Marciano. Emperador de Bizancio (396-457).

Emperador romano de Bizancio (450-457) nacido en Tracia en el año 396 y muerto en Constantinopla a principios del 457. Su nombre completo era el de Flavio Marciano. Nacido en el seno de una humilde familia campesina, muy pronto entró en el ejército de su provincia, donde destacó por sus cualidades. Fue durante la guerra emprendida contra los persas cuando alcanzó los más altos rangos bajo la tutela del alano Aspar, uno de los dos magister praesentales de Teodosio II. Entre el 431-434 Teodosio envió a Aspar y a Marciano con el fin de ayudar al emperador Valentiniano en la defensa de África ante la invasión vándala. Los romanos orientales fueron vencidos y el propio Marciano resultó prisionero. El historiador Procopio afirmó que su liberación estuvo condicionada por la promesa de no volver a luchar más contra los vándalos. A la muerte del emperador Teodosio II, Marciano casó en el 440 con Pulqueria, hermana del emperador, con lo que no sólo perpetuó la dinastía iniciada por Teodosio I, sino que también alcanzó la corona, siendo Marciano el primer emperador oriental en ser coronado por el patriarca, hecho fundamental por su efectismo y propaganda política.

Uno de los primeros actos de gobierno de Marciano como emperador fue el nombrar a Ardaburio, uno de los tres hijos de Aspar, magister militum per Orientem. Este acto demostraba que Aspar era la mayor autoridad del ejército bizantino, y que su opinión fue decisiva para el nombramiento del propio Marciano. El emperador emprendió medidas que rompieron con el período anterior: se restringió la venta de cargos públicos, se condonó el pago de impuestos atrasados que aliviaron la situación económica de los ciudadanos y se restringió el gasto público en juegos, que pasó a ser empleado en obras de infraestructura. Su reinado se ha venido considerando como un momento de estabilidad y prosperidad para el Imperio oriental. En cuanto a la relación con los pueblos bárbaros, Marciano frenó el avance y la devastación de los isaurios.

Firmó la paz con Persia, así como con los vándalos del norte de África. En el 450 se produjo la muerte de Atila, rey de los hunos, hecho que provocó el desmoronamiento de todo su imperio. Fue éste el momento elegido por Marciano para negarles el elevado tributo que se les venía pagando desde el pacto alcanzado con Teodosio II. Aprovechando la debilidad huna, Marciano fortificó el limes danubiano con la ayuda de gépidos y ostrogodos, a los que hizo federados del Imperio y asentó en Panonia. Uno de los acontecimientos principales de carácter religioso que tuvo lugar durante su gobierno fue la reunión del IV Concilio Ecuménico de Calcedonia, celebrado en el año 451, y en el que se condenaron las doctrinas monofisitas de Eutiques, afirmando como dogma la doble naturaleza de Cristo: la divina y la humana.

Marciano no reconoció nunca como emperador de occidente a Avito. Murió sin descendencia y sin nombrar sucesor en el año 457. Aspar fue nuevamente el encargado de elegir a León I como sucesor de Marciano.

Bibliografía

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• MAZZARINO, S. Il fine del Mondo Antico. (Milano; Rizzoli, 1989).

• PÉREZ SÁNCHEZ, D. La evolución del Imperio Romano de Oriente hasta Justiniano. (Madrid; Akal, 1990).

• TEJA, R. La época de los Valentinianos y de Teodosio. (Madrid; Akal, 1990).

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