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PinturaBiografía

Madrazo y Kuntz, Federico de (1815-1894).

Pintor, dibujante y litógrafo español nacido el 9 de febrero de 1815 en Roma y fallecido el 10 de junio de 1894 en Madrid. Fue hijo del santanderino José de Madrazo y Agudo, que asimismo fue pintor de Cámara, director de la Academia de San Fernando y de la Galería del Rey (posteriormente Museo del Prado); e Isabel Küntz y Valentini, hija de padre silesiano y madre italiana. Su nacimiento, su entorno familiar, su situación social y, sobre todo, su primera formación artística, a cargo de su padre, hicieron que fuese el pintor español más solicitado y de más proyección nacional e internacional del segundo tercio del siglo XIX. Fue hermano de Pedro, célebre literato, crítico y autor de varios de los primeros catálogos del Museo del Prado; Luis, pintor y miembro de la Academia; y Juan, arquitecto que planificó la restauración de la catedral de León. De su elevado rango social, ya en el momento de su nacimiento, da testimonio que en su bautizo en San Pedro de Roma, el 12 de febrero de 1815, fuese apadrinado por el príncipe Federico de Sajonia-Gotha.

La continencia de Escipión, de Federico de Madrazo.

Los propios escritos de Federico de Madrazo que se conservan, entre ellos agendas de bolsillo, cartas, y sus memorias Recuerdos de mi vida publicadas con motivo del primer centenario de su muerte en 1994, reflejan una vida llena de contactos con los personajes más representativos de los círculos artísticos y políticos en España y el extranjero. Como máximo representante del arte español de su tiempo, rodeado de fama y prestigio, Madrazo ocupó diversos y numerosos cargos oficiales de suma responsabilidad a través de los que dio impulsos decisivos para la política artística de España. Formó parte del jurado de la Exposición Nacional de Bellas Artes en once ocasiones entre 1856 y 1887, ya sea como miembro, vocal, vicepresidente o presidente de dicho jurado. Entre sus casi incontables distinciones y cargos destacan la de pintor de Cámara de Isabel II, director de la Academia de Bellas Artes y director del Museo del Prado.

Madrazo cultivó distintos géneros pictóricos y tuvo también éxito como grabador de litografías, algunas de ellas realizadas para la revista El Artista, publicada conjuntamente con Eugenio de Ochoa y en la que colaboraron Santiago Masarnau, Valentín Carderera, Carlos Luis de Ribera, Jenaro Pérez Villaamil y su hermano Pedro, entre otros.

A pesar de ser la pintura de historia su gran ambición, abandonada por él en los años cuarenta del siglo XIX, han sido los retratos los que sin lugar a duda le han proporcionado más fama artística (y más ingresos regulares), no tan sólo por su brillantez pictórica, la mezcla de neoclasicismo, romanticismo y realismo, y la captación del estatus social y el ánimo psicológico del retratado, sino también por la extrema rapidez a la hora de realizarlos. El hecho de que no sean raros lo retratos que terminó en una sola sesión y que algunos encargos oficiales para personas de alto rango social fueron realizados en tan sólo cuatro sesiones, explica que hoy en día se conozcan más de 650 retratos de su mano. Fue el más eficaz y más solicitado retratista de su época, y sus obras son un reflejo visual de la sociedad mas influyente del siglo XIX. En ella se representa la realeza, la aristocracia, la política y su amistad con los pintores más notables del momento.

El estilo pictórico de Madrazo parte del neoclasicismo de su padre para inscribirse posteriormente en el purismo de Ingres, a quien conoció y retrató en 1833 en París (Nueva York, Hispanic Society of America), y de Overbeck y el círculo de los alemanes nazarenos, con los que contactó en Roma, para recibir mas tarde también influencias de su hijo Raimundo Madrazo y Garreta, retratado por él en 1875 (Madrid, Museo del Prado) y de su malogrado yerno Mariano Fortuny, inmortalizado pictóricamente por él en 1867 (Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya)

