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HistoriaBiografía

Montfort, Juan V de, Duque de Bretaña (ca. 1340-1399).

Aristócrata anglofrancés, conde de Richmond y duque de Bretaña, nacido hacia 1340 y muerto en Nantes (Francia) el 1 de noviembre de 1399. Fue apodado "el Valiente" y "el Conquistador".

Hijo de Juan IV de Montfort y de Juana de Flandes, se educó en la corte del rey inglés, Eduardo III, el principal apoyo internacional de su padre para obtener el tan disputado título de duque de Bretaña. La pugna establecida entre Juan IV de Montfort, candidato apoyado por Inglaterra, y Carlos de Blois, candidato apoyado por el rey de Francia, Carlos V, fue conocida con el nombre de Guerra de Sucesión Bretona, uno de los muchos conflictos periféricos que, a la postre, derivaron en el enfrentamiento bélico global entre Francia e Inglaterra conocido como Guerra de los Cien Años (1337-1453).

Tras la muerte de su padre, Juan IV, en la batalla de Cadoret (1345), Juan V de Montfort, apoyado por Eduardo III de Inglaterra y por los constantes esfuerzos diplomáticos de su madre, Juana de Flandes, regresó a Bretaña para exigir sus derechos al ducado en litigio. En 1360, una vez alcanzada la mayoría de edad, Juan V de Montfort hizo diversas demostraciones de su valía militar, derrotando a los partidarios de Carlos de Blois en todas aquellas escaramuzas celebradas en territorio bretón. Entre 1362 y 1363, la situación se volvió muy violenta, por el incremento de tropas mercenarias (los famosos routiers) pagados por la monarquía francesa para apoyar a Carlos de Blois. Finalmente, dos grandes ejércitos acabaron por enfrentarse en la batalla de Auray, el 29 de septiembre de 1364. La victoria fue total para las fuerzas de Juan V de Montfort, ya que, además de desbaratar la fuerzas de su oponente, el propio Carlos de Blois falleció en el campo de batalla. Un año más tarde, el 12 de abril de 1365, el rey francés Carlos V reconocía, mediante la firma del tratado de Guérande, el título de duque de Bretaña a Juan V de Montfort, poniendo fin a la Guerra de Sucesión bretona.

Después del fin de este conflicto, el duque de Bretaña continuó apoyando los intereses británicos en la Guerra de los Cien Años. Así sucedió, por ejemplo, en 1370, cuando Juan V de Montfort prestó ayuda y refugio al capitán de las tropas inglesas, Robert Knowles, después de que éste fuese derrotado por el ejército francés. Esta primera acción supuso la norma habitual en Bretaña durante el centenario conflicto: ser un sólido apoyo anglófilo en territorio galo. A partir de 1372, esta situación se oficializó después de que Juan V de Montfort fuese nombrado por Eduardo III como conde de Richmond, título de la nobleza inglesa, a cambio de que éste permitiese situar a varios destacamentos ingleses en todas sus fortalezas de Bretaña. No obstante, la reacción francesa en el campo militar fue notable, ya que recuperaron el dominio de gran parte de los enclaves bretones y, entre otras consecuencias, obligaron al duque Montfort a huir hacia Inglaterra en abril de 1373.

Al conocer la defección del duque, Carlos V decretó la confiscación de todas sus propiedades en territorio francés; tal ordenamiento supuso varias sublevaciones de los súbditos bretones de Juan V, totalmente reacios a la dominación francesa de Bretaña, pero incapaces de poder hacer frente a este dominio por la ausencia del duque, que vivió en la corte londinense de Eduardo III desde 1373 hasta 1379. En 1380, con la muerte del rey de Francia Carlos V, los barones de Bretaña, ayudados por una sublevación general, volvieron a expulsar a las tropas francesas de territorio bretón. Las expectativas de control aumentaron por el desembarco en Francia de Juan V de Montfort, que fue recibido en su feudo ducal con todos los vítores. Pese a ello, los aplausos se tornaron en rabia cuando los nobles de su consejo se enteraron del pacto que el duque había firmado con el nuevo monarca inglés, Ricardo II, mediante el cual Juan de Montfort se declaraba vasallo de la corona británica y daba a los intereses anglófilos total capacidad de acción (judicial, económica y militar) sobre el territorio. A partir de este momento, el duque Juan de Montfort perdió toda la confianza y el apoyo de sus súbditos.

Cuando los rumores de la situación en Bretaña llegaron hasta la corte francesa, el condestable de Francia Olivier de Clisson, regente del reino durante la minoría de edad del monarca Carlos VI, intentó aprovecharse del descontento bretón. Por una parte, la situación de vasallaje del duque de Bretaña con respecto a Ricardo II era altamente lesiva para sus intereses, así que el condestable Clisson presionó al impopular duque hasta conseguir un pacto, el llamado segundo tratado de Guérande. Firmado el 15 de enero de 1381, en él Clisson, en nombre del rey, le confirmaba todas sus posesiones y su título de duque a cambio de que Juan de Montfort repudiase el acuerdo con Inglaterra. A pesar de ello, ambos firmantes, Clisson y Montfort, protagonizarían violentísimas disputas a lo largo de los años venideros, pues se convirtieron en enemigos implacables el uno del otro. Clisson trató siempre de aprovechar la impopularidad del duque entre sus vasallos, agravada entre los años 1385 y 1390 por la continua subida de impuestos y tasas feudales que Montfort llevó a cabo para sostener sus intereses militares. Por contra, el duque de Bretaña siempre apoyó a Inglaterra en la guerra, haciendo caso omiso del segundo tratado de Guérande. La tensísima situación tuvo su momento culminante en 1392, cuando varios routiers asalariados del duque atentaron contra la vida de Clisson, que se salvó con gran dificultad.

A partir de 1393, Juan V de Montfort sufrió un empeoramiento de su salud y se retiró de la vida política y militar. Su hijo y sucesor, Juan VI de Montfort, tomó las riendas de la política bretona poco antes de que la muerte de su padre, el 1 de noviembre de 1399, le dejase como heredero de todas sus posesiones.

Bibliografía

  • CONTAMINE, P. La guerra de los cien años. (Barcelona, 1990).

Autor

  • Óscar Perea Rodríguez.