A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
PinturaBiografía

Lucas y Padilla, Eugenio (1824-1870)

Pintor español nacido el 10 de febrero de 1824 en Alcalá de Henares y muerto en Madrid el 11 de septiembre de 1870. Fue padre del también pintor Eugenio Lucas Villaamil, razón por la que en los manuales se les suele distinguir con los castizos sobrenombres de "el Viejo" y "el Mozo". No debe confundirse con Eugenio Lucas Velázquez, que también muriera en Madrid el mismo día.

La biografía de Eugenio Lucas ha tenido, y tiene todavía, buen número de puntos oscuros, debidos en parte a la acción de su propio hijo, que enmarañó la biografía de su padre a fin de ocultar su nacimiento adulterino. En los últimos años, varios estudios de carácter documental y archivístico han permitido esclarecer algunos de los citados puntos oscuros.

Parece, en primer lugar, que no llegó a recibir Lucas formación académica reglada, tal y como parecía desprenderse de su poco ortodoxa obra y como confirma su no presencia en las listas de alumnos de la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Parece que sus maestros fueron, directamente, los cuadros del Museo del Prado, a través de los cuales se asimila a la tradición de la pintura española, especialmente a la obra de Velázquez y, de forma muy especial, a la de Goya. Con todo, sí parece haber tenido alguna relación con la Academia, toda vez que es allí donde encontramos por primera vez, que nos conste, cuadros suyos expuestos. Es en 1841 y se trata de dos escenas andaluzas y dos caprichos.

En 1844, se casa, aunque no con la hermana del también pintor Pérez Villaamil, como hizo creer su hijo, sino con Martina Hernández, de la que se separaría a los pocos años. Su partida de casamiento nos da, además, otro dato de importancia sobre su misteriosa personalidad: como profesión no figura "pintor", sino "ebanista", lo que pudiera apuntar al hecho de que la pintura no fuera, al menos en esta fase, sino una ocupación extraprofesional o, incluso, una ayuda económica a la familia. En 1850, lo encontramos colaborando con Henri Philastre en la pintura del techo del Teatro Real de Madrid. Estas pinturas, de carácter alegórico y encomiástico, fueron realizadas en lienzo fijado a la pared, técnica utilizada con frecuencia durante el XIX para evitar los inconvenientes de la pintura al fresco, y se perdieron en las sucesivas reformas del edificio. Quedan de ellas dos bocetos, hoy en la embajada española en Washington, que no han sido tenidos en cuenta a la hora de restaurar el coliseo de nuevo.

Participó, asimismo, Lucas en la decoración del primer palacio del marqués de Salamanca, hoy perdido, la del constructor Pozas y la del padre de Sagasta en la calle de Génova de Madrid, único que se conserva hasta la fecha.

En 1853, se separa de su mujer y vive con Francisca Villaamil, con la que nunca llegará a casarse y de la que tendrá cuatro hijos. El segundo de ellos, Eugenio, se dedicó también, como ya hemos indicado, a la pintura y fue el autor de la leyenda de que su madre era hermana del pintor Pérez Villaamil, íntimo amigo de Lucas. La circunstancia de haber sido Lucas "el Mozo" amigo del coleccionista Lázaro Galdiano ayudó en buena medida a la propagación de dicha leyenda.

Se ha especulado también sobre varios viajes de Lucas al extranjero (dos a París, uno a Italia y otro a Marruecos) de los que no hay prueba alguna. En 1854, consta la presencia de varios cuadros suyos (así Plaza partida o La revolución) en una exposición en la que participó lo más granado de la pintura española del momento, si bien no consta que el autor acompañara a sus obras que fueron, por cierto, admiradas por público y crítica.

Se sabe que mantuvo cierta relación con Palacio, tal y como lo prueban los cuadros dedicados al rey consorte y al príncipe Adalberto de Baviera, así como su designación para la pintura del techo del Real. Con todo, en 1856, formó parte de la Milicia Nacional. Con tan pocos datos biográficos y en un tiempo tan revuelto como el reinado de Isabel II, poco es lo que podemos deducir de todo esto.

Otra de las leyendas nunca demostradas sobre Lucas es la de un epistolario con Manet que Lázaro Galdiano aseguró haber tenido en las manos. Manet visitó Madrid en 1856 y es posible que se entablara amistad entre ambos, la común admiración hacia Goya podría haber sido el detonante, que se plasmara en un epistolario, pero, de nuevo, nada sabemos de cierto sobre ello.

Su obra es abundante y heterogénea. De sus casi quinientas obras, sólo noventa y cinco están firmadas, lo que ha dado numerosos problemas de atribución, sobre todo en cuadros que se habían ahijado por tradición al pincel de Goya. Cierto que la huella de Goya es palpable en la obra de Eugenio Lucas, pero no parece que haya sido la intención de éste plagiarle. Con todo, en ocasiones aparecen en su pintura figuras tomadas directamente de la obra del pintor de Fuendetodos que más parecen responder a recuerdos que Lucas plasma dentro de su propio cuadro que copias intencionadas. Está en relación esta asunción de la obra de Goya con las fantasías velazqueñas que encontramos también en su catálogo, tales como una copia libérrima de Las Meninas o la serie que constituyen La corte de Felipe IV, Felipe IV en los jardines de Aranjuez, El matrimonio de Felipe IV, Infante y enana y El Cazador.

Pintor de la llamada veta brava, pinta de memoria y sin apenas bocetos a partir de su propia fantasía. Su pintura se caracteriza por un profundo desinterés hacia la realidad, que reconstruye o toma de otras obras (así su Vista de Venecia, considerada prueba del supuesto viaje a Italia y tomada en realidad de un grabado inglés). En el aspecto temático, se caracteriza su producción por la heterogeneidad: brujas, procesiones, toros, majos, escenas bélicas, paisajes, etc. Como se puede observar, también la heterogeneidad temática recuerda en parte a Goya. Frente a esta variedad, llama la atención la escasez de sus retratos, que tampoco se encuentran entre lo mejor de su producción, salvo su excelente Autorretrato. Son títulos de algunas de sus obras Una pareja de majos en un tendido, Bodegón con frutas, Procesión de Semana Santa, El Sermón, Después de los fusilamientos (nueva representación de la represión llevada a cabo por las tropas francesas tras el levantamiento del 2 de mayo de 1808), Las víctimas de la guerra (también relacionada con la guerra de la Independencia y con las pinturas que ésta inspiró a Goya), La ronda, Maja acechada por un majo, Costa mora al atardecer, Moros de Tetuán o Moros en un acantilado (este tipo de obras son las que han dado motivos para suponer un viaje a Tetuán nunca documentado, aunque la forma de pintar de Lucas, alejada de cualquier intento de copia del natural, no precisaba de trasladarse a lugar alguno para inventarlo).

La obra de Lucas se caracteriza por el predominio del color sobre el dibujo y por la poderosa imaginación con la que plasma escenas y paisajes. Considerado como el más romántico y castizo de nuestros pintores del XIX, se le ha censurado la influencia de Goya hasta el extremo de presentarlo como un genio malogrado por su excesiva dependencia del estilo goyesco.

Temas Relacionados

  • Arte del Romanticismo en España.

Autor

  • G.F.S.E.