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LiteraturaBiografía

Mallea, Eduardo (1903-1982).

Escritor argentino cuya obra pertenece a parte de la tradición de la novela-ensayo, iniciada en Latinoamérica por Sarmiento y su obra Facundo.

Mallea representa, una de las vocaciones mejor realizadas: escribió un libro de cuentos, siete libros de narraciones breves, alrededor de quince novelas, diez libros de ensayos y dos de memorias. Todos ellos llevan el sello particular de Mallea: una reflexión sobre Argentina, sobre la existencia, y sobre la literatura, concebida como una pasión que medita constantemente. Para este tipo de escritor narrar es definir y, por lo tanto, la novela se convierte en un método de conocimiento. Por eso, la vasta obra de Mallea da la impresión de formar parte de un ambicioso plan por describir la aventura de la conciencia de un hombre, de un hombre de ciudad, situado en medio de la historia y en medio de un país: Argentina.

Mariano Picón-Salas pensaba que en la obra de Mallea había demasiada discusión de ideas que asaltan la narración desde otra comarca discursiva, critica o erudita. Lo cierto es que desde su primer libro, Cuentos para una inglesa desesperada (1926), Mallea plantea problemas afines a la literatura existencialista de los años cuarenta.

Mallea, que más que novela psicológica escribe novela introspectiva donde ensayo y ficción se alternan, tiene como representación de este estilo narrativo las siguientes obras: La bahía del silencio (1940), Todo verdor perecerá (1941), Los enemigos del alma (1950), Chaves (1953), y Simbad (1957). Muchos opinan que Chaves, novela de un solo personaje, es una obra maestra, y que las mejores páginas de Mallea están en Simbad. Los críticos también coinciden en señalar el magisterio de Mallea en las narraciones breves, como las contenidas en sus libros La razón humana (1959), La ciudad junto al río inmóvil (1936), Posesión (1957), o La barca de hielo (1967).

Su libro de ensayos más celebrado es Historia de una pasión argentina (1937), libro que el filósofo Francisco Romero comparó con el Discurso del método. Otros merecedores de mención son: El sayal y la púrpura (1946), y Poderío de la novela (1965).

Si Mallea no interesa a los jóvenes, por el momento, quizás se deba a su manera de concebir el arte de narrar: el autor es omnisciente, quiere decirse que interviene en la narración, no se distancia, dirige ostensiblemente la acción novelesca, y aparece en el pensamiento de sus personajes burgueses y pequeño burgueses, angustiados por problemas existenciales. La soledad, el silencio, la incomunicación, son su patrimonio. Lo demás, es pensamiento abstracto.

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