Meadows, Algur Hurtle (1899-1978).
Hombre de negocios, coleccionista de arte y filántropo estadounidense nacido en Vidalia (Georgia) en 1899 en la familia de un modesto médico rural; falleció en un accidente de tráfico en 1978. Se licenció en Derecho en el Centenary College de Shreveport (Luisiana) y pronto se mostró especialmente hábil en el ámbito de las finanzas. Poco a poco, fue amasando una considerable fortuna al hacer las veces de asesor de pequeños propietarios de tierras con importantes yacimientos petrolíferos; a todos ellos los enriqueció por medio de la General American Oil Company, una empersa que fundó en 1936 y que, tras su muerte, fue absorbida por la Phillips Petroleum Company.
Con su dinero, Meadows construyó diferentes edificios públicos y, sobre todo, compró una magnífica colección de cuadros que destinó al Museo Meadows; a tal efecto, fue decisiva la constitución de la Fundación Meadows en 1948. Con sus transacciones, no sólo benefició a diversas instituciones culturales de Estados Unidos sino también a algunas españolas; de hecho, Meadows donó una Adoración de los pastores de Pedro Orrente en 1962 al Museo de Santa Cruz de Toledo, mientras al Museo del Prado le facilitó la adquisición de la Visión de la Virgen por San Bernardo de Alonso Cano en 1967 (además, a cambio del permiso para la exportación a Estados Unidos de una obra de Carreño de Miranda hubo de trocar un soberbio cuadro: el Bebedor, que resultó ser obra de José de Ribera, una pérdida que amargó para siempre a Meadows).
El principio de la relación de Meadows y España estuvo en el contrato que el gobierno español firmó con la General American Oil Company en los años cincuenta, que le permitían llevar a cabo cualquier prospección en busca de petróleo. Aunque el resultado de los sondeos fue de todo punto paupérrimo, Meadows brindó los fundamentos primeros a la industria petrolera española, que acabaría desarrollándose extraordinariamente con el paso del tiempo; ello le valió el nombramiento de Caballero Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil en 1963. Además, durante sus estancias en Madrid, alojado como estaba en el Hotel Ritz, este rico mecenas visitaba a diario el Museo del Prado junto a Virginia, su primera mujer, y acabó enamorándose irremediablemente del arte de los grandes maestros españoles.
Decidido a adquirir pintura española, fue precisamente el restaurador del Prado, Jerónimo Seisdedos, quien asesoró a Meadows; a la muerte de este especialista, Bernardino de Pantorba fue quien tomó el relevo. En esa época, Meadows adquirió cuadros de una calidad extraordinaria, procedentes de la colección de la Infanta Isabel de Borbón, hija de Isabel II de España, con las firmas de Juan Pantoja de la Cruz, José de Ribera y Vicente López (el Retrato del Barón Mathieu de Faviers, de 1812); por desgracia, y a pesar del auxilio de los citados especialistas, Meadows se hizo con varios cuadros que no eran lo que prometían, pues compró como de Murillo, Ribera, El Grecoo Goya tablas que en realidad fueron pintadas por artistas menores.
El acierto principal estuvo en la adquisición de una importantísima colección de pintura romántica, posromántica y finisecular española a precios verdaderamente bajos; en ese conjunto, aparecen los nombres de Leonardo Alenza, Valeriano Bécquer, Joaquín Domínguez Bécquer, Antonio María Esquivel, Eugenio Lucas, Manuel Rodríguez de Guzmán, Joaquín Sorolla, José María Sert o Ignacio Zuloaga.
Todas estas obras fueron a parar a Estados Unidos y constituyeron la base de la que pronto fue una colección fuera de lo común, que primero estuvo en su propia casa y más tarde, en 1962, fue a parar a la Southern Methodist University de Dallas para honrar la memoria de Virginia, su mujer, fallecida en 1961. Para albergar tanta obra maestra, Meadows hizo construir el que hoy se conoce como Museo Meadows, inaugurado en 1965. Su matrimonio con Elizabeth Boggs Bartholow en 1962 le sirvió para llevar adelante nuevas búsquedas con destino a la citada institución; no obstante, había nacido la que debe considerarse realmente como una segunda colección, pues su nueva mujer sentía especial interés por la pintura francesa y por el arte contemporáneo en general.
La persecución de estos nuevos cuadros animó a dos marchantes franceses, Fernand Legros y Réal Lessard, a ponerse en contacto con los Meadows y a ofrecerles sus servicios. El resultado fue la adquisición de cuarenta y cuatro cuadros (supuestamente procedentes de los talleres de Picasso, Modigliani, Matisse, Chagal y otros grandes) que, en su mayoría, resultaron ser falsificaciones del hoy famoso Elmyr de Hory. El conocimiento de este hecho supuso un verdadero escándalo internacional que fue recogido por la prensa de todo el mundo en 1967, que llevó a destapar otras tantas operaciones de idéntica naturaleza y que acabó con varios pleitos en los tribunales franceses que Meadows ganó consecutivamente.
Al final, el magnate norteamericano decidió continuar adquiriendo cuadros con el mismo tesón, aunque ahora sólo se dirigiría a las galerías más serias y fiables. Entre 1967 y 1969, Meadows se deshizo en pública subasta de aquello que resultaba menos importante en su colección, asesorado por el profesor de la Universidad de Nueva York (NYU) José López-Rey, por el gran especialista Diego Angulo Íñiguez, que a la sazón era el director del Museo del Prado, y por el joven William B. Jordan, que acabaría por ser su principal guía hasta el año en que falleció. Gracias a ellos, entraron obras de grandes artistas, junto a muestras del arte religioso renacentista y barroco además de otras de estilo rococó. Muchos cuadros y piezas de menor importancia fueron a parar a los depósitos del Museo Meadows, lejos de la vista del público, donde se conservan hoy día.
Por esos años, continuó adquiriendo obras maestras de Juan Carreño de Miranda (el magnífico Martirio de San Bartolomé), Murillo (La Inmaculada Concepción de Loja, que compró al diplomático peruano Fernando Berckemeyer), Zurbarán, Goya (el Corral de los locos de 1794, pintado sobre hojalata) y tantos otros genios de la pintura española; hacia el final de su vida, aún vendrían nuevos cuadros de Fernando Gallego (con un espléndido Acacio y los 10.000 mártires del Monte Ararat), Juan de Borgoña, Yáñez de la Almedina, Zurbarán, Velázquez (su Sibila), José de Ribera, Murillo (sus Santas Justa y Rufina), Antonio Moro (Retrato de Alejandro Farnesio), Luis de Morales (con una Piedad), Valdés Leal, Claudio Coello, Bayeu, Goya, Fortuny, Juan Gris, Miró, Picasso (Naturaleza muerta en un paisaje, de 1915) y otros muchos artistas españoles. Una de sus últimas adquisiciones, poco antes del accidente que le costó la vida, fue el Retrato de la Reina Mariana de Austria de Velázquez, que compró al acaudalado Edmond de Rothschild.
Tras su fallecimiento, le sobreviven el Museo Meadows de la Southern Methodist University de Dallas y la colección de escultura del siglo XX que donó a esta misma institución (con autores de la talla de Giacometti o Rodin), apoyada por la Fundación Meadows con los 800 millones de dólares que le dejó en legado; además, hay que considerar las diversas donaciones que hizo al Fine Arts Museum de Dallas, donde fueron a parar las obras de grandes maestros de la pintura norteamericana de posguerra como Franz Kline, Sam Francis, Morris Louis, Jackson Pollock, Mark Rothko, Frank Stella y otros muchos artistas; a este museo llegaron también las ricas muestras de arte precolombino que Meadows financió parcialmente y que lo convierten en la primera colección de estas características de Estados Unidos.
La Meadows Foundation ofrece distintas becas y el reputado Premio Algur H. Meadows a la Excelencia en las Artes, que han ganado artistas como Arthur Miller, Mstislav Rostropovich o Ingmar Bergman, entre otros. En conjunto, el Museo Meadows, se ha hecho merecedor del nombre que muchos le dan de "El Prado de Texas". Además, existe un The Meadows Museum of Art en el Centenary College de Luisiana, donde él mismo estudió. Fundado en 1975, este segundo Museo Meadows contiene una magnífica colección del artista francés Jean Despujols (adquirida por el filántropo en 1969). Desde esa fecha, el Museo ha crecido notablemente y posee más de mil obras de arte de distintas épocas y culturas. Entre las piezas españolas adquiridas tras la muerte de este filántropo, hay que citar una Adoración de los pastores de Juan Bautista Maino (comprada en 1994) y un San Francisco arrodillado en oración de El Greco (en 2000).
En primavera de 2000, parte de la colección de arte español del Museo Meadows (un total de 27 del total de medio millar aproximado de que consta) se expuso en España, acogida por el Museo Thyssen-Bornemisza. En septiembre de ese año, dicha colección se expuso en el Museu Nacional d'Art de Catalunya. El 30 de marzo de 2001, los SS. MM. los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, inauguraron el nuevo Museo Meadows, construido por el arquitecto Hammond Beeby Rupert Ainge a la entrada del campus (con ese fin, la Fundación Meadows había destinado en 1997 un millón y medio de dólares para el proyecto inicial; en 1998, se destinaron 18'5 millones de dólares a la construcción de la nueva sede del Museo). Esa solemne ocasión estuvo acompañada por otras, como la ceremonía en que el monarca recibió un doctorado honoris causa por la Faculty of Arts and Humanities de la Southern Methodist University; además, se preparó una exposición retrospectiva del arquitecto español Santiago Calatrava, con su proyecto de fuente para el Museo Meadows; asimismo, a la entrada del centro se descubrió una estatua de don Juan Carlos esculpida por Miguel Zapata; otro tanto se hizo con la placa que da el nombre de doña Sofía a la sala de entrada al Museo. El número de piezas del arte español de todos los tiempos que se expone llega a 670.
AGM
Bibliografía
-
W. B. Jordan, "Algur Meadows: un recuerdo personal", Goya. Revista de Arte, 273 (1999), pp. 343-352.
Enlaces en Internet
http://www.smu.edu/~meadows/museum/; Página del Museo Meadows de la Southern Methodist University de Dallas (Tejas).
http://www.centenary.edu/departme/meadows/; Página del Museo Meadows del Centenary College de Shereveport (Luisiana).
