillas del mar Báltico y desplazando a Suecia como potencia hegemónica en ese mar. Sin embargo, el coste social de sus mejoras fue muy grande, pues Pedro I, que era de carácter cruel, impuso sus medidas por la fuerza.

Juventud y reinado conjunto con Iván V: regencia de Sofía Alekseieva

Físicamente agraciado (alto, medía unos 2 metros, fuerte, dinámico), fue desde su nacimiento muy apreciado por su padre; aunque él era el tercero en la línea de sucesión, se convirtió pronto en su favorito por delante de sus hermanastros mayores, el enfermizo Feodor y el retrasado Iván. En abril de 1682, cuando Pedro apenas tenía nueve años, murió Feodor I tras sólo seis de gobierno. Una asamblea presidida por el patriarca Joaquín pensó proclamarle zar, con su madre Natalia como regente. No obstante, ésta fue pronto desplazada por su hermanastra Sofía, con ayuda de la guardia imperial, los streltsi. La matanza de varios miembros de la familia Narishkin causaría en Pedro un trauma emocional que le dejaría secuelas físicas toda la vida (un tic en la cara y temblores) y psicológicas. No obstante, la nueva regente reconoció la igualdad formal de los dos zares (hizo para ellos tronos, coronas y cetros idénticos), aunque de hecho tenía cierta preferencia hacia el incapaz Iván, hijo de María Miloslavkaya como ella.

Así, Pedro, cuyo dinamismo contrastaba fuertemente con la inutilidad de Iván, fue enviado a vivir junto con su madre a las afueras de Moscú, a Preobrazhenski, educándose de este modo al aire libre. Su tutor fue Nikita Zotov, que le contaba las hazañas militares de los antiguos zares; Pedro se aficionó a ellas, y junto con su mejor amigo (lo sería toda su vida), el mozo de establo Alejandro Menshikov, solía organizar batallas simuladas con otros jóvenes. Conoció en esta época a dos de sus futuros colaboradores, François Lefort (francés) y Patrick Gordon (inglés). También sentía gran curiosidad por los trabajos artesanos, frecuentando los talleres del Barrio Alemán. Fue de este modo como aprendió geografía y arquitectura militar, construyendo él mismo un fortín sobre el río Yauza, al que bautizaría Pressburg. Más tarde se interesó por las artes de la navegación y la construcción de barcos, después de que un holandés, Karsten Brand, le reparase un bote. En 1689 contrajo matrimonio, según las indicaciones de su madre, con Eudoxia Lopukhina, hija de Feodor Lopukhine, de la que se divorciaría en 1698, habiendo tenido de ella a Alejo (1690) y a otros dos varones, Alejandro (1691) y Pablo (1693), que murieron pronto.

Entre tanto, trabajaba para reducir la influencia de la regente Sofía, introduciendo espías en la corte, y formando con sus antiguos amigos una guardia fiel (Guardia de Preobrazhenski) que le protegiese. Por fin, el mismo año de su matrimonio, en agosto, creyó ver llegado su momento: convocó en la abadía de la Trinidad a los oficiales de los streltsi, pero sólo acudieron unos pocos. El éxito del golpe fue incierto hasta que una multitud procedente del Barrio Alemán, donde Pedro era muy popular, marchó hacia la abadía. Los militares y los streltsi, contagiados, se adhirieron también al fin, y Pedro pudo así hacerse con el poder sin dificultades. Confinó a Sofía en un convento y se deshizo de los partidarios de ésta en la corte, aunque respetó la vida y el título formal del inofensivo Iván V, que moriría pocos años después, en 1696. Pedro I no se haría cargo completamente del gobierno hasta la muerte de su madre en 1694.

Pedro I y la occidentalización de Rusia

El objetivo fundamental de Pedro I fue hacer de Rusia una potencia europea mediante el acceso a dos mares, al sur el mar Negro (con los turcos como enemigos) y al norte el Báltico (con la oposición de los suecos). Consideró que el mejor medio de lograr todo ello era hacer propias las costumbres y las técnicas occidentales. Así, cuando en 1695 hizo un primer intento de conquista de Azov (junto al mar Negro) y sus tropas tuvieron que retirarse por falta de apoyo naval, reparó en la necesidad de contar con una fuerte flota. Creó unos astilleros en Voronezh (junto al río Don), contratando carpinteros extranjeros y trabajando él mismo en las labores de construcción. Cuando estuvo lista la flota, un segundo ataque combinado en julio de 1696 sí tuvo éxito. Pero no era suficiente: inició en marzo de 1697 una serie de viajes por Europa occidental (fue el primer zar que salía de Rusia) con sentido diplomático (lograr una alianza contra Turquía) y con el propósito secreto de informarse sobre técnicas de construcción de barcos.

