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FilosofíaBiografía

Lukács, Giörgy (1885-1971).

Filósofo e historiador húngaro, miembro fundador del Partido Comunista húngaro, fue nombrado comisario de Educación del pueblo, en 1919. Expulsado de su país, trabajó en el Instituto Marx-Engels de Moscú. En 1945 fue profesor de Filosofía en la Universidad de Budapest. Fue también miembro de la Academia de Ciencias húngara. Hasta la Primera Guerra Mundial se movió dentro de un ámbito ético-estético fuertemente impregnado de pesimismo, en El drama moderno (1908), El alma y las formas (1911) y Teoría de la novela (1916). Su pensamiento sufrió un brusco giro con su adhesión al comunismo. A partir de ese momento su vida y su pensamiento estuvieron estrechamente entrelazados con las vicisitudes del comunismo en Occidente y con el complejo y atormentado desarrollo del marxismo contemporáneo. Fruto primero de este cambio fue su obra Historia y conciencia de clase (1923), considerada su obra fundamental y de capital importancia para conocer el pensamiento marxista. A partir de los años treinta, Lukács planteó un vasto programa de desarrollo del marxismo en varias direcciones. De este período sus obras más importantes son: Goethe y su época (1947), El joven Hegel (1948), Thomas Mann y la tragedia del arte moderno (1953), El asalto a la razón (1954) y Contribuciones a la historia de la Estética (1954). Sólo en los últimos años, de regreso a Budapest, volvió a componer obras sistemáticas: Estética y Ontología del ser social. En el centro de su vasta producción se encuentra la propuesta de un enriquecimiento filosófico del marxismo mediante la recuperación de las mejores tradiciones de la cultura burguesa: el historicismo hegeliano y la dialéctica, la concepción humanista y la gran vena del realismo (Goethe, Balzac, Tolstoi).

La literatura según Lukács.

La formación de este húngaro es germana y en alemán escribió sus primeros ensayos: El alma y las formas en 1911 y su fundamental Teoría de la novela, terminado en 1914-15. Con estos presupuestos, Lukács someterá al marxismo a una compleja renovación conceptual, que sólo puede entenderse en función de sus lecturas y de la base de su formación: Marx y Engels, por supuesto, complementados con Lenin, pero también Kant y Hegel, arropados por una sólida formación clásica que, en todo momento, va a poner en juego.

Las bases de su pensamiento crítico.

Kant y Hegel inspiran, en consecuencia, sus primeras apuestas estéticas y dibujan las direcciones que le van a conducir al terreno de los géneros literarios -sobre todo, la novela- para acceder, desde ellos, a planteamientos más globales: la historia, la economía, la moral.

La andadura comunista.

En 1918, ingresa en el partido comunista y, desde 1933, se encuentra en la Unión Soviética trabajando, con otros ideólogos como M.A. Lifschitz, en la determinación de una estética marxista, que cuaja en un volumen como Historia y conciencia de clase de 1923.

La ortodoxia crítica.

Aunque en 1944 regresara a Budapest, hasta 1956 sus planteamientos son puramente ortodoxos y de esta época son sus mejores estudios sobre el «realismo crítico» (cuya concepción ampliará profundamente), los nuevos valores literarios de la Unión Soviética y la señalización de universos narrativos (Thomas Mann, James Joyce, John Dos Passos) acordes con la interpretación de la «realidad» que venía acuñando desde sus primeros estudios.

El acercamiento a la estética.

El colaboracionismo inicial no implica una aceptación simple de la ideología comunista; casi es al contrario, puesto que desde dentro, Lukács logrará que un conjunto importante del canon de lecturas clásicas occidentales sea aceptado en la Unión Soviética, tal ocurre con Goethe, Balzac, Dickens, Gogol, Tolstoi y Dostoievsky, que gracias a su interés forman parte de las lecturas permitidas en la Unión Soviética en parte gracias a los esfuerzos de Lukács.

Por ello, a partir de 1956, Lukács recuperará el control de su primer pensamiento para construir su principal contribucióna la historia de la Estética, los dos volúmenes de Estética I: La peculiaridad de lo estético, 1: Cuestiones preliminares y de principio de 1963, más sus Aportaciones a la historia de la estética de 1966.

Marxismo y humanismo.

La vinculación de Hegel y de Marx le va a permitir fijar una teoría marxista de implicaciones humanistas, desde la que incluso llegará a criticar el criterio del economismo. Del marxismo le interesa, de modo especial, la posibilidad, que como método ofrece, de explicar la historia mediante las leyes generales y particulares de la dialéctica, que valora lo absoluto y lo relativo unitariamente.

De este hecho se desprende que el arte no puede ser apreciado particularmente, en sí mismo, sino que ha de ser incardinado en el mecanismo general de la historia; por ello, la literatura debe de ser valorada como parte del proceso histórico de la sociedad; de ahí que llegue a afirmar que la dimensión estética de las obras literarias (tanto en su creación, como en los efectos que han de producir) forman parte del proceso social por el que el hombre se apropia del mundo mediante su conciencia.

Materialismo y literatura.

Es una manera de integrar el materialismo dialéctico (el arte y la literatura desde la perspectiva de su evolución) con el materialismo histórico (las causas y los efectos de la obra artística en relación a la sociedad de la que provienen y a la que sirven).

