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HistoriaPolíticaBiografía

Mendieta Montefur, Carlos (1873-1960).

Militar y político cubano, nacido en San Antonio de las Vueltas en 1873 y muerto en La Habana en 1960. Ejerció la presidencia de la República entre 1934 y 1936, con el apoyo del general Fulgencio Batista.

Luchó en la guerra de la independencia cubana (1895-1898) contra los españoles. Al término de la contienda fue nombrado coronel del nuevo ejército nacional. Entre 1901 y 1923 ocupó un escaño en el Congreso como representante del Partido Liberal.

En 1917, el presidente Mario García Menocal se presentó a la reelección, lo que provocó una fuerte reacción de oposición en el país. Los liberales formaron un frente común contra el presidente, y apoyaron la candidatura de Alfredo Zayas y de Carlos Mendieta Montefur. En un primer momento, el recuento de votos pareció conceder una clara victoria a los liberales, pero el presidente Menocal, que controlaba el mecanismo electoral, alteró los resultados para proclamarse presidente, con el apoyo de Washington. Ello provocó una grave crisis institucional. El Tribunal Supremo intervino para determinar el resultado de los comicios, y declaró que éstos habrían de repetirse en las provincias de Oriente y Las Villas. Los liberales no esperaron a la celebración de nuevas elecciones e iniciaron una sublevación, con Mendieta al frente. Pero Menocal consiguió sofocar la insurrección fácilmente y emprendió su segundo mandato (1917-1921).

Durante la presidencia de Gerardo Machado y Morales (1925-1933), Mendieta fundó la Unión Nacionalista, partido por el que volvió a obtener un escaño en la Cámara de Diputados. El partido, que era en realidad una variante de las antiguas formaciones tradicionalistas, se convirtió en una de las principales fuerzas de oposición al presidente. Tras el crack de 1929, que afectó gravemente a Cuba debido a su dependencia de los capitales norteamericanos, Mendieta se acercó a García Menocal para tratar de derribar a Machado y Morales, quien se mostraba incapaz de resolver los acuciantes problemas económicos y de atajar el desorden social provocado por éstos. Mendieta trató de ponerse al frente de la oposición social, pero sufrió un violento rechazo por parte del movimiento estudiantil, que veía en él al representante orgánico de los intereses económicos de Estados Unidos en la isla. En efecto, el coronel Mendieta estaba estrechamente relacionado con los norteamericanos. En agosto de 1931, Mendieta y Menocal iniciaron una sublevación en el interior de la isla, al parecer con el apoyo de parte del ejército. La asonada fracasó y ambos fueron apresados en Río Verde (Pinar del Río) y condenados al destierro.

Cuando en 1933 cayó Machado y Morales, Mendieta regresó a Cuba, en un momento en el que el país vivía un movimiento revolucionario que instaló en el poder a Ramón Grau San Martín. La reacción del ejército, encabezado por el general Batista, acabó con el gobierno revolucionario y, el 17 de enero de 1934, Mendieta fue aupado a la presidencia de la República. Mendieta, un político poco experimentado e ingenuo, se convirtió así en el hombre de paja de Batista, verdadero dueño de la situación.

Su mandato se caracterizó por la corrupción y la violencia represiva. En mayo de 1934 firmó un acuerdo con Estados Unidos que abolió la Enmienda Platt, documento que había legitimado la tutela norteamericana sobre la isla. Ello significó el fin aparente del intervencionismo político estadounidense, pero, de hecho, dio paso a una época de casi absoluta dependencia económica del país respecto a los capitales norteamericanos. En 1935 Mendieta afrontó una serie de huelgas que colapsaron el país y contra las que desencadenó una feroz represión militar. A causa de la reacción popular, Mendieta se vio forzado a dimitir en diciembre de ese año. Sin embargo, volvió a presentarse a las elecciones del año siguiente, pero fue derrotado por José Miguel Gómez, que lo sustituyó en la presidencia.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma