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Ocio y entretenimientoBiografía

Mazquiarán Torrontegui, Diego, "Fortuna" (1895-1940).

Matador de toros español, nacido en Sestao (Vizcaya) el 20 de febrero de 1895, y muerto en Lima (Perú) en 1940. En el planeta de los toros es conocido por el sobrenombre de “Fortuna”.

El 2 de agosto de 1914 pisó por vez primera las arenas de la plaza de Madrid, en la volvería a comparecer dos años más tarde, dispuesto a tomar la alternativa. Era, en efecto, el 17 de septiembre de 1916 cuando se presentó apadrinado por el espada madrileño Rafael Gómez Ortega (“El Gallo”), quien, en presencia del coletudo lucense Alfonso Cela Villeito (“Celita”), que hacía las veces de testigo, le cedió los trastos con los que había de dar lidia y muerte a estoque al astado Podenquero, perteneciente a la ganadería de Benjumea. En el transcurso de aquella temporada de 1916, “Fortuna” intervino en nueve corridas.

En la temporada de 1917 sufrió una grave cogida en la plaza de toros de Huelva, de resultas de lo cual hubo de guardar una larga convalecencia que le forzó a incumplir nueve contratos ya firmados; pese a este percance -y a otras diversas causas que le hicieron perder otros seis ajustes-, acabó la temporada habiendo toreado treinta y cinco corridas, sin contar las que a continuación lidió en las arenas ultramarinas de Lima (Perú).
De regreso a España, en la campaña de 1918 hizo cincuenta y un paseíllos, treinta y seis en la de 1919 y treinta y uno en la de 1920. En 1921, a pesar de que un astado perteneciente a la vacada de Concha y Sierra le infligió en Madrid una cornada que hizo temer por su vida, “Fortuna” despachó veinticuatro lotes en plazas españolas y otros seis en varios cosos venezolanos.

Tal vez su campaña más exitosa sea la de 1922, año en que lidió en España treinta y cinco corridas. Sin embargo, a partir de esta fecha su carrera taurina comenzó a declinar, y Diego Mazquiarán Torrontegui fue perdiendo presencia en los carteles más destacados de las diversas ferias españolas, hasta que volvió a estar en boca de todos los aficionados en 1928. Fue entonces cuando, haciendo honor a su remoquete taurino, la diosa Fortuna quiso sonreír de nuevo al valiente espada sestaotarra, deparándole un azaroso encuentro, en pleno centro de la capital de España, con un toro bravo. Acaeció, en efecto, que, habiéndose escapado una res que sembraba el pánico en la Gran Vía madrileña, acertó a pasar por allí el animoso y esforzado “Fortuna”, quien requirió el presto auxilio de un estoque y despenó a la fiera sobre el mismo pavimento de la Villa y Corte. Este generoso acto de heroísmo le valió ser condecorado con la Cruz de la Beneficencia, galardón que le impuso el día 11 de octubre de aquel año el matador turolense Nicanor Villalta y Serris, en el transcurso de la corrida de la prensa celebrada en Madrid. Aquella tarde, Diego Mazquiarán y Nicanor Villalta compartieron cartel con el espada madrileño Victoriano Roger Serrano (Valencia II”) y con el diestro azteca “Tato de México”, en una corrida en la que se jugaron ocho toros, cuatro pertenecientes a la vacada del duque de Veragua, y otros cuatro marcados con el hierro de Aleas.

Tras poner fin a dicha temporada de 1928 habiendo lidiado trece corridas, “Fortuna” remató la de 1929 con catorce festejos en su haber, y marchó de nuevo a tierras Hispanoamericanas. Los triunfos cosechados en diversas plazas de los países hermanos no le dejaron reanudar su carrera taurina en España hasta la temporada de 1931, en la que hizo el paseíllo en diez ocasiones. En la de 1932 sólo se enfundó el traje de luces cuatro veces, y dos y una -respectivamente- en las campañas de 1933 y 1934.

Comoquiera que durante la temporada de 1935 había vuelto a torear exclusivamente en suelo americano, el estallido de la Guerra Civil le animó a instalarse definitivamente en Lima (Perú), en donde continuó practicando el ejercicio activo del toreo hasta que, presa de una enajenación mental permanente, vino a perder la cordura y hubo de ser internado en un manicomio, en el que halló la muerte en 1940.

Autor

  • JR.