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ReligiónBiografía

Martillo Morán, Narcisa de Jesús (1832-1869).

Mística ecuatoriana, conocida con el apelativo "El lirio de Nobol". Nació en la hacienda San José, cerca de Nobol (provincia de Guayas), el 29 de octubre de 1832, y murió en Lima el 8 de diciembre de 1869. Fue la séptima de siete hermanos. A la edad de seis años perdió a su madre, y quedó a cargo de su hermana mayor María del Tránsito. Desde el día de su primera comunión, realizada a los nueve años, se propuso imitar la vida de Mariana de Jesús, la "Azucena de Quito", para lo cual "aborreció los placeres del mundo y abrazó la cruz del Salvador para santificar su alma, martirizando su cuerpo", y así vivió en extrema mortificación durante toda su vida. Hacia 1851 se dedicaba a impartir clases de catecismo y religión a los niños de las haciendas cercanas, pero tras la muerte de su padre, pasó a vivir en Guayaquil, con su sobrina Chepita, sin preocuparse de la herencia, que dejó para sus hermanos. Allí conoció a la guayaquileña y Sierva de Dios Mercedes de Jesús Molina, con la que formó un grupo de mujeres pías y devotas, dedicadas a la oración y al recogimiento, las cuales se ganaban la vida con trabajos modestos, como coser, lavar, planchar, barrer, etc.

Por esta época, Narcisa decidió unir a su nombre el "de Jesús", en señal de alianza con el Señor. Animada por el consejo de su confesor Fray Pedro Gual, en 1867 se trasladó a Lima, donde ingresó en el Beaterio de Nuestra Señora del Patrocinio que tenían las monjas dominicas en el Paseo de las Descalzas de aquella ciudad. Allí siguió su vida de oración y penitencia, mientras se ganaba el sustento con trabajos que hacía para las monjas, hasta que el 8 de diciembre, día de la Inmaculada, murió en la soledad de su celda. Nadie presenció su deceso. Las monjas conocieron su muerte cuando, alertadas por un resplandor, abrieron la puerta de su habitación. Fue enterrada en olor de santidad en Lima, acompañada por el pueblo y autoridades de la ciudad, que ya comentaban de sus prodigios y santidad. Sus restos fueron trasladados a Guayaquil en 1955, y colocados en la iglesia de San José de los jesuitas. De allí fueron llevados a su pueblo natal, Nobol, donde son venerados en su cripta-santuario, ante un pueblo devoto que venera su cuerpo incorrupto. Fue elevada al honor de los altares el 25 de octubre de 1992, fecha en que su Santidad Juan Pablo II proclamó su Beatificación.

Autor

  • CCG.