En su itinerario estuvo acompañado por unas 250 personas (se la llamó “Gran Embajada”) entre nobles, guardias, criados, capellanes y músicos. En primer lugar visitó Riga, en Livonia (hoy parte de Letonia), luego Königsberg (Prusia) y Berlín, y después Holanda. En este país, con sólo seis hombres (entre ellos Menshikov), trabajó como carpintero en el puerto de Zaandam y luego en Ámsterdam, aprendiendo además las más variadas técnicas y conocimientos: extracción de dientes, imprenta, anatomía. Unos meses después marchó a Inglaterra, a Londres, donde prosiguió su aprendizaje además de visitar diversas instalaciones e instituciones inglesas. Pero las gestiones contra Turquía fueron un fracaso: ni Leopoldo I de Austria, ni Augusto III de Polonia le apoyaron, y la alianza que firmó con Federico I de Prusia no fue militar. De este modo, en 1699 tendría que hacer la paz con los turcos, aunque manteniendo Azov en su poder. Sólo este mismo año sus negociaciones tendrían un fruto tardío: una alianza contra Suecia.

El último de sus viajes europeos fue a Austria, pues estando en Viena le llegó un mensaje de su hombre de confianza en Rusia, Teodoro Romodanovski, avisándole de la rebelión de los streltsi, descontentos con su mala situación (algunos llegaron a solicitar a Sofía Alekseieva que se he hiciese con el poder). Aunque cuando llegó a Moscú la sublevación ya estaba controlada, Pedro I aprovechó la ocasión para vengarse cruelmente de los sucesos de 1682. Más de mil miembros de la guardia fueron ejecutados con horribles tormentos, colgándose luego sus cuerpos en horcas; también sus esposas fueron asesinadas, prolongándose la matanza hasta principios de 1699. Aún no se había extinguido el horror que estos sucesos causaron en Europa cuando hizo que sus nobles, militares y funcionarios se afeitasen la barba y vistiesen a la francesa para asemejar su aspecto a la moda occidental. También adoptó entonces el calendario europeo, aunque no el gregoriano sino el juliano, y permitió que las damas de la corte tuviesen vida social.

La Guerra del Norte contra Suecia y la hegemonía rusa en el Báltico

Pero para Pedro I el principal objetivo continuaba siendo la supremacía. Obtenida una alianza con Polonia-Sajonia y Dinamarca, declaró la guerra a Carlos XII de Suecia (Gran Guerra del Norte), nombrando a Menshikov comandante en jefe de las fuerzas terrestres y marítimas. No pudo tomar Narva (Ingria) en noviembre de 1700, porque sus tropas estaban mal preparadas, equipadas y dirigidas. El zar les dio mejor dotación y decretó una leva, y a partir de 1702 comenzó a conseguir victorias sobre los suecos, obteniendo un acceso al golfo de Finlandia con la toma de la desembocadura del río Neva (mayo 1703); después conquistó gran parte de Curlandia, Livonia y Estonia (1704-1706). A partir de 1706 la guerra entró temporalmente en una fase de poca actividad. Pedro I aprovechó la calma para proseguir con uno de sus más apreciados proyectos, iniciado ya en 1703: la construcción de una nueva capital (y de una flota en el Báltico desde ella) en la desembocadura del río Neva, que debía llevar su nombre: San Petersburgo. Para ello envió numerosos esclavos a desecar los pantanos que cubrían la comarca, muchos de los cuales morirían durante las obras. Éstas apenas habían avanzado, y la ciudad era a duras penas habitable cuando ordenó a sus nobles que levantasen residencias allí y las habitaran durante gran parte del año. Él se trasladaría a ella en 1710, declarándola oficialmente capital de Rusia en 1712.

Los combates se reanudaron con fuerza en 1708, cuando los suecos penetraron profundamente en Rusia; la vastedad del país permitió a Pedro I retroceder ordenadamente, cediendo terreno al adversario, que trató de obtener ayuda del cosaco ucraniano Iván Mazeppa y de los turcos. Sin provisiones, fueron atacados por el zar en Poltava (junio de 1709), que se apoyó en su mayor número de tropas y artillería para batir a Carlos XII, quien debió refugiarse en Turquía hasta 1714. Ayudó al rey polaco Augusto III a recuperar su trono y terminó la conquista de Livonia y Carelia. Extendió además su influencia sobre Curlandia al casar a su sobrina Ana Ivanovna con el duque curlandés Federico Guillermo Kettler (1710).

