Josefa Massanés Dalmau (1811–1887): Una Voz Femenina Pionera en la Literatura Española del Siglo XIX

Josefa Massanés Dalmau (1811–1887): Una Voz Femenina Pionera en la Literatura Española del Siglo XIX

Orígenes Familiares y Primeros Años

Josefa Massanés Dalmau nació el 19 de marzo de 1811 en Tarragona, una ciudad del noreste de España, en un contexto marcado por las turbulencias de la Guerra de la Independencia. Su padre, don José Massanés, era capitán de los Zapadores y participó activamente en la resistencia contra las tropas napoleónicas. La influencia de la guerra fue fundamental en su vida temprana, ya que, como tantos otros, la familia sufrió las consecuencias del conflicto. Su madre, doña Francisca Dalmau, falleció cuando Josefa apenas tenía cinco años, lo que la dejó huérfana de madre en una edad temprana. La tragedia familiar se agudizó aún más cuando su padre se vio obligado a abandonar a su familia y huir a Francia debido a la persecución política por parte de los partidarios del rey Fernando VII, quienes consideraban a Massanés un enemigo.

En medio de esta adversidad, la joven Josefa fue acogida por sus abuelos paternos, quienes asumieron la responsabilidad de su educación y cuidado. Sin embargo, la situación económica de la familia era precaria, lo que obligó a la niña y a su abuela a trabajar arduamente, dedicándose principalmente al bordado para subsistir. Esta difícil etapa de su vida, marcada por la pobreza, no impidió que Josefa desarrollara una clara inclinación hacia las letras. Desde su juventud, se destacó por su talento para aprender idiomas, especialmente el francés y el italiano, lo que permitió a la futura escritora ampliar su horizonte cultural y literario.

Crisis Familiar y Educación

A pesar de las dificultades económicas y familiares, la joven Josefa continuó su educación de manera autodidacta, profundizando en sus conocimientos literarios y culturales. En su adolescencia, la poesía comenzó a convertirse en su refugio emocional, y sus primeros escritos reflejaban tanto su sufrimiento personal como su amor por la belleza de las letras. A medida que crecía, su fascinación por la literatura fue cobrando mayor fuerza, lo que la impulsó a tomar la decisión de dedicarse por completo a las letras.

El retorno de su padre en 1833, después de haber recibido el indulto tras la muerte de Fernando VII, marcó un punto de inflexión en la vida de Josefa. A partir de este momento, pudo establecerse definitivamente en Barcelona, donde, poco a poco, comenzó a entrar en los círculos literarios de la ciudad. Este retorno a la vida pública y su reintegración en la sociedad barcelonesa coincidieron con el inicio de su carrera literaria de forma formal.

Primeros Logros Literarios

La destacada posición que alcanzó en los círculos literarios barceloneses fue resultado de su talento y constancia. En 1838, apenas cinco años después de haberse establecido en Barcelona, Josefa fue nombrada socia de honor de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, un reconocimiento que consolidó su lugar en el panorama cultural de la época. Este nombramiento fue solo el primero de una serie de logros que confirmaron su creciente influencia literaria.

En 1841, publicaría su primer gran trabajo literario, Poesías, una recopilación de sus composiciones poéticas que capturaron la atención tanto de críticos como de lectores. Este libro marcó un hito en su carrera y la posicionó como una de las escritoras más destacadas de su generación. Además, el prólogo de la obra incluía un apasionado discurso en el que defendía la importancia de la educación femenina, un tema que había sido central en su propia vida y que reflejaba su compromiso con el avance de los derechos de las mujeres. Esta obra le permitió ganar notoriedad, no solo en Barcelona, sino en todo el ámbito literario español.

Publicación de sus Primeras Obras

El éxito de Poesías permitió a Josefa Massanés consolidarse en la esfera literaria catalana y española. Su publicación, en una época en la que las mujeres escritoras aún enfrentaban muchos obstáculos, supuso un acto de valentía y determinación. En su juventud, se enfrentó no solo a la pobreza, sino también a las restricciones sociales que limitaban las oportunidades de las mujeres en la literatura. Sin embargo, Josefa rompió estas barreras con su talento y perseverancia, y su obra obtuvo un reconocimiento que la impulsó a continuar creando.

En 1843, Josefa contrajo matrimonio con el capitán de Infantería Fernando González de Ortega, lo que llevó a la pareja a mudarse a Madrid. Esta mudanza a la capital española supuso una etapa de crecimiento para la escritora, que se integró rápidamente en los círculos literarios y artísticos de la corte. Fue admitida como socia facultativa del Liceo Artístico y Literario, lo que le permitió compartir espacio con otros grandes escritores de la época.

Matrimonio y Mudanza a Madrid

La mudanza a Madrid también marcó un cambio en la vida personal de Josefa Massanés. Aunque el matrimonio con Fernando González de Ortega fue un paso importante en su vida, su tiempo en la corte madrileña no fue especialmente largo. A pesar de que el matrimonio fue feliz, la pareja no pudo tener hijos propios, lo que sumió a Josefa en una tristeza profunda. Sin embargo, esto no la detuvo en su desarrollo literario, y en 1847, regresó a Barcelona para continuar con su trabajo literario.

El regreso a Barcelona coincidió con un período en el que su carrera experimentaba un ascenso aún mayor. La poetisa comenzó a ser reconocida no solo por su obra literaria, sino también por su implicación en la cultura y la sociedad. En 1850, publicaría su segundo poemario, Flores marchitas, que incluía composiciones de temas históricos y religiosos. Esta obra fue un éxito tanto en Cataluña como en otras regiones de España, consolidando aún más su reputación como escritora.

