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Lozano, Abigaíl (1821-1866).

Poeta, periodista y político venezolano, nacido en Valencia (en el estado de Carabobo) en 1821 y fallecido en Nueva York (Estados Unidos de América) en 1866. Paradigma del escritor decimonónico que, frente al empuje del liberalismo incipiente, reacciona replegándose hacia posturas conservadoras que hallan su máxima expresión en la exaltación desmesurada de la patria, fue uno de los mejores exponentes, en las Letras venezolanas, de esa tendencia conservadora propia del romanticismo tardío, y también uno de los poetas más leídos y ensalzados en su tiempo. Para los criterios estéticos de la actualidad, la mayor parte de su obra resulta hueca, pomposa, abigarrada, altisonante e hiperbólica, siempre animada por una vena de exaltación pasional que, cuando no declama de forma patética en loor de la patria, ahonda con empalagosa insistencia en la intimidad amorosa del poeta; sin embargo, no es menos cierto que, en algunas composiciones, el estro de Abigaíl Lozano remonta el vuelo y deja entrever el gran poeta que hubiera llegado a ser de no haberse dejado arrastrar por los gustos literarios -ya ciertamente desfasados con respecto a las modas que corrían por Europa- de sus contemporáneos.

Durante su infancia y juventud, Abigaíl Lozano llevó una vida inquieta y agitada que le permitió conocer en profundidad diferentes territorios de su país, así como la idiosincrasia de sus pobladores. En efecto, de su ciudad natal pasó a residir en Puerto Cabello, y más tarde se trasladó a San Felipe, donde vivió también durante algún tiempo antes de asentarse en Caracas. Una vez allí, su afición a las Letras le impulsó a darse a conocer como escritor por medio de las colaboraciones que envió, a partir de 1841, al rotativo El Venezolano, que se distinguía entre la prensa caraqueña por su sesgo liberal. Pero, en poco tiempo, la evolución de Abigaíl Lozano hacia posturas ideológicas conservadoras provocó el surgimiento de profundas desavenencias políticas entre el escritor de Valencia y el director del periódico, Antonio Leocadio Guzmán, quien decidió prescindir de las colaboraciones de aquel joven exaltado (contaba, a la sazón, el poeta poco más de veinte años de edad).

Lejos de amilanarse, Abigaíl Lozano se retiró entonces a su ciudad natal con el propósito de conseguir allí el apoyo y los fondos necesarios para fundar sus propios medios de comunicación; y tanto empeño puso en esta empresa, que en 1843 ya había sacado a la luz las revistas literarias El Álbum y Flores de Pascua. Pero, tan pronto como hubo alcanzado este objetivo, dejó de interesarse por la labor editorial y se enredó en una febril actividad política que le granjeó numerosas enemistades en casi todas las instancias del poder. Así las cosas, cada vez más enfrentado con las autoridades políticas y judiciales de la República, en 1845 fue condenado a un largo período de confinamiento en su Valencia natal, de donde no pudo salir hasta trece años más tarde. Pese a este duro correctivo, no escarmentó en su afán por ocupar un primer plano en la política de su tiempo, y al cabo de dos años (1860) logró ser elegido diputado, para pasar -sin apenas haber hecho uso de sus prerrogativas en la cámara legislativa- a ocupar en 1861 el cargo de cónsul del Perú en Saint Thomas. Esta proyección internacional de su faceta como hombre público le permitió también ejercer como secretario personal del político y general mexicano Antonio López de Santa Anna durante un viaje de éste por los Estados Unidos de América.

En su línea poética de tema amoroso y tono intimista, Abigaíl Lozano eligió por modelo los versos del vallisoletano José Zorrilla; pero, a pesar de esta excelente influencia, fue mucho más apreciado entre sus contemporáneos por su exaltados cantos patrióticos, entre los que conviene recordar -por la enorme popularidad que llegaron a alcanzar en su tiempo- su "Oda a Barquisimeto" o su "Canto a Bolívar". Estos y otros muchos poemas que compuso el vate de Valencia a lo largo de su fecunda trayectoria literaria vieron la luz entre las páginas de sucesivas colecciones de versos de su autoría, que fueron apareciendo bajo los títulos de Tristezas del alma (Caracas: Valentín Espinal, 1845), Horas de martirio (Caracas: [s.p.i.], 1847), Cantos a la patria (Valencia: Imprenta Colombiana, 1858), Colección de poesías originales (París: Th. Ducessois, 1864), Otras horas de martirio (San Felipe: [s.p.i.], 1865) y Obras completas (París: [s.p.i.], 1865). Tras su muerte, siguieron apareciendo recopilaciones varias y muestras antológicas de su quehacer poético, como Poesías selectas de D. Abigaíl Lozano (Barcelona: Imprenta de la Biblioteca Popular, 1884), Don Abigaíl Lozano (Curazao: Imprenta de la Librería de A. Bethencourt e Hijos, 1868), Poesías (Caracas: [s.p.i.], 1946) y Poesías escogidas de José Antonio Maitín y Abigaíl Lozano (Caracas: Ediciones Villegas, 1954).

Bibliografía

  • PAZ CASTILLO, Fernando: "Abigaíl Lozano", en Reflexiones de atardecer, 1, Caracas: Ministerio de Educación, 1964, pp. 141-158.

  • PÉREZ PEROZO, P.: Abigaíl Lozano, hombre y poeta de su tiempo, Caracas: Talleres Tipográficos El Globo, 1958.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.