El nombramiento de su padre como pintor de Cámara de Fernando VII en noviembre de 1816 y de individuo de mérito y de profesor de colorido de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en octubre de 1818 fueron los motivos del traslado de Federico de Madrazo a España. Después de asistir en 1826 al Colegio de Humanidades de Mata y Araujo e ingresar en 1827 junto a Carlos Luis de Ribera en el Colegio de Alberto Lista, donde entablaron amistad con Eugenio Ochoa, Espronceda, Ventura de la Vega y otros, Madrazo recibió su primera formación artística de su padre en las clases de colorido que éste impartió en la Academia de Nobles Artes de San Fernando. En 1829, a la edad de catorce años (y probablemente con intervención de su padre), pintó su primer cuadro de composición La Resurrección del Señor (Nuremberg, Uta Roth ), lo que facilitó que en 1830 le fuese concedido por el Real Tesoro una pensión durante seis años para estudiar en Roma, pensión que quedaría en suspenso, y que aprovecharía años después. Al ser aprobado su obra La continencia de Escipión (Madrid, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando) como prueba de ingreso, entró en 1831 como académico de mérito en la Academia. En 1832 empezó a pintar el cuadro La enfermedad de Fernando VII (Patrimonio Nacional, Madrid, Palacio Real), cuadro que tras su terminación en 1833 fue expuesto primero en el Real Museo de Pinturas para ser instalado posteriormente en el Palacio de Vista Alegre. Del mismo año data también el retrato de su amigo aragonés Valentín Solano Carderera (Huesca, Museo Arqueológico Provincial), al que volvería a pintar en 1846 (Madrid, Colección Particular).

De enero a julio de 1833 pintó tres alegorías para un techo de Vista Alegre, representando la Música y la Armonía, y en julio inició su primer viaje a París para ser nombrado en agosto pintor supernumerario de Cámara por Fernando VII. Después de haber conocido y retratado en París al barón Taylor (1833; Versailles, Musée National du Château de Versailles) y Jean-Auguste-Dominique Ingres (1833; Nueva York; Hispanic Society of America) regresó a Madrid en diciembre. De la alta estima en la que tenía a los viejos maestros da testimonio la copia que realizó en 1834 del Retrato de Felipe IV en traje de cazador (Madrid, Museo Romántico).

En enero de 1835 salió mencionado en el primer número de la revista semanal El Artista (que dejó de publicarse en 1836), y en septiembre se casó con Luisa Garreta y Huertas. En la exposición que se realizó en la Real Academia de San Fernando presentó el cuadro de composición El Gran Capitán recorriendo el campo de batalla de Ceriñola (Madrid, Marquesa de Balboa). De 1836, año del nacimiento de su hija Luisa, data el retrato del XI Duque de Osuna (Barcelona, Colección Particular). Como la pensión concedida en 1830 para estudiar en Roma no se disfrutó en el momento de su concesión se prorrogó por tres, así que Madrazo emprendió viaje a París con su mujer, su hija y su hermano Pedro en agosto de 1837 para instalarse allí en octubre. En este año pintó el retrato de su cuñada Isabel Garreta y Huertas (Madrid, Colección Particular), del que existe una réplica del mismo año en el Museo de Goya de Castres, en Francia. Del mismo año es también el retrato de su esposa Luisa Garreta y Huertas (Colección Particular) en el que destacan el marcado intimismo romántico debido a la influencia de Ingres, el preciosismo en el rostro y el abocetamiento en el vestuario. Pintó además a su cuñado Paul Ouradou (Madrid, Colección Particular). Un año más tarde pintó dos retratos de niño, él de su hija Luisa de Madrazo Garreta (Vitoria, Colección Particular) y el de su sobrino Carlos Ochoa de Madrazo (Vitoria, Colección Privada).

Protegido por el barón Taylor, entonces Inspector General de Bellas Artes, entró en 1838, año en el que naciera su segunda hija Rosa, en el mundo artístico francés, y llegó a pintar por encargo del Luis Felipe de Orleáns Godofredo de Bouillon, proclamado Rey de Jerusalén (Versailles, Musée National du Château de Versailles) para la Sala de las Cruzadas del Palacio de Versailles, y ganar con su Gran Capitán la Medalla de Oro de tercera clase en el Salón de París.

Después de haber presentado en marzo de 1839 su Godofredo de Bouillon en el Monte Sinai (Patrimonio Nacional, Sevilla, Reales Alcázares) en el Salón de París, con el que fue premiado con una Medalla de Oro de segunda clase, abandonó París con su mujer y sus dos hijas rumbo Roma, donde en 1840, año del nacimiento de su hijo Antonio, le fue concedido un estudio-taller en el propio Palacio de España.

Conoció allí al grupo de pintores alemanes nazarenos, en torno a Johann Friedrich Overbeck, que le causaron una fuerte impresión hasta tal punto de que transformó su estilo hacia un tratamiento más purista, pintando en 1841 Las tres Marías ante el sepulcro (Patrimonio Nacional, Sevilla, Reales Alcázeres), pintura considerada por él mismo su gran obra romana y, a la vez, el último cuadro de composición importante de su carrera. El mismo año nació su hijo Raimundo, quien, a lo largo del tiempo, también sería pintor.

