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HistoriaPolíticaBiografía

Leyva y de la Cerda, Juan de (1604-1667).

Administrador colonial español, nacido en Alcalá de Henares el 2 de febrero de 1604 y fallecido en Pastrana en 1667. Fue conde de Baños y virrey de Nueva España (1660-64).

Miembro de la casa de Medinaceli e hijo primogénito de Gonzalo de la Cerca y de la Lama, pertenecía a una vieja familia de la nobleza española. Desde muy joven sirvió en la Marina al lado de su abuelo materno, Pedro de Leyva y Mendoza, capitán general de la Armada Española; con él tomó parte en los combates navales contra los piratas argelinos que llenaban el Mediterráneo. En 1626 acompañó a Felipe IV en campaña y, a las órdenes del conde duque de Olivares, combatió a los sublevados catalanes en los sitios de Lérida y de Tarragona; Juan de Leyva gozaba de la mayor estimación personal por parte del rey.

Nombrado el 26 de febrero de 1660 para suceder en Nueva España al virrey Fernández de la Cueva, llegó a la ciudad de México el 16 de septiembre, a los 56 años de edad, acompañado de numeroso cortejo y de su familia, en contra de las ordenanzas que prohibían ejercer esas funciones en compañía de familiares. Esta conducta ocasionó la protesta del Consejo de Indias que obligó al rey a confirmar disposiciones anteriores en tal sentido. El 11 de abril se firmó un decreto por el que se prohibía que los virreyes de Perú y Nueva España llevasen a sus hijos, hijas, yernos y nueras, disposición recopilada en las Leyes de Indias.

De carácter hosco y altanero, era brusco en sus modales y de codicia ilimitada, al igual que el resto de su familia, por lo que desde su llegada se sucedieron los escándalos y altercados. Uno de los más sonados implicó a su hijo Pedro, que al parecer se había expresado despectivamente a propósito de los criollos novohispanos, lo que provocó la reacción de un servidor de Fernando de Velasco, conde de Santiago de Calimaya, al que mató de una estocada. Cuando el conde le reprochó al virrey, éste le provocó en un desafío que impidió Osorio de Escobar, obispo de Puebla. Versiones diferentes se inclinan por insinuar que el hijo del virrey pagó a unos asesinos para que mataran al conde.

Pacificadas por entonces las tribus de indios en los territorios de Nuevo México, como resultado del esfuerzo misionero de los franciscanos, sin embargo y en reacción de los abusos e injusticias que solían cometerse con ellos, se levantaron en 1661 los de la región de Tehuantepec que, unas semanas antes de la llegada del virrey, habían asesinado al alcalde mayor Juan de Arellano. Ahora, y tras anunciarse la llegada de las tropas enviadas desde la capital, la insurrección se había extendido por Oaxaca, Nejapa y Villa Alta. Gracias a la intervención de Alfonso de Cuevas Dávalos, obispo de Oaxaca, se consiguió calmar a las tribus con la promesa del perdón absoluto, aceptado a regañadientes por el conde de Baños.

El malestar causado entre los criollos por las arbitrariedades del virrey y su familia, se concretó en numerosas peticiones a la corte, con la intención de que se cortaran tales abusos, solicitudes a las que el rey nunca accedió. Entre otras irregularidades, el virrey había embargado tierras y propiedades de criollos e indígenas para repartirlas entre sus familiares y amigos. Por otra parte y como una forma de cubrir los empréstitos y envíos que desde las arcas virreinales se hacían a la corona, obligó al comercio de Ciudad de México a pagar contribuciones con las que atender esas obligaciones.

En 1664, y con el propósito de llegar hasta California, el almirante Bernardo Bernal de Pinadero salió de Banderas, en Nueva Galicia, con dos buques, en una expedición que resultó desafortunada y llena de disensiones y problemas.

El enfrentamiento del virrey con el obispo Osorio de Escobar, con quien se había enemistado a consecuencia del desafío de su hijo Pedro, tuvo nefastas consecuencias, ya que personalidades criollas y autoridades peninsulares se ampararon en él para insistir en sus denuncias. El 19 de marzo de 1664 se leyó en la catedral, a instancias del obispo, un edicto que enumeraba las censuras en las que incurriría quien se atreviese a interceptar el correo real.

En efecto y como consecuencia de tanta protesta, el rey se vio obligado a tomar una decisión para resolver la situación del virreinato, por lo que el 15 de septiembre de 1663 dispuso que su gobernación pasara de modo interino a disposición del obispo. Pero el conde de Baños se había ocupado de interceptar todos los despachos e impidió que esta noticia llegara a la ciudad de México. La respuesta de la familia del virrey al edicto eclesiástico fue atacar a cuantos se oponían al conde, el obispo se vio obligado a abandonar la ciudad y buscar asilo en el convento de carmelitas de San Ángel.

Cuando la Audiencia quiso intervenir en actitud conciliadora, y pidió al obispo que regresara a la capital, éste se negó. Sin embargo, tras recibir una nueva Cédula Real con su nombramiento, Osorio convocó al virrey, los oidores, alcaldes de corte y fiscales, y regresó acompañado de una inmensa muchedumbre. Al desvelarse el contenido de este documento, todas las autoridades reconocieron al obispo, con la excepción del virrey, que se negó a la entrega del bastón de mando.

Finalmente, el conflicto lo resolvió la Audiencia, que había recibido otro despacho real con la recomendación de hacerse con el poder en caso de que el obispo hubiera fallecido. Juan de Leyva y su familia tuvieron que abandonar la ciudad a escondidas y regresar subrepticiamente a España; el obispo tomó posesión del virreinato el 29 de junio de 1664.

Al presentarse en la corte, el conde fue severamente reprendido por el rey, que lo separó para siempre de su servicio. Tras la muerte de su esposa, 7 de enero de 1676, el conde de Baños tomó las órdenes de los carmelitas descalzos el día 10 de octubre de 1677, en el monasterio de San Pedro, en la villa de Pastrana, Guadalajara, con el nombre de Fray Juan de San José. Cantó misa el 27 y unos meses después falleció .

Bibliografía

  • OROZCO y BERRA M. Historia de la dominación española en México. México, 1938.

  • RIVA PALACIO, V. El Virreinato. Tomo II de México a través de los siglos, México, Compañía General de Ediciones, 1961.

  • RUBIO MAÑÉ, I. Introducción al estudio de los virreyes de Nueva España. México, Ediciones Selectas, 1959 y México, UNAM, 1961.

Manuel Ortuño

Autor

  • 0109 Manuel Ortuño