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HistoriaPolíticaBiografía

Maximino, Cayo Julio Vero. Emperador de Roma (173-238).

Emperador romano (235-38), llamado el Tracio, nacido en la provincia de la Tracia, en el año 173, y muerto a manos de sus propias tropas, cerca de Aquilea, en el año 238.

De padres campesinos y humildes, el joven Maximino fue admitido en la guardia personal del emperador Alejandro Severo, donde comenzó a destacar por su valentía y grandes dotes militares, aparte de por su gran corpulencia, lo que hizo que se fijara en él el propio emperador, quien acabó por adoptarlo como hijo. Acto seguido, Maximino fue puesto por Severo al frente de todo el ejército romano, donde destacó brillantemente en su lucha contra los bárbaros de las fronteras del río Rin. Tras el asesinato del emperador Severo, en el año 235, Maximino fue proclamado emperador por sus propias tropas, sin la menor oposición del Senado romano, vacío de poder.

Con la llegada al trono imperial de Maximino el Tracio, sin haber ocupado la dignidad senatorial, dio comienzo la época de los emperadores militares, la cual se prolongaría hasta fines del siglo III, una vez que Diocleciano asumiera el poder efectivo. Fue ésta una época donde predominaron las guerras fronterizas contra los pueblos bárbaros y los enfrentamientos civiles por el poder. Prácticamente se pasó de un Imperio senatorial a otro militar, en el que el predominio pasó a ser ostentado por las legiones romanas, las cuales ponían y quitaban a su antojo a los emperadores.

Maximino pasó la totalidad de su reinado sosteniendo guerras contra todos los invasores del Imperio, tanto en el este como en el oeste. Militar muy capacitado, venció a los germanos, sármatas y dacios en sucesivos enfrentamientos al norte del río Danubio y Rin. Se volcó de lleno en la reparación de las calzadas romanas en la zona, vitales para el buen funcionamiento y efectividad de las legiones, así como en la construcción de numerosas fortalezas y campamentos militares alineados a lo largo de la frontera (limes). También obtuvo éxitos resonantes en sus campañas en España, África, la alta Italia y el sur de la Galia.

Su política interior fue muy impopular, por el descarado apoyo y favoritismo que dispensó al ejército, que al fin y al cabo era su sostén político, en detrimento de la población civil. Su nombre fue vilipendiado muy a menudo por todos los sectores de la población, incluso se hacían burlas en las fiestas y celebraciones públicas, a lo que el emperador respondía con excesiva crueldad, decretando ajusticiamientos masivos de gente inocente. Su política fiscal fue un completo desastre, ya que impuso una subida abusiva de todos los impuestos, los cuales iban a parar al mantenimiento de las tropas asentadas en las fronteras. Decretó la sexta persecución contra la secta de los cristianos, aunque no fue muy severa, debido a lo efímero de su reinado.

En el año 238 estalló en el norte de África una rebelión a cargo de algunos grandes latifundistas, los cuales asesinaron a los recaudadores del impuesto imperial y nombraron como emperador al anciano Gordiano. Maximino reaccionó rápidamente aplastando la rebelión africana y dando muerte al anciano pretendiente, pero no así al hijo de éste, el futuro emperador Gordiano. Mientras, en Roma, el Senado nombró emperadores a Máximo y Balbino, en un intento por recuperar de nuevo el poder. Maximino y sus tropas cruzaron los Alpes en dirección a Aquilea, donde se habían refugiado los dos nuevos pretendientes al trono, pero la ciudad resistió formidablemente los sucesivos ataques de Maximino. Tras varios meses asediando la ciudad, Maximino fue asesinado por sus propias tropas, fatigadas por la duración y privaciones que ocasionaba el sitio, junto con su hijo Julio Valerio Máximo, que había sido nombrado heredero al trono imperial.

Bibliografía

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  • GRIMAL, P: La formación del Imperio romano. Madrid, 1990.

  • MAIER, F.G: Las transformaciones del mundo mediterráneo. Madrid, 1994.

CHG.

Autor

  • Herraiz.