El año 1843 fue decisivo para Madrazo, ya que su vuelta a España el año anterior y su nombramiento de director de pintura de la Academia de Bellas Artes de San Fernando en noviembre de 1843, con tan sólo veintiocho años de edad, marcó un punto de inflexión en su vida personal y artística que le llevó a abandonar la pintura de historia para poder cumplir con los incontables encargos de retratos que le llegaron. En 1844 pintó un retrato de La reina Isabel II de 1844 (Madrid, Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando) y en 1845 envió dos retratos al Salón de París, donde consiguió una medalla de primera clase. En agosto nació su hija Isabel.

El año 1846 fue, asimismo, un año de gran provecho para Madrazo. Aparte de que el Rey consorte Francisco de Asís adquiriese personalmente los cuadros de Las tres Marías ante el sepulcro y Godofredo de Bouillon en el Monte Sinai, fue nombrado individuo de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando en la clase de académicos por la pintura de historia, y Francia le concedió la Cruz de Caballero de la Orden Real de la Legión de Honor. Fue también el año del nacimiento de su hija Cecilia, que más tarde se casara con el pintor Mariano Fortuny, y el año en que comenzó a pintar otro retrato de Isabel II, Reina de España (Madrid, Museo Romántico).

La aristocracia y la alta burguesía reclamaron cada vez más su labor de retratista; de 1847 son el retrato de Leocadia de Zamora Quesada (Madrid, Colección Particular) y de María Josefa Corral Suelves, Marquesa de Narros (Madrid, Colección Particular); de 1848 otro de La Reina Isabel II (Madrid, Museo del Prado); de 1849 el de la Condesa de Teba (Sevilla, Fundación Casa de Alba, Palacio de las Dueñas); de 1850 los de Josefa de Ceriola (Barcelona, Colección Particular), Miguel Salvá Munar (Barcelona, Colección Particular) y también la Odalisca (Madrid, Colección Particular). Fue primero nombrado segundo pintor de Cámara (junto a Bernardo López) en agosto de 1850, e inauguró su nuevo puesto con otro retrato de La Reina Isabel II (Ministerio de Asuntos Exteriores, Roma, Palazzo di Spagna) pintada para la embajada de España ante la Santa Sede, y casi exactamente un año mas tarde fue nombrado 1er segundo pintor de Cámara. Paralelamente a los encargos le llegaron cada vez más nombramientos y cargos honoríficos, hecho que obtuvo su culminación en julio de 1860, con el muy deseado y esperado nombramiento de director del Real Museo de Pintura y Escultura.

En 1851 retrató a la Condesa de Saint Laurent (Barcelona, Colección Particular) y al Doctor Agustín María Obieta (Bilbao, Museo de Bellas Artes), y en 1852, año que naciera su hijo Ricardo, a Isabel II con la Infanta Isabel (Madrid, Cuartel General del Ejercito, Palacio de Buenavista).

En 1853 alquiló una vivienda-estudio en la calle de la Greda (actualmente calle de los Madrazo) y obtuvo tres meses de Licencia Real para viajar a Alemania para curarse de una dolencia ocular. De este año es el famosísimo retrato de Amalia de Llano y Dotres, Condesa de Vilches (Madrid, Museo del Prado, Casón del Buen retiro). Un año más tarde falleció su mujer tras haber dado a luz un niño muerto.

En 1855 expuso 15 cuadros en el Salón de París, donde consiguió una medalla de primera clase y pintó el retrato del rey consorte Francisco de Asís de Borbón y Borbón (Madrid, Colección Particular) y el retrato de su hija Cecilia de Madrazo y Garreta (Colección Particular). De este año es también el retrato de Segismundo Moret y Quintana (Madrid, Museo del Prado), y de un año más tarde el de su mujer Concepción Remisa (Madrid, Museo del Prado) y también la Inmaculada Concepción (Madrid, Colección Particular).

Muestra de su orgullo y de su alta autoestima fue su no aceptada dimisión en 1857 como segundo pintor de Cámara, al no haber sido elegido sucesor de su padre en el cargo de director del Museo de Pintura y Escultura. Como recompensa fue ascendido a primer pintor de de la Real Cámara, y también fue nombrado profesor de colorido y composición en los estudios superiores de la Academia de Bellas Artes.