El arte y la literatura constituyen un proceso; por tal motivo, sus leyes y sus principios pueden claramente determinarse mediante el materialismo histórico; como Marx, llega a afirmar que el arte y la literatura participan de la superestructura, pero no proceden de la base, sino de la capacidad creadora del individuo, al que se concede un papel esencial en la evolución de las formas estéticas.

La revisión del «realismo».

Con estos planteamientos, Lukács asumirá la revisión del concepto de «realismo», tan unido a la ideología marxista. Precisamente, con un artículo de 1958, "El significado actual del realismo crítico", se desmarca con claridad de la ideología estaliniana, rechazando el término de «romanticismo revolucionario», con el que, como se ha visto, se llegaron a fijar los primeros componentes críticos del marxismo. El «realismo crítico» posee una amplitud de miras mayor que el «realismo socialista», por cuanto éste sólo intenta concretar una perspectiva de análisis socialista, mientras que el primero tiende a enfrentarse a las líneas maestras del sistema capitalista.

La concepción de «forma artística» se perfila en estas nociones, tal y como el materialismo dialéctico la puede llegar a fijar y en la que la noción de la «realidad» juega un papel crucial; para Lukács, el pensamiento y la imaginación de las personas no son más que un reflejo de la realidad del mundo externo, independiente de la conciencia; por ello, puede afirmar que la creación literaria ha de incluirse en la teoría general del conocimiento.

Para Lukács la creación constituye una forma singular de «reflejo»; esta circunstancia le permite valorar el realismo como la forma superior que el arte puede llegar a concebir, rechazando los excesos del naturalismo y, por supuesto, la literatura de vanguardias.

La polémica con Bertoldt Brecht.

Como se comprende, estas afirmaciones fueron las que suscitaron la mayor de las polémicas a las que este teórico húngaro dio lugar. Por una parte, se opusieron a él los miembros de la Escuela de Francfurt (ver Sociología literaria), por otra, hay que contar con la defensa de la vanguardia que Bertold Brecht asumió frente a la que él consideraba estrechez de los cauces expresivos de Lukács.

El efecto de distanciamiento: Brecht.

Brecht pensaba que el escritor realista es un individuo condenado a la repetición de lo mismo; por ese motivo, no puede llegar a conocer lo que, supuestamente, la realidad es en sí. Lukács contraatacó señalando que las ideas de Brecht nada tenían que ver con el espíritu de Marx y de Engels, lo que impidió que el dramaturgo alemán pudiera estrenar sus piezas en la Unión Soviética; y todo esto, teniendo en cuenta que ambos personajes compartían la misma idea sobre el valor cognoscitivo que debía darse a la obra de arte; de hecho, les diferenciaba el método que uno y otro empleaban, ya que el dramaturgo alemán propugnaba lo que él llamaba «efecto de distanciamiento», experimentando con una serie de técnicas que permitieran obtener un conocimiento no prefijado de la realidad, donde cabía, incluso, la visión lúdica que puede exigirse a la forma artística.

La realidad objetiva: Lukács.

Lukács concibió, en el marco de esta polémica, su noción de «realidad objetiva» y la posibilidad de descubrir las «causas ocultas» que laten bajo las formas reales. En buena medida, estos planteamientos condujeron a la espinosa cuestión de definir «apariencia» y «esencia», consideradas en sí como fases de esa «realidad objetiva»: por ello, puede conocerse y describirse, aunque en sí las circunstancias la hagan cambiante.

Frente a esa mutabilidad, Lukács afirma que el verdadero arte ha de diseñar un proceso dialéctico en el que la esencia se transforme en apariencia y pueda así conocerse. Por estos cauces se cuela la noción de totalidad de Hegel, que Lukács aplicará a las formas literarias, más la noción de Engels de «tipo»: la realidad ha de ser la característica de una época, uniéndose así lo individual a lo social.

Lukács, en resumen, pretendía liberar a la crítica de los prejuicios que la aceptación de la teoría marxista podían constituir, pero no quería rechazar las categorías esenciales del marxismo; lo que hizo fue crear una interpretación global de la realidad desde ellas, para luego encuadrar la actividad creadora e individual del escritor (siempre desde una perspectiva histórica).

Fernando Gómez Redondo.

BIBLIOGRAFÍA

  • - Chicharro Chamorro, A., en "La teoría de la crítica sociológica", de Teoría de la crítica literaria, ed. de P. Aullón de Haro, Madrid, 1994, pp. 397-453.

  • - Garrido Gallardo, Miguel Ángel, La teoría literaria de György Lukács, Valencia, 1992.

  • - Lukács, G., Teoría de la novela [1920], Buenos Aires, 1974; Estética I: La peculiaridad de lo estético, 1: Cuestiones preliminares y de principio [1963], Barcelona-México, 1966; Aportaciones a la historia de la estética, México, 1966.

  • - Bertolt Brecht, Political Theory and Literary Practice, ed. B.N. Weber y H. Heinen, Manchester, 1980.

  • - Questions sur le réalisme: B. Brecht et G. Lukacs, París, 1989.

  • - Villanueva, Darío, Teorías del realismo literario, Madrid, Espasa Calpe-Instituto de España, 1992.

Autor

  • CCG.