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Ingeniería y tecnologíaMatemáticasAstronomíaBiografía

Muñoz, Jerónimo (ca. 1520-ca. 1591).

Docente y científico español, nacido en Valencia hacia 1520 y muerto en Salamanca alrededor del año 1591.

Estudió en la Universidad de Valencia, donde obtuvo en 1537 el título de Bachiller en Artes y, poco después, el de Maestro. Algunos autores afirman que cursó también medicina, si bien este extremo no está documentado. Viajó por Europa durante los años siguientes con idea de completar su formación, y ocupó durante algunos años la cátedra de Hebreo de la Universidad de Ancona. Un testimonio italiano de la época ha hecho pensar en su posible condición de converso: "aquel Munyocio, llamado el valenciano..., hablaba el hebreo con selecta perfección, como si se hubiera criado y educado entre hebreos".

Ya de vuelta en España, observó en 1556, en Elche, el gran cometa aparecido entonces, observación que comentó, así como los presagios del fenómeno en un apéndice al Libro del nuevo cometa. En Valencia enseñó privadamente Matemáticas hasta 1563, fecha en la que fue nombrado catedrático de Hebreo; en 1565 unió ambas cátedras, puesto en el que estuvo hasta 1578. En Valencia, Muñoz desarrolló una intensa actividad didáctica y científica, que quedó reflejada en las varias obras que publicó de matemáticas y astronomía, así como otras muchas que quedaron manuscritas; realizó también una intensa labor de formación con sus discípulos, entre los que figuran el astrólogo y geógrafo Bartolomé Antist y Pedro Ruiz, que fue autor de un excelente tratado de relojes solares (1575).

Su prestigio como matemático fue aumentando progresivamente, al extremo de que fue requerido por Felipe II para hacer la nivelación de dos ríos, con el fin de llevar el agua a Murcia, Lorca y Cartagena, con ocasión de lo cual Muñoz determinó con notable precisión la latitud de diversas localidades. En 1578 aceptó la oferta de la Universidad de Salamanca para ocuparse de la cátedra de astrología de esta institución, probablemente atraído por el aumento de salario que dicha oferta implicaba en relación al que recibía en la Universidad de Valencia.

En Salamanca formó también a algunos destacados discípulos, como Diego de Lava, autor de un importante tratado de artillería titulado El perfecto capitán instruido en la disciplina Militar, y nueva ciencia de la Artillería (1590). En esta obra Lava refiere las experiencias realizadas por su maestro Jerónimo Muñoz encaminadas a rebatir el supuesto de Tartaglia de que el incremento en el alcance de los proyectiles es el mismo para cada grado de elevación de la pieza. Otro discípulo de Muñoz en Salamanca fue Antonio Núñez Zamora, también catedrático de matemáticas y astronomía y autor de un interesante tratado sobre la supernova de 1604 (1610).

En 1582, Muñoz intentó volver a Valencia, gestionando a través de su discípulo Bartolomé Antist el reingreso a sus antiguas cátedras de Hebreo y Matemáticas. Los jurados acordaron concederle un sueldo de 100 libras por cada cátedra más 50 como ayuda para los gastos de traslado. No debió de satisfacerle la propuesta, pues permaneció en Salamanca, donde comenzó también a enseñar hebreo hasta su muerte.

La primera obra publicada por Muñoz es un tratado de aritmética titulado Institutiones Arithmeticae ad percipiendam Astrologiam et Mathematicas facultates necessariae. Como título sugiere, es un texto concebido especialmente para la enseñanza y destinado principalmente a proporcionar los conocimientos de aritmética indispensables para los cálculos astronómicos. En este sentido, quizá el aspecto más destacado del libro sea precisamente la insistencia en las aplicaciones a la astronomía. Muñoz explica las operaciones aritméticas con ejemplos en numeración decimal y sexagesimal y estudia las proporciones y las progresiones aritméticas y geométricas.

Su segundA y más importante obra publicada es el Libro del nuevo cometa. Se trata de una investigación acerca de la "nova" de 1572, identificada por los astrónomos del siglo XX como una supernova de tipo I. Como es sabido, esta estrella y los trabajos y problemas a que dio lugar, marca una importante etapa en el proceso de abandono de la cosmología aristotélica y medieval, y en la progresiva sustitución de ésta por la idea de un Universo infinito -o indefinido- de la física y la astronomía modernas. Entre dichos trabajos, las observaciones de Muñoz fueron unas de las más tempranas y exactas de las publicadas en Europa. El astrónomo valenciano escribió su obra a petición de Felipe II y con el propósito explícito de demostrar que la "nova" estaba situada en la esfera celeste y que, por lo tanto, en ésta se producían alteraciones y cambios frente a lo que suponía la doctrina aristotélica tradicional. La demostración está fundamentada en la determinación del paralaje de un astro, que permite estimar la distancia del mismo a la tierra. Muñoz encontró, a partir de diversas mediciones y cálculos, que el paralaje de la "nova" era insensible, prueba de que no podía ser un cuerpo "sublunar".