Continuaron las distinciones, nombramientos, condecoraciones y cargos en su persona. En 1858, año en el que pintó el retrato de la Sra. de Bécquer (Madrid, Museo Romántico) y su propio Autorretrato (Madrid, Colección Particular), fue nombrado académico de mérito de la Insigne e Pontificia Academia Romana delle Belle Arti di San Luca. En 1859, año de la muerte de su padre, fue nombrado académico correspondiente de la de Bellas Artes del Instituto Imperial y oficial de la Orden Imperial de la Legión de Honor de Francia; en 1860 fue condecorado con la cruz de comendador de la Orden de Wasa, otorgada por el rey de Suecia y Noruega. En mayo del mismo año entró en contacto con Mariano Fortuny, al quien retratara en 1867 (Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya), y en julio fue nombrado, por fin, director del Real Museo de Pintura y Escultura.

En 1862 fue nombrado académico de Bellas Artes de Milán e individuo de la Sociedad de Artistas de Bélgica. A un viaje a París en septiembre de 1863 siguió el nombramiento de comendador de mérito de la Real Orden de Santiago de Portugal en noviembre.

En 1865 fue nombrado miembro asociado de la Real Academia de Bellas Artes de Bélgica, y dirigió el proceso de traslado al Museo Real del techo del salón del Casino de la Reina de Vicente López. El año 1866 fue especialmente provechoso, ya que, tras la muerte de Juan Francisco Pacheco, fue elegido presidente y director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando por unanimidad, cargo que ocupó hasta el fin de sus días. Fue, además, nombrado presidente del Tribunal de Oposición para la Plaza de Profesor de Estudios Elementales de la Escuela Superior de Pintura y Escultura, y en marzo de este año empezó escribir sobre Las Escuelas en Pintura. Presidió también la comisión para velar la conservación de edificios y monumentos históricos, formó parte de la comisión para seleccionar cuadros del Museo Nacional con destino al Museo de Barcelona y pintó el retrato del pintor Eduardo Rosales (Madrid, Museo del Prado).

En 1867 pintó el retrato de su hija Cecilia de Madrazo y Garreta (Bilbao, Colección Particular). Este cuadro, pintado el 28 de junio, es decir, en un solo día, se caracteriza por la influencia ejercido por Fortuny y Raimundo de Madrazo y Garreta. Tocando el piano, Cecilia esta representada de perfil y de modo abocetado.

Como personaje clave de la vida cultural de España, Federico de Madrazo asistió a la colocación de la primera piedra del edificio que albergará Bibliotecas y Museos el 21 de abril de 1866. En mayo tomó finalmente posesión de su cargo de director y presidente de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. La gran amistad que le unió con Mariano Fortuny se hizo aun más intensa al casarse éste con su hija Cecilia el 27 de noviembre. En la cumbre de su carrera y ocupando los cargos culturales más importantes, su talante orgulloso, que le había llevado en 1857 a presentar su dimisión como segundo pintor de Cámara al no haber sido elegido sucesor de su padre en el cargo de director del Museo de Pintura y Escultura, se vuelve en noble y generoso al renunciar a su sobresueldo como director del Museo para contribuir a la recuperación económica de la Corona. Fue nombrado miembro honorario de la Academia de Bellas Artes de Pennsylvania en Filadelfia, y se le concedió una condecoración de primera clase de la Orden de la Corona de Prusia. En 1868 fue nombrado caballero de la Gran Cruz de Isabel la Católica y vocal de la Junta Administrativa para la supervisión de las obras de construcción del edificio para Biblioteca y Museo Nacionales. Fue separado de su cargo de director del Museo de Pintura y Escultura tras la revolución de 1868, y en 1869 fue nombrado miembro honorario de la Academia Imperial y Real de Bellas Artes de Austria.

De 1870 data el retrato de la Señorita de Llera (Barcelona, Colección Particular), que representa a una mujer no del todo identificada, pero de la que se sabe, a través de las agendas de bolsillo de Madrazo, que en el momento de la realización de la pintura estaba muerta. En 1871 fue constante su labor al frente de las comisiones de monumentos de la Academia de San Fernando.

En 1872 fue elegido vocal de la Junta Consultiva de Instrucción Pública, y le fue concedido el título de caballero de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III. Además, fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden Civil de María Victoria en mayo y fue nombrado oficial de la Orden Imperial de la Rosa de Brasil. En 1873 fue nombrado miembro asociado extranjero de la Sección de Pintura de la Academia de Bellas Artes del Instituto Imperial de Francia, y fue miembro de la comisión elegida para clasificar los bienes del estado. En octubre participó en la organización de la gran exposición póstuma de Eduardo Rosales, fallecido el 13 de septiembre. En este mismo año pintó los retratos de la Condesa de Munter (Barcelona, Colección Particular), del pintor y grabador Perugino Sensi (Madrid, Museo del Prado) y un retrato del cual aún no se sabe a ciencia cierta si representa a José Gonzálvez Martínez o a Pablo Gonzalvo (Madrid, Museo Romántico).

