Montojo y Pasarón, Patricio (1839-1917).
Marino español, nacido en El Ferrol (Galicia) el 7 de septiembre de 1839 y fallecido en Madrid el 30 de septiembre de 1917, que dirigió la escuadra naval española derrotada por la flota estadounidense al mando del almirante George Dewey en la batalla de Cavite. Este episodio bélico marcó de forma decisiva el desarrollo de la contienda entre ambos países y la pérdida para España de su colonia filipina.
Patricio Montojo realizó su formación militar en la Escuela Naval de Cádiz, donde se graduó en 1855. En 1860 fue ascendido al grado de subteniente y destinado a la flota del almirante Casto Méndez Núñez, que ese mismo año fue enviada a las Filipinas para combatir una sublevación de los Moros de Mindanao; durante su estancia en el Lejano Oriente, Montojo también participó en la expedición a Indochina (1863) y visitó China. En 1866 intervino a bordo de la fragata Almansa en el combate naval de El Callao (Perú), durante la guerra contra Chile y el Perú. Su competente actuación le valió ser nombrado asistente del almirante Méndez Núñez, siendo destinado a tareas administrativas en el Cuartel General de Marina en Madrid. Ascendido a comandante en 1873, volvió a partir hacia las colonias para servir en diversas unidades navales, y ya con la graduación de Comodoro regresó una vez más a la península (1891). En 1897 fue condecorado con la Gran Cruz de la Reina María Cristina.
Nombrado almirante de la Armada, fue enviado nuevamente a las islas Filipinas en calidad de comandante supremo de las fuerzas navales españolas allí estacionadas; era un momento delicado debido al estallido de la rebelión independentista del Katipunan (agosto de 1896), contra quienes dirigió algunas operaciones. Tras la ruptura de hostilidades con Estados Unidos (abril de 1898) Montojo se aprestó a preparar la defensa del archipiélago ante el inminente ataque de la escuadra norteamericana del Lejano Oriente, pese a ser consciente en todo momento de la inferioridad de sus barcos. Así, encerrado en la bahía de Manila sin posibilidad alguna de victoria, el 1 de mayo ordenó una salida desesperada en el transcurso de la cual los buques del almirante George Dewey destruyeron casi por completo su escuadra; durante el desigual combate, el propio almirante Montojo y uno de sus hijos que servía en la flota española resultaron heridos.
La espectacular derrota motivó su destitución al frente de la flota del Pacífico (septiembre de 1898) y poco después la llegada de una orden de comparecencia ante el Tribunal Superior de Justicia Militar para esclarecer su responsabilidad en el desastre (noviembre de 1898). Una sentencia provisional de marzo de 1899 le consideró culpable, ordenando su ingreso en prisión, aunque posteriormente fue absuelto; paradójicamente, durante el proceso judicial el propio almirante Dewey actuó como testigo en su defensa. Separado del servicio activo de forma permanente, Montojo residió hasta su muerte en Madrid.
