

Lombardi, Francisco (1949-VVVV).
Director de cine peruano, nacido en 1949 en Tacna (Perú), se trata de un cineasta polémico cuya película La ciudad y los perros le supuso el reconocimiento internacional.
Vida
Tras un fugaz paso por la Universidad de Lima, logró convencer a la familia de que su verdadera vocación era emprender estudios sobre cine y se desplazó hasta Argentina, donde ingresó en la Escuela de Santa Fe. En 1969 retornó a su Perú natal, donde compaginó el aprendizaje profesional en el campo de la producción con el ejercicio de la crítica cinematográfica en El Correo y la prestigiosa revista Hablemos de cine. Cinco años después creó Inca Films gracias a las facilidades otorgadas por la Ley de Promociones, que incentivó la creación de productoras al convertir en obligatorias las exhibiciones de cortometrajes peruanos.
Con dicha empresa produjo películas de otros realizadores y se inició él mismo como director mediante cortometrajes como Visión de José María Eguren o Ritual de flores. Pero la saturación del mercado le obligó pronto a buscar otras vías comerciales, por lo que decidió dar el salto al mundo televisivo y, más tarde, al del largometraje cinematográfico. Fundó entonces Proa, con la que debutó en Muerte al amanecer, una dura crónica de las últimas horas de un hombre condenado a la pena capital por un crimen del que es inocente. El éxito de público supuso un espaldarazo a su incipiente carrera, prosiguiendo con la filmación de películas inspiradas en novelas o sucesos reales como Muerte de un magnate, sobre el asesinato de un millonario.
La ciudad y los perros marcó un importante punto de inflexión en su actividad cinematográfica, puesto que logró distribución internacional. Basada en la novela homónima del escritor Mario Vargas Llosa, radiografiaba con aspereza las brutalidades cometidas en un acuartelamiento militar, donde la víctima de un hecho ilegal está más perseguido que el agresor. El éxito de dicho film, unido a la política de apoyo al cine latinoamericano emprendida por Televisión Española durante la etapa en que dicho organismo estuvo dirigido por Pilar Miró, le permitió a Lombardi poner en marcha sus dos siguientes proyectos, La boca del lobo y Caídos del cielo.
El primero de ellos trajo consigo una gigantesca polémica, al plantear el enfrentamiento entre ejército y pueblo peruano en términos de agresores y agredidos, lo cual sólo parece conducir a la creación de guerrillas como Sendero Luminoso. El Ejército peruano intentó dificultar las proyecciones de la película, donde la opresión social y la explotación de los pobres son mostrados de forma trágica, aunque a Lombardi le interesaba sobre todo la descripción psicológica de cada uno de los personajes. En Caídos del cielo, por otra parte, entrecruza tres historias mediante las cuales ofrece un penetrante retrato del Perú de los ochenta, logrando una de las películas más destacadas del reciente cine latinoamericano.
La anterior trilogía de largometrajes favoreció el asentamiento de Francisco Lombardi como cineasta de talla internacional, premiado en importantes festivales, aunque las penurias económicas de la industria cinematográfica peruana siguió complicando la puesta en marcha de sus proyectos. Para Sin compasión, por ejemplo, logró cubrir el escaso presupuesto gracias a la obtención del segundo premio de un concurso de guiones convocado por la Secretaría de Gobernación de México, y a la generosidad de un laboratorio cinematográfico que aceptó revelar la película a cambio de figurar como coproductora minoritaria.
Este largometraje, que contaba la historia de un joven que considera que las leyes se han hecho para ser vulneradas de forma sistemática, estuvo nominada al Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana que concede la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España. En esa misma línea se encuentra igualmente Bajo la piel, donde volvió a incidir en las circunstancias que pueden llevar a una persona con apariencia normal a convertirse en un peligroso asesino sin escrúpulos, en un territorio donde las antiguas creencias religiosas influyen poderosamente en la vida cotidiana. Añadiéndole un perverso toque final que consistía en que el policía trocado en criminal consigue al fin burlar esa ley que por su cargo representa. Su financiación sólo pudo ser posible gracias a la colaboración del productor español Gerardo Herrero (Tornasol Films).
Filmografía.
Cortometrajes.
1974: Visión de José María Eguren.
1975: Al otro lado de la luz; Hombres y guantes.
1976: Ritual de flores.
Largometrajes.
1977: Muerte al amanecer.
1978: Cuentos inmorales [codirigida.].
1980: Muerte de un magnate.
1983: Maruja en el infierno.
1985: La ciudad y los perros.
1988: La boca del lobo.
1990: Caídos del cielo.
1992: Huellas del paraíso.
1994: Sin compasión.
1996: Bajo la piel.
1997: No se lo digas a nadie.
2000: Tinta roja.
2003: Ojos que no ven.
LFC