A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
FilosofíaReligiónBiografía

Melanchthon, Philipp (1497-1560).

Philipp Melanchthon.

Reformador alemán, que helenizó su verdadero apellido, Schwarzerd o Schwartzerdt, por Melanchthon o Melanthon; había nacido en Bretten en 1497 y falleció en Wittenberg en 1560. Sus intereses pedagógicos (fue un helenista de notable valía, ligado como docente a Wittenberg) influyeron notablemente en el humanismo alemán, lo cual le valió el apelativo de praeceptor Germaniae. Adherido a la reforma de Lutero, aportó a ésta un imponente acervo cultural y una decisiva contribución en la organización eclesiástica. También fue decisiva para la consolidación de las ideas luteranas su Confessio augustana o Confesión de Augsburgo (1530), que aún en la actualidad sigue siendo el texto programático más valioso para el protestantismo.

Dotado de una inteligencia precoz y extraordinaria, antes de cumplir 14 años obtuvo el título de bachiller en la facultad de artes de Heidelberg, y a los 17 se doctoró en filosofía. Con poco más de 20 años, enseñaba ya hebreo y griego en la universidad de Wittenberg. Luego estudió teología a instancias de Lutero, a cuya reforma se adhirió en 1519. Característico de Melanchthon es su estilo, de tono moderado y ajeno a la polémica, que contrastaba con el ímpetu, a menudo violento, de Lutero. Escribió más de 300 obras.

Melanchthon, al contrario que Lutero, sí consideró necesario dotar a la nueva doctrina de una base filosófica. Formado en el aristotelismo, doctrina dominante por entonces en las universidades alemanas, trató de vincular la nueva doctrina con el aristotelismo. A ello se deben sus escritos: Loci communes rerum theologicarum seu hypotyposes theologicae (1535), De philosophia (1536) y el Epitome philosophiae moralis (1537), que manifiestan su pensamiento filosófico y su concepto de las relaciones entre filosofía y teología. Escribió también unos trataditos de fácil comprensión y útiles para la enseñanza de la filosofía, sobre la dialéctica, la física, la doctrina del alma y sobre la ética. Melanchthon concibe la dialéctica como un arte, y estrechamente ligada a la retórica. La dialéctica trata de pensamientos puros y logra expresarlos brevemente. La retórica, en cambio, reviste el armazón dialéctico con el ornato de la palabra.

En gnoseología, admite algunas ideas innatas -impresas por Dios-, apartándose así de una interpretación estricta del principio de Aristóteles según el cual "nada hay en el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos". Nuestra capacidad de comprensión se ha oscurecido con el pecado original, pero no se ha extinguido. Además de exponer la posibilidad de la prueba racional de la existencia de Dios, se preocupa por la presciencia divina, según la cual Dios conoce y cuida de todo el mundo, especialmente del hombre.

Todo ocurre necesariamente en el mundo, pero también admite lo fortuito y lo casual. El alma tiene tres tipos de fuerzas: las vegetativas, las sensitivas y las intelectivas. Propiedad fundamental de la voluntad es la libertad, debilitada con el pecado original, pero no perdida totalmente. Pero la voluntad humana sólo es capaz de una moralidad interior que agrade a Dios, mediante su gracia. El fundamento de la ética humana está en reconocer y honrar a Dios, bien supremo del hombre. Así se muestra su distanciamiento de Lutero en lo que se refiere a la comprensión filosófica del alma, la voluntad, la libertad y la ética.

Autor

  • CCG.