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MedicinaBiografía

Moliner Nicolás, Francisco (1851-1915).

Médico español nacido en Valencia en 1851 y muerto en la misma ciudad en 1915.

Estudió medicina en la Facultad de Valencia, donde se graduó en 1876, y fue a continuación ayudante y profesor clínico. En 1883 ganó las oposiciones a la cátedra de patología general de la Universidad de Zaragoza y, tras un fugaz paso por la de Granada, regresó aquel mismo año a la de Valencia como titular de la cátedra de fisiología, que permutó por la de patología médica en 1887, al quedar ésta vacante.

En 1885, Moliner se unió a los seguidores de la nueva microbiología médica que adoptaron una posición crítica ante la vacunación anticolérica de Ferrán. En un extenso estudio reconoció la "merecida gloria" de Ferrán por su descubrimiento, pero denunció los "defectos en su actual experimentación" y la falta de fiabilidad de sus estadísticas, y afirmó que el líquido que inoculaba no producía un cólera atenuado, sino una septicemia que favorecía la receptibilidad del vibrión colérico. Desde esta postura se enfrentó con Amalio Gimeno, principal defensor de la vacunación, en una polémica que se hizo cada vez más agria y personal. Este enfrentamiento fue el punto de partida de una profunda y duradera enemistad, cuya primera consecuencia fue que Moliner dejó de colaborar en la redacción del Tratado de patología general, de Gimeno. Más tarde, cuando a comienzos del siglo XX Gimeno se convirtió en figura política y fue ministro de Instrucción Pública, esta enemistad pesó negativamente en la actividad médico-social y política de Moliner, que llegó a llamar a Gimeno "prototipo de la política contraria a la mía y por consiguiente, el eterno enemigo de mi política y por ende de mi persona". Contrapuso a la vacunación un método para el tratamiento del cólera llamado "lavado de la sangre", que pretendía la disolución de las toxinas microbianas y su posterior eliminación por la orina mediante la inyección endovenosa de grandes cantidades de suero salino.

En 1890, Moliner puso al día sus puntos de vista acerca de la etiología y la terapéutica del cólera en otro extenso estudio y dedicó un par de artículos a la gripe, en uno de los cuales dio noticia del micrococo descubierto por Otto Seifert como posible agente etiológico de la enfermedad. Ese mismo año viajó a Berlín, comisionado por el Ayuntamiento de Valencia para estudiar la tuberculina y sus posibles aplicaciones en el instituto dirigido por Koch. Allí asistió, además, a los experimentos de Kitasato en torno al suero antitetánico, que resumió en otro artículo.

En 1891 apareció el libro más importante de Moliner, su monografía sobre la "pulmonía fibrinosa", en la que sistematizó los materiales que había reunido para sus lecciones y en algunos artículos anteriores sobre el tema. Está dedicada al catedrático de cirugía Enrique Ferrer Viñerta y al de clínica médica Julio Magraner, "mis respetables y queridos maestros" y corresponde a la línea de Magraner de plena asimilación de la "medicina de laboratorio". Aunque incluye una presentación de casos, al modo de las leçons cliniques, es un estudio sistemático de la citada entidad nosológica de gran altura y rigurosamente al día. Incluye tres capítulos en los que analiza la anatomía patológica micro y microscópica, la génesis de las alteraciones histopatológicas, así como los caracteres microscópicos y la composición del exudado. También es muy detallada la "fisiología patológica" y la "descripción clínica", aunque la orientación central de la monografía es la "nueva doctrina nosológica de la pulmonía fibrinosa" resultante de la investigación microbiológica. Especialmente brillantes son los capítulos que dedica a la bacteriología del neumococo y a los fenómenos inmunológicos, en los que revisa desde la clásica memoria de Friedländer hasta las investigaciones publicadas meses antes de la redacción del libro. Resulta muy significativo que Moliner afirme rotundamente que "la nueva nosología ha de inspirar y sostener una nueva terapéutica" y confíe que será posible en el futuro "un tratamiento que combata su naturaleza microbiana, que sea patogénico de verdad". Aquel mismo año presentó al Congreso Médico-Farmacéutico Regional -en cuyos debates participó activamente- una comunicación sobre "el tratamiento específico-abortivo de la pulmonía" mediante la "antisepsia respiratoria" con inhalaciones de aire frío, oxigenado y saturado de trementina, guayacol y timol.

A partir de estas fechas el interés de Moliner se desplazó hacia los problemas médico-sociales que se habían manifestado ya en su discurso sobre "la necesidad de crear cátedras de medicina popular" (1890). Influido en parte por el hecho de que habían quedado defraudadas las expectativas de las terapéuticas "antitóxicas" y "antisépticas" y, sobre todo, las de la tuberculina, defendió en 1894 la importancia de "las granjas-sanatorios en el tratamiento de los tísicos pobres" y publicó dos años después su discurso Aspecto social de la tuberculosis, en el que defendió, principalmente con datos epidemiológicos, que "la tuberculosis es una verdadera enfermedad social, por su extensión, por su naturaleza, por las condiciones biológicas de su germen, por su modo de propagación, por su distribución geográfica y social, por los problemas que provoca y por la terapéutica que reclama". En 1898 presentó su proyecto de creación de un sanatorio para tuberculosos pobres en la Cartuja exclaustrada de Portaceli, que se hizo realidad a mediados del año siguiente, y fue el primero de su clase en España. En la misma fecha se fundó, tras una convocatoria suya, la Liga Nacional contra la tuberculosis y de socorro a los tísicos pobres. Ninguna de estas dos empresas llegó a consolidarse. El sanatorio funcionó hasta comienzos de 1902, mantenido con las aportaciones privadas que Moliner consiguió, principalmente entre los obreros, por lo que tuvo que cerrarse entonces al denegarse toda subvención oficial. La Liga tampoco recibió apoyo oficial de ningún tipo.

Durante los tres últimos lustros de su vida Moliner desarrolló una actividad cada vez más crispada en la que los incidentes se encadenaron. Ya a comienzos de 1898 había sido destituido como rector por el increíble motivo de presidir una corrida de toros benéfica destinada a socorrer a los damnificados en unas inundaciones. En 1901 ganó un escaño de diputado por una "candidatura médica independiente" que se proponía defender un proyecto de ley para la protección de los tuberculosos pobres, aunque ante su fogosidad e independencia se intentó incoarle un proceso para incapacitarlo por locura y separarlo de su cátedra. En 1905 fue el mismo Moliner quien presentó su dimisión como catedrático -que no fue aceptada- "con arreglo a conciencia, por falta de medios para enseñar la asignatura". Por último, en 1908, indignado porque las Cortes hubieran denegado cinco millones para la mejora de la enseñanza y concedido doscientos para la marina de guerra, publicó el panfleto Por la enseñanza y la salud, en el que incitó a los estudiantes valencianos a que reclamasen una dotación de cien millones para estos fines. Los arengó para que se sumaran a la huelga y encabezó una manifestación, y fue por ello encarcelado durante un mes y separado de su cátedra, en la que no volvió a ser repuesto, a pesar de las repetidas reclamaciones que presentó hasta su muerte. Su entierro fue un auténtico acontecimiento que reflejó su gran popularidad, y que se expresó asimismo en el monumento que se le erigió cuatro años después.

Bibliografía

Fuentes

La cuestión Ferrán. Discusión en el Instituto Médico Valenciano. (Valencia; Manuel Alufre, 1885).
Clínica médica. (La pulmonía fibrinosa) […]. (Valencia; Librería de Pascual Aguilar, [1891]).
Del cólera en el estado actual de la ciencia y de su tratamiento por el lavado de sangre. (Valencia; Imprenta de José Ortega, 1890).
Necesidad, utilidad e importancia de las granjas-sanatorios en el tratamiento de los tísicos pobres […]. (Valencia; Real Academia de Medicina, 1894).
Aspecto social de la tuberculosis. Discurso leído […] en el Ateneo Científico de Valencia […]. (Valencia; Imp. Federico Doménech, 1896).

Estudios

BELTRÁN BÁGUENA, M. El Doctor Moliner. Comentario sobre la vida de un médico famoso. (Barcelona; Ed. Científico-Médica, 1946).
GÓMEZ FERER, R. "El Doctor Moliner", en La Medicina Valenciana, nº 14. (1915, pp. 33-40).
LÓPEZ PIÑERO, J. M. Historia de la medicina valenciana. Vol. III. (Valencia; Vicent García Eds, 1988-1992, pp. 92-95).
MOLERO MESA, J. Estudios medicosociales sobre la tuberculosis en la España de la Restauración. (Madrid; Ministerio de Sanidad y Consumo, 1987, pp. 48, 69-89).

J. M. L. P.

Autor

  • JMLP