Sin embargo, en 1711 el rey sueco logró azuzar al sultán turco Ahmed III contra Rusia. La reacción de Pedro I fue marchar hacia el Danubio para obtener ayuda de moldavos y valacos, al tiempo que fomentaba la rebelión de los eslavos de los Balcanes. Pero para su desgracia, a orillas del río Prut fue vencido por un ejército turco superior. Las condiciones de paz fueron, no obstante, benignas: sólo tuvo que desmantelar las fortalezas del Dnieper y entregar Azov y la flota rusa del mar Negro, pero no los territorios arrebatados a Suecia. La guerra contra ésta aún no había finalizado, y prosiguió con ventaja rusa. En julio de 1714 Pedro I logró la victoria naval del cabo Hangö (Finlandia), pero en 1717 tuvo que retirar sus tropas de Polonia por la presión de otras potencias europeas. Poco después viajaba por segunda vez a Occidente, a Copenhague, Ámsterdam, París y Berlín, firmando un tratado de no agresión con Luis XV de Francia y Federico Guillermo I de Prusia. El año siguiente inició negociaciones con los suecos, pues Carlos XII acababa de morir en lucha con los daneses; su hermana y sucesora Ulrica Leonora solicitó la paz a Pedro I, la cual se firmó en Nystad en septiembre de 1721. Suecia era así desplazada por Rusia en el dominio del Báltico, que incorporó definitivamente Carelia, Ingria y parte de los países bálticos. Pedro comenzó a ser llamado a partir de entonces el Grande.

Las del Báltico no fueron las únicas conquistas de Pedro I, que también prosiguió la expansión rusa en Asia, incorporando el extremo del continente: la península de Kamchatka y las islas Kuriles. Encargó también al navegante danés Vitus Bering la búsqueda de un paso terrestre entre Asia y América del Norte. Asimismo, una guerra contra Persia (1722-1723) le permitió dominar las costas meridionales y occidentales del mar Caspio, que serían rusas hasta 1732 (reinando ya Ana Ivanovna). Pero sus otras empresas asiáticos fueron fracasos: no pudo imponer un protectorado sobre los khanatos de Khiva y Bujara (Uzbekistán) ni establecer relaciones comerciales estables con China.

Pedro el Grande, déspota y reformador

Entre tanto, en 1707 había contraído matrimonio secreto con una antigua amante, Marta Skavronska, huérfana de unos campesinos lituanos, que cambió su nombre por el de Catalina; con ella tendría a la zarina Isabel Petrovna (1709). Irascible a veces, incluso peligroso cuando estaba bebido, Pedro llevaba en la corte un género de vida entre austero y extravagante; le gustaba humillar a altos nobles obligándoles a comportarse como bufones en sus alocadas y vulgares fiestas. Uno de los que más sufrió su carácter fue su propio hijo Alejo, joven inteligente y sensible pero despreciado por su padre por su escaso gusto hacia lo militar. Pedro le obligaría a casarse con Sofía Carlota de Brunswick-Wolfenbüttel (muerta tras dar a luz al futuro Pedro II). Alejo quiso renunciar al trono y llegó a huir a Viena en 1716, regresando sólo cuando Pedro I le prometió no castigarle. El zar no cumpliría su promesa, acusándole falsamente de conspirar contra el trono. Le torturó e hizo que un tribunal le condenase a muerte, sentencia que parece que se cumplió poco después (junio de 1718) en la fortaleza de Trubetskoi. Públicamente se dijo que había fallecido de apoplejía.

En San Petersburgo, entre tanto, las obras proseguían cobrándose un altísimo tributo en sangre (se habla de hasta 200.000 muertos) que los obreros no siempre soportaban pasivamente, rebelándose a veces. En Rusia, junto con apreciables logros (reorganización administrativa; instituciones educativas, especialmente para técnicos y militares; industria en los Urales; difusión de la lectura y la cultura; cierta mejora de la situación de las mujeres) tomó otras medidas de gran despotismo (reforzamiento de la esclavitud, sometimiento de la nobleza y de la Iglesia ortodoxa rusa). En 1722, pocos años antes de su muerte, cambió las leyes sucesorias para excluir a su nieto Pedro, hijo de Alejo (todos sus otros vástagos varones habían muerto), decretando que en lo sucesivo sería el zar quien designase a su heredero. La elegida fue su propia esposa Catalina, ante el escándalo popular. En febrero de 1725, con apenas 53 años de edad, murió a causa de un cálculo renal.

Bibliografía

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Enlaces en Internet

http://www.abcgallery.com/bio/peterthegreat.html ; Página con varios retratos de Pedro el Grande (en inglés).
http://www.cityvision2000.com/history/index.htm ; Página con información sobre la historia de San Petersburgo (en inglés).
http://gallica.bnf.fr/Fonds_Textes/T0089874.htm ; Página con el texto completo de una obra sobre la Historia de Rusia en época de Pedro el Grande, escrita por Voltaire (en francés).
http://marchif.crosswinds.net/texte/21/21335.html ; Página con datos genealógicos de Pedro I (en francés).
http://members.surfeu.fi/thaapanen ; Página con información sobre los Romanov (en inglés).
http://www.moscowkremlin.ru/romanovs.html ; Página con diversa información e imágenes sobre los Romanov (en ruso).
http://perso.wanadoo.fr/dboudin/VOLTAIRE/Pierre.htm ; Página con anécdotas sobre Pedro I recogidas por Voltaire (en francés).

Autor

  • Bernardo Gómez Álvarez