Regreso a Barcelona y Mayor Reconocimiento

Tras su regreso a Barcelona en 1843, Josefa Massanés continuó su dedicación a la literatura, sumando nuevas obras a su repertorio y consolidando su lugar entre las escritoras más importantes de la época. En 1847, publicó una celebrada oda epitalámica dedicada a los duques de Montpensier, un poema que destacó por su profundidad y elegancia, y que fue ampliamente elogiado en los círculos literarios de Barcelona. Sin embargo, su mayor éxito en esta etapa llegó con la publicación de Flores marchitas (1850), un poemario que reunía composiciones inéditas junto con otras que ya habían sido publicadas en periódicos y revistas de la época.

A pesar de los logros literarios, la vida personal de Josefa seguía marcada por las dificultades. Su matrimonio con Fernando González de Ortega no había producido descendencia, lo que la llevó a adoptar en 1853 a un niño abandonado. Este acto de generosidad y maternidad se vería reflejado en el posterior crecimiento de su familia, ya que en 1855 adoptó a dos sobrinos más. La maternidad le brindó a Josefa una nueva dimensión en su vida, y su dedicación a la educación de sus hijos la llevó a ampliar su compromiso social.

Vida Personal: Adopciones y Reconocimiento Institucional

A lo largo de los años, Josefa Massanés mantuvo una vida activa en diversos círculos sociales e intelectuales, lo que le permitió seguir siendo una figura relevante en el ámbito cultural. En 1858, fue nombrada socia honoraria del Instituto Agrícola Catalán por el marqués de Alfarrás, presidente de la institución, y poco después fue admitida en el Círculo Científico-Literario de Almería, dos distinciones que subrayaron su importancia en la vida cultural y literaria catalana.

Este reconocimiento fue acompañado por su participación en los Jocs Florales, un certamen literario tradicional que buscaba promover la poesía catalana. A partir de 1859, Josefa Massanés comenzó a escribir en catalán, contribuyendo al resurgir de la lengua y participando activamente en la restauración de los antiguos Jocs Florales en Barcelona. En 1862, fue elegida Reina de los Juegos Florales de la ciudad, un honor que reflejó su dedicación a la cultura catalana y su papel fundamental en el renacimiento de las letras catalanas. Este reconocimiento público cimentó su lugar como una de las escritoras más influyentes de la época.

Contribuciones a la Literatura Catalana y los Jocs Florales

Josefa Massanés también fue una de las principales defensoras de la educación femenina, un tema que fue central en su vida y obra. En 1869, debido a una sanción económica impuesta a su esposo, fue obligada a asumir el mantenimiento de la familia, lo que la llevó a fundar un colegio destinado a la educación de mujeres jóvenes. Este proyecto educativo fue un éxito inmediato y, bajo su dirección, la escuela acogió a muchas de las hijas de las familias barcelonesas más adineradas.

Sin embargo, la alegría por este éxito profesional pronto se vio empañada por tragedias personales. En la misma década de los años setenta, su esposo falleció, lo que sumió a Josefa en una profunda tristeza. Además, la muerte de uno de sus ahijados y el abandono del hogar por parte de otro la afectaron emocionalmente. A pesar de estas pérdidas, la escritora encontró consuelo en su trabajo literario, sumergiéndose en la creación y publicación de nuevos textos.

Fundación de un Colegio y Últimos Años

En sus últimos años, Josefa Massanés continuó siendo una figura destacada en el ámbito cultural. En 1878, fue galardonada con el premio de la Academia Bibliográfica Mariana de Lérida, un reconocimiento a su contribución a la literatura y la cultura. La escritora continuó publicando obras inéditas y colaborando con diversas revistas y periódicos literarios, lo que le permitió seguir influyendo en la cultura española hasta el final de su vida.

La obra de Josefa Massanés abarcó una amplia variedad de géneros, desde la poesía hasta el ensayo y el teatro. Entre sus obras más destacadas se encuentran Flores marchitas (1850), Descenso de la Stma. Virgen a Barcelona para la fundación de la Orden de la Merced y Misericordia (1862), un drama lírico-sacro que celebra la fundación de la orden religiosa de la Merced, y Garlanda poética ilerdanesa (1881), que escribió en colaboración con otros autores. También participó en diversas antologías literarias y en la prensa periódica de la época, dejando su huella en la literatura española y catalana.

Legado Literario

Josefa Massanés Dalmau dejó un legado literario valioso que abarcó más de cuatro décadas de trabajo constante y creativo. Su capacidad para abordar una amplia gama de temas, desde la poesía lírica hasta el ensayo social, la convierte en una de las voces más importantes de la literatura española del siglo XIX. Además, su contribución al resurgir de la literatura catalana escrita por mujeres y su participación en el renacimiento de los Jocs Florales la consolidan como una figura central en la historia literaria de Cataluña.

Aunque su vida estuvo marcada por la adversidad y las tragedias personales, su dedicación al arte y su compromiso con la cultura la llevaron a convertirse en una de las escritoras más respetadas de su tiempo. Su influencia perdura en las generaciones posteriores, y su obra sigue siendo estudiada y admirada por su calidad literaria y su relevancia histórica.

Josefa Massanés Dalmau falleció en Barcelona en 1887, dejando tras de sí una obra que ha resistido la prueba del tiempo, y un ejemplo de valentía y dedicación en la lucha por los derechos de las mujeres y el avance de la cultura en España.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Josefa Massanés Dalmau (1811–1887): Una Voz Femenina Pionera en la Literatura Española del Siglo XIX". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/massanes-dalmau-josefa [consulta: 17 de octubre de 2025].