En 1874 contrajo su segundo matrimonio con Rosa Guardiola, viuda del barón de Andilla. Fue también el año en el que falleció su yerno Mariano Fortuny en Roma, lo que hizo que en 1875 organizó con su hijo Ricardo una gran subasta de los cuadros de Fortuny en Roma y otra de su taller en París. De este año son los retratos dedicados a sus hijos: Raimundo de Madrazo y Garreta (Madrid, Museo del Prado), a quien en este mismo año propuso para académico correspondiente de la de Bellas Artes de San Fernando; Isabel Madrazo y Garreta (destruido); Cecilia de Madrazo y Garreta (Bilbao, Colección Ricardo de Madrazo); y de 1876 él que dedicó a Ricardo de Madrazo y Garreta (Madrid, Colección Particular). En 1877 fue elegido senador del Reino por la Academia de Bellas Artes de San Fernando y formó parte de la comisión española organizadora de la Exposición Universal de París, delegando en Raimundo y Martín Rico el montaje y la reserva de una sala entera, como homenaje póstumo, para la obra de Fortuny. En la Exposición Universal de París de 1878 se expusieron sus retratos de María del Carmen Azlor de Aragón, Condesa de Guaqui y XV Duquesa de Villahermosa (1877; Pedrosa/Zaragoza, Duquesa de Villahermosa), de Perugino Sensi (Madrid, Museo del Prado) y de Mariano Fortuny (Barcelona, Museo Nacional d´Art de Catalunya), y pintó a la Condesa de Sástago (Madrid, Colección Particular). Este mismo año el gobierno francés le concedió la cruz de comendador de la Orden Nacional de la Legión de Honor y a su hijo Raimundo el título de caballero de la misma.

En 1879 se agravaron su enfermedad bronquial y su padecimiento ocular, pero aun así asistió, ya como senador por la Academia, a la apertura de las Cortes. Pintó en 1880 el retrato de su nieta María Luisa Fortuny de Madrazo (Madrid, Colección Particular) a la edad de 12 años y el retrato del célebre músico navarro Juan María Guelbenzu (Zaragoza, Colección Particular), realizado en un solo día.

En 1881 fue miembro del jurado para la decoración de la Casa de la Panadería en la Plaza Mayor de Madrid. Este año le fue ofrecido nuevamente la dirección del Museo del Prado, la que aceptó después de varios requerimientos y la que ocupó durante 13 años hasta su muerte en 1894.

En 1884 sufrió un cólico nefrítico y en agosto murió su hija Luisa. En 1885 otorgó testamento a favor de sus hijos y en diciembre de ese mismo año asistió a las honras fúnebres del fallecido Alfonso XII en la Basílica de San Francisco El Grande.

En 1887 fue nuevamente miembro del Jurado de la Exposición Nacional de Bellas Artes, y en 1888 medió en París la venta de varios cuadros de Fortuny. En 1889 realizó en cuatro sesiones el retrato de Marcelino de Aragón Azlor y Fernández de Córdova, XIV Duque de Villahermosa (Pedrosa/Zaragoza, Duquesa de Villahermosa).

En 1891 se agravó su padecimiento de riñón, aunque, sin embargo, aceptó la nueva elección como senador por la Academia. En junio fue nombrado consejero de Instrucción Pública. En 1892, antes de someterse a una operación de litotricia en septiembre, formalizó en Escritura Pública la venta de sus terrenos, repartiendo entre sus hijos Cecilia, Ricardo y Raimundo los beneficios.

En 1893 fue sometido nuevamente a una sesión de litotricia, y el 24 de octubre de 1893 presidió su última Junta de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. En febrero de 1894 fue nombrado presidente de la comisión organizadora del III Centenario de Velázquez. Su estado de salud se agravó aún más, y el 9 de junio de 1894 le fueron extraídas dos piedras del riñón, sin que esta operación le pudiera salvar la vida. Murió el día siguiente por la noche, y fue enterrado, siguiendo sus deseos, el 12 de junio en la Sacramental de San Isidro, junto a los restos de su primera esposa y de sus hijos Rosa y Antonio. Como homenaje y prueba de su inmenso prestigio se había instalado el día anterior en la rotonda del Museo la capilla ardiente con sus restos mortales.

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Félix Scheffler

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