Neumann, Stanislav Kostka (1875-1947).
Poeta y animador cultural checo, nacido en Praga en 1875 y fallecido en su ciudad natal en 1947. Hombre de profundas convicciones anárquicas y no menos firmes inclinaciones humanísticas, puso su inspiración literaria al servicio de su ideario socio-político, hasta convertirse en una de las figuras más relevantes del panorama cultural checo de la primera mitad del siglo XX.
Poeta fecundo y precoz, se dio a conocer con poco más de veinte años de edad por medio del poemario titulado Apóstrofes altivos y apasionados (1896), una magnífica opera prima que, ya desde el privilegiado frontispicio de su título, anunciaba el vigor altanero y agresivo de sus versos arrolladores, en los que hacía gala de un radical individualismo que arremetía contra todas las normas sociales y, de forma muy señalada, contra las convicciones religiosas de mayor implantación en su entorno. Convertido, merced a esta impetuosa irrupción en los principales foros y cenáculos literarios de Praga, en una especie de abanderado de los escritores y artistas de tendencia anárquica radical, en 1897 fundó, para consolidar esta corriente, la revista Nuevo culto, donde tuvieron cabida los poemas, artículos, colaboraciones y demás escritos de los autores checos que compartían el talante libertario de Neumann.
Idéntica aspereza conceptual y similar agresividad estética e ideológica mostraba su segunda entrega poética, publicada a comienzos del siglo XX bajo el significativo epígrafe de Sueño de la tropa de los desesperados (1903). Sin embargo, con el paso del tiempo, su voz poética fue atenuando este acerado tono combativo para -sin llegar a abandonar en ningún momento sus radicales ideas progresistas- dar cabida a otros temas que admitían un enfoque más positivo, como la exaltación de la naturaleza (así, v. gr., en el poemario titulado Libro de los bosques, de las aguas y de los collados, de 1914) o la confianza en los valores intrínsecos del hombre y en la posible regeneración de la sociedad contemporánea (como queda patente en Nuevos cantos, de 1918).
Los ecos socio-políticos que venían acompasando su obra desde sus composiciones primerizas, aupados por los sucesos acontecidos en la Europa del Este, se sumaron luego gozosamente a la causa revolucionaria del proletariado, a la que exaltó con tanta inspiración poética como ilusión colectiva en nuevas colecciones de versos tan apasionadas como Cantos rojos (1923), Corazón y nubes (1935) y Viejos obreros (1936). Posteriormente, la amenazante extensión de la ideología nazi por toda Europa y la invasión de Checoslovaquia por parte de las tropas alemanas acentuó su resistencia combativa y patriótica desde las filas del comunismo, y no dudó en recurrir a su facilidad versificadora para condenar airadamente, desde el fortificado reducto del marxismo, los efectos devastadores del totalitarismo nazi que había conducido a las principales naciones a una conflagración bélica mundial. Estos lamentos postreros de Stanislav Kostka Neumann vieron la luz en sus poemarios titulados Años sin fondo (1945) y Años infectos (1946).
JRF.
