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ArquitecturaBiografía

Madrazo y Kuntz, Juan (1829-1880)

Arquitecto español nacido y muerto en Madrid. Fue hijo del pintor José de Madrazo y hermano, por tanto, de los pintores Federico y Luis de Madrazo y del escritor y crítico Pedro de Madrazo. En 1846, ingresó en la Escuela Especial de Arquitectura y en 1852, nada más concluir sus estudios, obtiene la plaza de Profesor de Composición y Parte Legal en la Escuela de Maestros de Obras de Valencia, en la que permanece hasta su traslado a Madrid en 1854. Interesado en la arquitectura medieval, estudia a fondo la obra de Viollet-le-Duc, que le imbuye su sentido arqueológico y su interés por la restauración idealizada al modo romántico en la que la guía no era tanto la disposición original del edificio como llegar a un estilo lo más puro posible. Se trata, sin duda de la misma actitud de época que llevó a Menéndez Pidal a retocar el texto del Cantar de Mio Cid con la idea de llegar a un supuesto arquetipo.

Fue, asimismo, destacado escritor y miembro de número de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Sus primeros proyectos como arquitecto serán una altar neogótico para la catedral de Oviedo y el proyecto de reforma de la iglesia de las Calatravas en Madrid, en los que pone en juego lo aprendido en las obras teóricas del arquitecto francés, especialemente en la iglesia de las Calatravas, aun hoy en la madrileña calle de Alcalá para la que realizó, por encargo del rey consorte Francisco de Asís de Borbón, un "pastiche" al gusto romántico que resulta hoy tan teatral como poco adecuado y que rompe por completo con la simplicidad de la fachada original (curioso ejemplo de perviviencia urbana de un edificio barroco en mitad de una calle reconstruida casi por completo, salvo honrosísimas excepciones como la Casa de la Aduana o la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en los primeros años de nuestro siglo). Dicho interior apela en sus formas al estilo barroco italiano, mucho más propio de grandes superficies que de templos tan pequeños como el que nos ocupa.
De muy distinto carácter fue el encargo que le hizo el Ministerio de la Gobernación de reformar y construir numerosas cárceles provinciales, a las que dio una solución de planta en estrella o media estrella que facilitara la comunicación dentro del recinto. Su trabajo en este campo le llevó a publicar en 1860 unos Modelos de planos para la construcción de las prisiones de provincia.
Otro encargo de cierta importancia fue el del palacio del conde de Villagonzalo, también conocido como conde de la Unión de Cuba, en la madrileña Plaza de Santa Bárbara (edificio que ha sido restaurado a mediados de los años noventa tras décadas de abandono). Para la construcción de este edificio, recurre de nuevo a modelos medievalizantes en portada, ventanas y balcones que contrastan con el ladrillo con el que está construido el edificio y que resulta, todavía hoy, un cuerpo extraño en la ciudad, dado que la mayoría de los palacios construidos en esos años y en los primeros de nuestro siglo por el mismo área toman modelos italianos (así el del marqués de Salamanca, hoy sede del Banco Hipotecario, en el Paseo de Recoletos) muy diferentes de los empleados por Madrazo en esta imponente construcción que cierra, además la plaza en la parte que miraba en aquel momento hacia el centro de la villa, por lo que su aspecto de fortaleza no podía ser más adecuado.
Con todo, la labor principal de Juan de Madrazo consistió en la restauración de la catedral de León, en inminente estado de ruina a la sazón. El encargo partió del Gobierno Provisional constituido tras el destronamiento de Isabel II en 1868 y hubo de padecer todas las vicisitudes del llamado Sexenio Revolucionario (monarquía de Amadeo de Saboya, Primera República) hasta la Restauración de 1875. En todos estos años y en los que van hasta 1879, fecha en la que fue destituido por motivos poco conocidos y presumiblemente oscuros, el arquitecto elaboró un proyecto de restauración que, según lo explicado lineas arriba, trataba más de restablecer la pureza del estilo gótico primigenio (obviamente el francés) suprimiendo lo que de diferente hubiera en el edificio (que hoy llamaríamos peculiaridades estilísticas y que entonces se consideraban desviaciones artísticas debidas al alejamiento del modelo arquetípico original). Con todo, no se puede criticar a Madrazo que se saliera de los cauces del estilo gótico francés al que, desde sus inicios, ya pertenecía la catedral. Además, debemos a su pericia el actual (y bellísimo) entramado de bóvedas, que impide en buena medida que el peligro de derrumbe (que llegó a ser inminente en aquel momento) se repita. Finalmente, es preciso señalar una restauración que ha sido capaz de despistar, incluso, a autores de manuales de arte que dan a la pulchra leonina como una joya del arte gótico en su más puro estilo francés.
Falleció Juan de Madrazo a los pocos meses de su separación de las obras de la catedral de León, pero su proyecto se llevó a cabo por su sucesor en el cargo, el arquitecto Demetrio de los Ríos, al que se nombró tras un vacío inicial motivado por la falta de persona capaz de sustitur al destituido. En 1881, al año de la muerte de Madrazo, su proyecto era presentado a la Exposición Nacional de Pintura, en la que obtuvo la medalla de honor que todo el mundo consideraba se llevaría La Campana de Huesca de Casado del Alisal. La concesión de la medalla de una exposición preferentemente pictórica a un proyecto arquitectónico, la exclusión para ello de un pintor de la calidad y el prestigio de Casado y el hecho de que el proyecto fuera presentado por un grupo de amigos del difunto han hecho que dicha concesión haya sido considerada como un intento de desgravio por su injusta separación de las obras.
Conservamos un retrato suyo obra de su hermano Luis.

GFS.

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