A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
GeologíaBiografía

Macpherson y Hemas, José (1839-1902).

Geólogo español nacido en Cádiz en 1839 y muerto en La Granja (Segovia) en 1902. Nacido en el seno de una familia acomodada, hijo de padre escocés ajeno por completo a la ciencia, y de madre andaluza, que murió al darle a luz. De constitución enfermiza, no aprendió a leer hasta los nueve años; inició la enseñanza primaria en Cádiz y después en Gibraltar. No siguió Macpherson ninguna carrera universitaria, sino que se preparó un plan de estudios propio que le llevó a París a estudiar, con distintos profesores y en diferentes laboratorios, matemáticas, física, química, geografía y ciencias naturales. Por influencia del mineralogista Félix Pisani escribió a su vuelta a España, en 1870, su Método para determinar minerales. En una segunda estancia en París, orientó su formación de manera específica hacia la geología, trabajando junto a Auguste Daubrèe y Stanislas Meunier.

La misma displicencia que hacia una formación académica regular, mostró Macpherson hacia los honores y títulos personales. Hacia 1872 se instaló en Madrid, en un edificio que construyó de acuerdo con el destino que habría de cumplir: laboratorio, biblioteca y, en general, instalaciones mucho mejor dotadas que las de la universidad de la época. Con el recurso de su fortuna personal pudo disponer del equipo necesario para la investigación microscópica de los minerales y de laboratorio fotográfico. Sus magníficas instalaciones estuvieron siempre al servicio de los cultivadores de la disciplina, entre ellos Salvador Calderón y Arana, Francisco Quiroga y Eduardo Hernández Pacheco; entre sus amigos personales también se encontraron Lucas Mallada y Pueyo, Manuel Fernández de Castro y Juan Vilanova y Piera. Fruto de sus frecuentes viajes al extranjero y del prestigio que le confirieron sus trabajos, fue la amistad continuada con destacados especialistas de distintos países, como Eduard Suess y James Dwight. Finalmente, Macpherson se relacionó con Francisco Giner de los Ríos y, a su través con la Institución Libre de Enseñanza; hicieron amistad con ocasión del destierro de Giner en Cádiz, a raíz de los acontecimientos universitarios de 1875, y la mantuvieron de por vida. Giner alentó muchas veces a Macpherson e incluso le sugirió la publicación de alguna de sus obras, éste, a su vez, colaboró pecuniariamente con la Institución, acompañó a los alumnos de ésta en sus excursiones científicas y acabó legando en su favor todo su valioso material científico.

Entrando en la consideración de su labor científica, debe afirmarse en primer lugar que fue el pionero de la aplicación en España del microscopio al estudio de los minerales, pero no realizando una labor de aculturación típica de los investigadores españoles de la época, sino en línea con los extranjeros, como Ferdinand Zirkel o Harry R. Rosenbuch. En sus estudios petrográficos llegó a analizar millares de muestras, tanto recogidas por él como facilitadas por colegas necesitados de dicha técnica. El primer trabajo que publicó sobre esta materia (1875) se centró en el origen peridotítico de la serpentina de la Serranía de Ronda; logró reconocer preparaciones en las que podían observarse las sucesivas etapas del proceso de transformación; este trabajo fue traducido y publicado en Inglaterra al año siguiente. Un tema que atraería su atención en sucesivos trabajos es el de las ofitas, que estudió tanto en España como en Francia y Portugal. Entra 1884 y 1887 dedicó sus estudios petrográficos a lo que él denominaba "terrenos arcaicos", que consideró en distintas regiones para tratar de obtener relaciones cronológicas entre unas y otras formaciones. No obstante, con el paso de los años y a pesar de su facilidad para la generalización a partir de los datos del microscopio, Macpherson pareció defraudado por las limitaciones de la petrografía y dejó su cultivo en un segundo plano, tan sólo para tareas auxiliares.

Cultivó desde entonces con mayor ahínco la orogenia, rama naciente de la geología, en la que contribuyó a la formación de las nuevas doctrinas. En este campo se movió con más holgura Macpherson, deseoso de enfrentarse con las grandes claves de la geología; en su caso, concretamente, con los problemas de estructura de la Península Ibérica. Dedicó ocho publicaciones a estos temas en las que, sobre la base de minuciosos trabajos de campo, se planteaba interrogantes de índole general, como la génesis de las montañas o la relación de las formas de las costas peninsulares con las líneas de mínima existencia continentales y submarinas.

A lo largo de su carrera científica, Macpherson abordó otros problemas para él marginales, llevado de un interés momentáneo o por imposición de actualidad. Así, son notables sus trabajos sobre fenómenos de glaciación o, a pesar de su desinterés por la paleontología, su descubrimiento de un Archoecyathus vel Etmophylum en el Cámbrico de Sierra Morena. (Véase Arqueociatos.)

Con ocasión de los terremotos de Andalucía de 1784-1785 emitió un informe en el que sostenía que estuvieron originados por un juego de fracturas ocultas entre Sierra Nevada y la Serranía de Ronda; su tesis fue acogida con excepticismo, pero más tarde fue aceptada. Igualmente acertó a relacionar los resplandores crepusculares que se observaron en Europa en 1883 con la erupción del Krakatoa, a partir del análisis microscópico de los residuos de la evaporación de nieve del Guadarrama.

Los dos trabajos que dedicó a geología regional (Cádiz y Sevilla) difirieron de los habituales entre los españoles de la época, en el sentido de que no eran una muestra erudita de recogida de datos, sino más bien una reflexión elaborada a partir de los mismos.

Autor

  • José Manuel León Rodríguez