La posición de la "nova" la estableció refiriéndola a "a, b y g Cassiopea", con las que formaba una figura "casi rombo". Además, calculó de manera independiente las coordenadas ecuatoriales y eclípticas del astro. Muñoz llamó a la "nova" cometa, aunque no dejó de señalar que "en ningún autor hallo Cometa semejante a éste, el cual mas parece estrella que Cometa" y "el nuestro Cometa hasta agora ha guardado inviolablemente las leyes del movimiento del primer mobile, como si fuera estrella fixa". Por ello, el error de Muñoz debe evaluarse en función de los criterios explicativos que poseían los científicos de esta época para dar cuenta de la naturaleza y causas de este nuevo astro. En este sentido, las razones de otros autores, como Tycho Brahe, para llamarle estrella no fueron mucho mejores que las de Muñoz para su nomenclatura. El Libro del nuevo cometa fue traducido al francés y editado en París el año siguiente de su aparición en castellano. Las observaciones y consideraciones de Jerónimo Muñoz sobre el fenómeno se difundieron ampliamente por Europa, y fueron comentadas por varios autores, entre otros por Cornelius Gemma de Lovaina y Thaddaeus Hagecius de Bohemia. Tycho Brahe dedicó un capítulo de su Astronomiae Instauratae Progymnasmata a comentar los trabajos de Muñoz y en diversos pasajes de la obra compara las observaciones de éste con las suyas propias. Por otra parte, Muñoz mantuvo correspondencia con algunos astrónomos europeos a propósito de la "supernova", en particular con Bartolomacus Reisacherus de Viena y Thaddaeus Hagecius, cartas que fueron comentadas en las dirigidas a este último por Tycho Brahe en el mencionado capítulo.

Además de las obras comentadas, Muñoz publicó en 1578 un breve folleto de ocho páginas dedicado al cometa de 1577, de interés muy inferior a su tratado sobre la "nova"de 1572. De sus obras manuscritas sólo se ha podido encontrar un tratado de Astrología, probablemente autógrafo, dedicado a comentar el tratado de esta materia de Abu-Al-Saqr Abd al'Aziz Ibn Uthman ibn Ali al-Qabisi (Alcabitius), traducido al latín en el siglo XII por Juan de Sevilla e impreso varias veces en los siglos XV y XVI. Rodríguez afirma haber visto los manuscritos de Muñoz Interpretatio in sex libros Euclides y De planispherii parallelogrammi inventione y el propio Muñoz, en el Libro del nuevo cometa, alude a varias de sus obras manuscritas de astrología. Algunos autores citan también un tratado de geografía titulado Lectura geográfica, supuestamente impreso en 1577, y otro manuscrito de la misma materia titulado Descripción geográfica de España, que probablemente se trata de la misma obra. Estos trabajos de geografía de Muñoz se difundieron en el ambiente valenciano, siendo ampliamente utilizados por los eruditos compatriotas del astrónomo, quienes lo citan siempre como una autoridad.

Bibliografía

Fuentes

Institutiones arithmeticas ad percipiendam Astrologicam et Mathematicas facultates necessariae, Valencia, J. Mey, 1566.
Libro del nuevo Cometa, y del lugar donde se hazen; y como se vera por las Parallaxes quan lexos estan de tierra; y del Prognostico deste, Valencia, Pedro de Huete, 1573; obra de la cual existe una traducción francesa realizada en París, Martin Lejeune, 1574.
Summa del Prognostico del Cometa: y de la Ecclipse de la luna, que fue a los 26 de septiembre del año 1577 a las 12 horas, 11 minutos: el qual cometa ha sido causado, por la dicha Ecclipse, Valencia, J. Navarro, 1578.
En la Osterreichische Nationalbibliothek se conserva una copia manuscrita realizada por Tycho Brahe de una carta de Muñoz a Bartholomaeus Reisacherus.
El Libro del nuevo Cometa y la Summa del Prognostico han sido reeditados en facsímil, junto con la edición y transcripción de la mencionada copia de la carta de Muñoz, en Valencia, Hispaniae Scientia, 1981, con introducción de Víctor Navarro Brotóns.
El manuscrito de astrología mencionado en el texto se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid con el título In Isagogas principiis agdilasi Servi gloriosi dei Alcabiciis de Astrorum Apotelesmatis elucubratio Geronimo Muñoz.

Estudios

RODRÍGUEZ, José. Biblioteca Valentina, (Valencia: 1747), (p. 169).
PICATOSTE RODRÍGUEZ, F. Apuntes para una biblioteca científica española del siglo XVI. (Madrid: Tello, 1891), (pp. 204-207).
FERNÁNDEZ DE NAVARRETE, M. Biblioteca marítima española. (Madrid: Vda de Calero, 1851), (vol. I, pp. 573-579).
COLATERO VALLEDOR, Armando. "El misterio del estrella. Un español lo esclarece (Jerónimo Muñoz)", en Boletín de la Real Sociedad Geográfica, 79 (1943), pp. 12-35.
VERNET, Juan. "Un astrónomo español del siglo XVI", Physis, 12 (1970), pp. 88-90.
HELLMAN, Doris C. en The New Star of 1572: its Place in the History of Astronomy, Actes du IX Congrés Internationale d'Histoire des Sciences. (Barcelona-Madrid: 1959), (pp. 482-487).
NAVARRO BROTÓNS, Víctor. La obra astronómica de Jerónimo Muñoz, (Introducción a la reedición facsímil de los textos de Muñoz citada arriba).

Víctor Navarro Brotóns

Autor

  • V.N. Piñero