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HistoriaBiografía

María de Aragón y Castilla, Reina de Portugal (1482-1517).

Infanta española y reina de Portugal, nacida en Córdoba el 15 de diciembre de 1485 y muerta en Lisboa en 1517. Era la cuarta hija de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando. Casada con Manuel I de Portugal el Afortunado (1469-1521), fue madre del rey Juan III de Portugal el Piadoso y de la emperatriz Isabel, esposa de Carlos V.

A partir de 1487, la política matrimonial de los Reyes Católicos estaba configurada conforme a una serie de alianzas dinásticas que serían definitivas: la primogénita, Isabel, sería reina de Portugal, mientras que los infantes Juan y Juana casarían con príncipes de la casa de Borgoña y la infanta Catalina lo haría con el heredero al trono inglés. Quedaba, sin embargo, María, a la que los Reyes Católicos reservaron como baza dinástica por si fallaba alguna de las alianzas matrimoniales pactadas para sus hijos mayores. Durante cierto tiempo se pensó, con escasa convicción, en casarla con algún príncipe napolitano, a fin de afianzar la política aragonesa en Italia.

En 1491 murió sin descendencia el infante Alfonso, heredero del trono portugués y marido de la infanta Isabel, primogénita de los Reyes Católicos. Tras enviudar, Isabel regresó a Castilla, decidida a ingresar en un convento y a arrancar a sus padres la promesa de no volver a casarla contra su voluntad. Cuatro años después falleció el rey Juan II de Portugal y subió al trono Manuel I, a quien, de inmediato, Isabel la Católica ofreció como esposa a su hija María, que por entonces contaba trece años de edad. Pero el portugués exigió el cumplimiento del Tratado de Alcaçovas, que había establecido el matrimonio entre el heredero del trono lusitano y la primogénita de los Reyes Católicos, Isabel, de veintiséis años.

Ésta tenía una sólida posición en la corte portuguesa por su anterior matrimonio y, pese a sus reticencias a volver a casarse, aceptó finalmente la boda, quizá llevada por la posibilidad de promover la reforma religiosa en el reino vecino. El matrimonio se celebró en 1497 y, en agosto del año siguiente, nació el infante Miguel, quien habría de reunir en el futuro las coronas de Portugal, Castilla y Aragón, debido a la prematura muerte del infante don Juan, único hijo varón de los Reyes Católicos. El nacimiento de Miguel supuso un enorme alivio para los Reyes Católicos, al tiempo que un duro golpe, pues el parto costó la vida a la infanta Isabel. Ello significó el debilitamiento de la alianza con Portugal e hizo necesario el establecimiento de un nuevo acuerdo que perpetuara el vínculo dinástico entre ambas coronas.

Un año después de la muerte de su hermana mayor, María se convirtió en objeto de las negociaciones matrimoniales entre Manuel I y el embajador de Castilla, Álvaro de Portugal. Apenas hubo lugar, en realidad, a negociaciones, pues el monarca portugués deseaba reforzar sus lazos con Aragón y Castilla, reinos de los que su hijo Miguel estaba llamado a convertirse en rey. El 22 de abril de 1500, Manuel otorgó poderes a su embajador, Ruy de Sande, para que diera conformidad al acuerdo matrimonial, cuyas capitulaciones eran extremadamente ventajosas para él: los Reyes Católicos dotaron a María con doscientas mil doblas de oro -descontando las diez mil que la infanta llevaría en joyas- y unas rentas anuales de 4.500.000 de maravedíes castellanos en las villas de Sevilla, Fregenal, Aracena, Cazalla y Constantina. Además, se comprometieron a gestionar y pagar las dispensas pontificias que requería el matrimonio, y a enviar a María a Portugal cuando Manuel I lo pidiera. El mayor de los hijos nacidos de esta unión gozaría del rango de segundo infante de Castilla. Por su parte, Manuel I ofreció a María la cesión de las rentas señoriales de las villas de Viseu y Torres Vedras y aceptó que viviera en Portugal rodeada por una corte de cincuenta y dos españoles. Asimismo, se comprometió a derribar mezquitas y a prohibir el culto islámico en su reino, para satisfacer el celo religioso de sus suegros.

El acuerdo matrimonial se firmó en Sevilla el 20 de mayo de 1500, pero María permaneció todavía en Castilla, debido a su corta edad y a la espera de que las dispensas papales dieran legitimidad al compromiso. Sin embargo, la muerte del pequeño infante Miguel aumentó la urgencia de los Reyes Católicos, quienes veían desmoronarse rápidamente el edificio dinástico que habían levantado tan concienzudamente. A través de sus embajadores, ejercieron fuertes presiones en Roma y Lisboa para acelerar la boda de María y Manuel I. La dispensa fue finalmente otorgada en agosto de 1500 y, el día 24 de ese mismo mes, tuvo lugar en Granada, donde se encontraba la infanta, el matrimonio por palabras de presente, que fue confirmado por los Reyes Católicos el 10 de septiembre. María se convirtió de esta forma en reina de Portugal y en la última esperanza de los Reyes Católicos de unir su herencia a la del reino vecino. La infanta abandonó Granada el 23 de septiembre y, después de permanecer una semana junto a sus padres en Santa Fe, salió hacia Portugal acompañada por un fastuoso séquito, que presidía el arzobispo de Sevilla, Diego Hurtado de Mendoza. Cruzó la frontera por Fregenal y Moura el 20 de octubre, y arribó poco después a Alcaçer do Sal, donde la esperaba Manuel I. Allí tuvieron lugar las bodas diez días después. En noviembre, María entraba en Lisboa como reina de Portugal.

La infanta castellana ejerció escasa influencia política sobre el reino, pero dio a su marido y a sus padres una numerosa descendencia, que, andando el tiempo, culminaría el sueño acariciado por los Reyes Católicos de ver reunidas las tres coronas peninsulares en una sola cabeza. Su hijo mayor, Juan, nacido en 1502, heredaría el trono a la muerte de su padre; su hija mayor, Isabel de Portugal, nacida en 1503, casaría en 1526 con el emperador Carlos V, también nieto de los Reyes Católicos, y sería la madre de Felipe II, quien accedería finalmente al trono portugués al reclamar sus derechos por vía materna; Enrique, nacido en 1512, fue cardenal y arzobispo de Braga, Évora y Lisboa, y en 1578 subió al trono portugués a la muerte del rey don Sebastián; Beatriz casó con el duque de Saboya; finalmente, Alfonso fue obispo de Évora, Guarda y Viseu, arzobispo de Lisboa y cardenal. María murió en Lisboa en 1517, a la temprana edad de treinta y cinco años, debido a los quebrantos que sus continuos embarazos causaron en su salud.

Bibliografía

  • PÉREZ, JOSEPH. Isabel y Fernando. Los Reyes Católicos. Madrid: Nerea, 1988.

  • SUÁREZ FERNÁNDEZ, LUIS. Política internacional de Isabel la Católica. Valladolid: 1969.

  • __________: Los Reyes Católicos. El camino hacia Europa. Madrid: Rialp, 1990.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma