Luna y Novicio, Juan (1857-1900)
Pintor filipino; nació en Badoc (Filipinas) cuando las islas eran todavía colonia española y murió en Hong-Kong (Japón). De familia de marinos, hubo de compatibilizar los estudios correspondientes a la profesión familiar con los de pintura, que comenzó en la Escuela de Bellas Artes de Manila y en los que destacó pronto, tal y como lo demuestra la medalla que obtuvo en la Exposición de Manila de 1866. En 1874, logra el título de piloto de altura y recorre el sudeste asiático, aunque su vocación por la pintura se impondrá a la tradición familiar y viajará a Madrid, donde igresa a la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, en la que será alumno de Alejo Vera. En 1878, marcha a Roma con Venegas gracias a una pensión que le concede el ayuntamiento de Manila. De Roma pasará a París, donde recibe el encargo del Senado de pintar La Batalla de Lepanto.
A partir de 1893, graves problemas personales lo llevaron a retraerse de las exposiciones y, casi, a interrumpir una carrera que le estaba proporcionando numerosos éxitos. En este momento, recibió frecuentes ayudas de todo tipo del resto de los pintores de Madrid, entre los que había logrado hacerse un hueco.
Vuelto a Filipinas, es apresado al estallar la insurrección en 1896 por ser partidario de un entendimiento con España que lo llevó a realizar varias misiones diplomáticas por Europa encaminadas a una solución feliz del conflicto. Desengañado y exiliado, murió en Hong-Kong en 1900.
Concurrió a numerosas exposiciones, tales como el Salón de París de 1886, en el que obtuvo tercera medalla, la Universal de Barcelona de 1888 (segunda medalla) o la Universal de París de 1889 (tercera medalla), así como a las Exposiciones Nacionales de 1881, 1884, 1890 y 1892. De ellas, obtuvo galardón en las dos primeras: medalla de segunda clase en la primera por Cleopatra (hoy en la Capitanía Geneal Militar de Sevilla) y de primera en la segunda por Spoliarium (hoy en el Museo de Arte Moderno de Barcelona), pintada durante su estancia en Roma. De Cleopatra, que muestra a la reina muerta, cabe señalar su cuidada composición y la atmósfera a la vez cargada y sensual, premonitoria en cierta medida de la pintura modernista, así como el colorido y el detallismo en telas y relieves.
Destacó principalmente en la acuarela y el óleo. En lo que a temas respecta, se dedicó a la temática histórica y literaria, así como al paisaje. Destacan de su obra cuadros como La belleza feliz, Delicias de Taberna, El pueblo y los reyes, En Venecia, Dafnis y Cloe, La esclava ciega, Los últimos días de Pompeya, Lectura religiosa, etc. recibió, asimismo, encargos como el del Ministerio de Ultramar para pintar una alegoría titulada España y Filipinas.
