A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z
LiteraturaBiografía

López-Picó, Josep María (1886-1959)

Poeta, narrador y ensayista español, nacido en Barcelona en 1886 y fallecido en su ciudad natal en 1959. Autor de una espléndida producción poética que le sitúa entre las voces cimeras de la lírica catalana de comienzos del siglo XX, desarrolló una intensa labor creativa e intelectual caracterizada por su constante búsqueda de la palabra estética y estilizada, cargada de simbolismo, en la misma línea de trabajo que siguieron otros poetas de su generación, como Marià Manent y Tomás Garcés. Por la influencia decisiva que tuvieron sus postulados estéticos en las obras de los jóvenes poetas catalanes del momento, está considerado como uno de los grandes precursores del Novecentismo o Noucentisme, al que pronto quedaron adscritos, junto al propio Josep María López-Picó, otros grandes autores como Joan Alcover, Josep Carner, Miquel Costa i Llobera, "Guerau de Liost", Carles Riba, Carles Soldevila y, entre otros muchos, Agustí Esclasans.

Alentado por una acusada vocación humanística, pronto se dio a conocer como poeta y como uno de los más inquietos y activos animadores del panorama literario de su ámbito geo-cultural, en el que destacó como fundador -en colaboración con Joaquim Folguera- de la publicación titulada La Revista, que de inmediato habría de convertirse en uno de los principales órganos de difusión de la poesía catalana del momento. Desde las páginas de esta revista literaria, Josep María López-Picó propagó sus ideas sobre el Noucentisme y promocionó las obras primerizas de los jóvenes valores que, como Eugenio d'Ors o el ya citado Carles Riba, convirtieron al escritor barcelonés en uno de los principales mentores de su generación.

En su condición de poeta, López-Picó había alcanzado gran notoriedad en los círculos literarios barceloneses desde la publicación de sus dos primeros poemarios, Intermezzo galant (1910) y Turment-Froment (1910), obras en las que todavía es bien visible la influencia de las grandes corrientes poéticas que hicieron furor en Europa y América a finales del siglo XIX, como el parnasianismo y el decadentismo. Sin embargo, en sus dos entregas poéticas siguientes, publicadas bajo los títulos de Poemes del port (1911) y Amor, Senyor (1912), ya pudo apreciarse una marcada evolución intelectual hacia unos postulados estéticos en los que cobraba supremacía la pureza formal no sólo de la poesía, sino de cualquier modalidad artística. Esta nueva orientación de su quehacer literario triunfó plenamente en la colección de poemas titulada L'ofrena (1915), obra en la que se hace notar, por encima de cualquier otra seña de identidad, un agudo proceso de interiorización que lleva al poeta a preocuparse -en lo que a los contenidos se refiere- por la esencia de las cosas, y a adentrarse de lleno -dentro del plano formal- en los postulados de la poesía pura. Y hasta tal punto contribuyó la obra del escritor barcelonés a configurar esa deshumanización del arte perseguida por los cultivadores de la pureza formal de la poesía, que el propio Ortega y Gasset se sirvió de algunos versos suyos para ilustrar sus teorías acerca de la metáfora.

Dentro de este período de interiorización, esencialismo y pureza hay que ubicar otros muchos poemarios de Josep María López-Picó, entre los que sobresalen los titulados Cants i allegories (1917), El meu pare i jo (1920), El retorn (1921), Popularitat (1922), La nova ofrena (1922) y Elegía (1925), este último considerado por la crítica especializada como el punto culminante de su indagación particular en los entresijos de la poesía pura. Posteriormente, el poeta de la Ciudad Condal evolucionó hacia una creación de madurez en la que cobraron relieve unas inquietudes metafísicas que, en su dimensión espiritual, irían acercando su poesía a la más recta ortodoxia católica. Al mismo tiempo, la envoltura formal de sus composiciones se tornó más sencilla y tradicional, próxima a las estructuras madrigalescas, y los temas predilectos que nutrieron sus versos durante esta etapa de madurez recuperaron todos los valores permanentes de la doctrina cristiana, como la exaltación del amor y la amistad, el elogio de la vida familiar y el canto gozoso a la divinidad. Estos nuevos rasgos formales y temáticos quedaron bien patentes en algunos poemarios como Invocació secular (1926), L'oci de la paraula (1927), Epitalami (1931), Variacions líriques (1935) y Epifanía (1936); pero, sobre todo, triunfaron plenamente en las colecciones de versos que Josep María López-Picó dio a la imprenta después de la Guerra Civil, entre las que destacan algunos títulos tan notables -dentro de la poesía apologética del catolicismo- como Via crucis (1947), Maria Assumpta (1947), Job (1948), Oda a Roma (1950) y El mirall de Déu (1951). Por aquel entonces, el poeta barcelonés ya se había convertido en uno de los grandes patriarcas de las Letras catalanas del siglo XX, lo que le permitió -entre otras cosas- ver editado en 1948 el primer volumen de sus Obras Completas.

En su condición de prosista, Josep María López-Picó no rayó a la misma altura alcanzada por su magnífica producción poética; sin embargo, dio a la imprenta algunas recopilaciones de narraciones breves de notable interés, como las tituladas Lleures barcelonins (Ocios barceloneses, 1921) y Les primeres bones festes (Las primeras felices fiestas, 1934). También son dignos de consideración sus escritos de reflexión ensayística, que aparecieron recopilados en los volúmenes titulados Moralitats i pretextos (1917) y Entre la crítica i l'ideal (1922).

Autor

  • José Ramón Fernández de Cano