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QuímicaMedicinaBiografía

Macquer, Pierre Joseph (1718-1784).

Médico y químico francés nacido en París en 1718 y fallecido en su ciudad natal en 1784. Autor de algunos de los tratados científicos más valiosos del siglo XVIII, realizó numerosos descubrimientos que dieron un impulso decisivo a la Química de su tiempo, entre los que destacan sus investigaciones sobre la solubilidad de las grasas en el alcohol y sobre las propiedades de determinados compuestos minerales del arsénico. Además, desarrollo algunas aplicaciones muy útiles de estas investigaciones, como la que le permitió crear un nuevo tinte basado en el denominado azul de Prusia.

Volcado hacia los estudios científicos desde su juventud, cursó la carrera de Medicina en la Universidad de París. Durante este período de formación, Pierre Joseph Macquer se sintió poderosamente atraído por la Química, interés que le llevó, una vez licenciado como médico, a ampliar sus conocimientos sobre dicha materia en el Jardin des Plantes (o Jardín Botánico) de París. Allí impartía clases de Química uno de los principales especialistas mundiales en esta disciplina, que aún no estaba admitida -o era tratada con desprecio y recelo- en las aulas universitarias: Guillaume François Rouelle. Éste se convirtió en el principal maestro de Macquer, quien, en 1745, habría de ser elegido miembro de la Académie des Sciences (Academia de las Ciencias) por sus valiosas aportaciones científicas. Con el paso de los años, Macquer habría de erigirse en el sucesor de su maestro en la cátedra de Química del Jardín Botánico, donde ejerció la docencia hasta poca antes de perder la vida.

Hombre apegado a las enseñanzas de sus viejos maestros, Macquer se negó, a pesar de su apertura mental hacia el desarrollo de las Ciencias, a aceptar las nuevas teorías propuestas por Lavoisier, a quien combatió ferozmente por su ley de conservación de la materia, que afirmaba que la materia no se crea ni se destruye, sino que se transforma (aserto que chocaba frontalmente con la mentalidad de los químicos tradicionales como Macquer).

Este apego a la tradición no le impidió aportar notables avances a la Ciencia moderna, como el estudio y la descripción de numerosas sales (alúmina, magnesia, sulfato de calcio...); la constatación de la naturaleza metálica del arsénico; la disolución del caucho (que, hasta entonces, nadie había conseguido); la introducción en Química del término albúmina; y el descubrimiento de la composición de la leche.

Entre las principales obras que dejó Macquer, figuran dos excelentes tratados complementarios, publicados bajo los títulos de Éléments de chymie theórique (Elementos de química teórica, 1749) y Éléments de chymie practique (Elementos de Química práctica, 1751). La riqueza y variedad de conocimientos y datos novedosos que, procedentes de sus investigaciones y experimentos, ofrecía Macquer en estos tratados propició su inmediata difusión por toda Europa al poco tiempo de su aparición. En Francia fueron reeditados en varias ocasiones a lo largo del siglo XVIII, y en España aparecieron, traducidos por vez primera al castellano, en 1784, para ser reeditados en 1788.

Pierre Joseph Macquer también fue autor de un célebre Dictionnaire de chymie (Diccionario de Química, 1778), obra que público anónimamente en su primera edición, pues había sido comisionado por la Academia de las Ciencias para que la escribiera cuanto antes, y estimó que esta precipitación habría de incluir forzosamente algunos errores que irían en menoscabo de su reputación. Hay, en efecto, en esta obra varios errores notables, casi todos por omisión; pero su condición de pionera en el ámbito de los diccionarios de Química, así como sus posteriores reediciones revisadas, la convierte en un texto de gran valor para la Historia de la Ciencia.

Entre 1768 y 1776, Macquer se encargó también de redactar toda la materia de Ciencias Naturales contenida en el Journal des Savants (Gaceta de los Sabios). Además del prestigio que cosechó entre los científicos de su tiempo, el químico parisino gozó asimismo de gran popularidad entre el vulgo por algunos de sus trabajos de Química aplicada. Cabe destacar, entre ellos, aparte de la ya mencionada invención de un nuevo tinte para la seda que gustó mucho en la Francia de mediados del siglo XVIII, la introducción en Sèvres de una nueva técnica de fabricación de la porcelana que habría de dar fama universal a dicha localidad francesa. Macquer ejerció el cargo de director técnico de la Manufactura Nacional de Sèvres, establecida por Luis XV y Madame de Pompadour.

JRF

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.