Leopoldo II, Rey de Bélgica (1835-1909).

Rey de Bélgica (1865-1909) y soberano del estado independiente africano del Congo Belga (1885-1909). Hijo primogénito y sucesor al trono de Leopoldo I, nacido el 9 de abril del año 1835 en Bruselas y muerto el 17 de diciembre del año 1909 en la localidad de Laeken.

Muy joven, Leopoldo ingresó en el ejército belga, estancia que aprovechó para formarse en las futuras tareas de gobierno y llevar a cabo una de sus grandes pasiones: viajar. Emprendió por toda Europa y por el Oriente Próximo multitud de viajes y visitó la India, China y Egipto. Antes de subir al trono, en el año 1865, contrajo matrimonio con la archiduquesa María Eugenia, hija de José, archiduque de Austria, en el año 1853.

Durante su reinado, la situación política interna se vio influida por la gran rivalidad entre los dos partidos más relevantes, el católico-radical y el liberal. Leopoldo I intentó, en todo momento, apoyar al partido católico-radical, pero no pudo evitar el ascenso del partido liberal al que se tuvo que plegar democráticamente cuantas veces éste formó gobierno, al igual que hiciera su padre, Leopoldo I. En el año 1890 se llevó a cabo el plan Janson, tendente a revisar la vieja Constitución y concretamente el sistema de derecho electoral, el cual se implantó en un sentido más democrático y pluralista, dando entrada así en el parlamento belga a un abanico más amplio de opciones y partidos políticos. La nueva ley favoreció a los socialistas, que entraron a formar parte de la escena política belga con protagonismo. Excelente conocedor de su pueblo, Leopoldo II activó personalmente la revolución industrial de su pueblo, apoyando todas las iniciativas industriales y comerciales, privadas o públicas, tendentes a situar a Bélgica en el grupo de las potencias económicas del momento. También se preocupó por introducir el idioma flamenco en la enseñanza primaria, dominada hasta entonces por el idioma francés.

En cuestión de política exterior, Leopoldo II se preocupó por mantener a su país en la más estricta neutralidad. Cuando en el año 1870 estalló la guerra franco-prusiana, Leopoldo II, en previsión de un posible ataque por parte de la Prusia de Bismarck, mandó reorganizar sus defensas fronterizas, así como la estructuración del ejército belga. Finalmente, a pesar de estar situado el país muy cerca del campo de batalla, ambos países respetaron la neutralidad de Leopoldo II. En el año 1879, Leopoldo II rompió las relaciones diplomáticas con el Vaticano por la retirada de las autoridades católicas de los centros de enseñanza, circunstancia que produjo dentro del país serias manifestaciones y revueltas por parte del partido católico-radical. En el año 1876 Leopoldo II impulsó la creación de su mayor obra política-económica: la Asociación internacional africana, sociedad de carácter privado cuyo objetivo era el de promover el desarrollo en el África Central, todo ello dentro del más puro estilo imperialista imperante en la época. Realmente, lo que desde un principio pretendió Leopoldo II fue la explotación masiva de la región del Congo. En el año 1879 fundó la Asociación Internacional del Congo, de signo marcadamente comercial, desde la que financió una expedición al río Congo, que duró hasta el año 1884, dirigida por el explorador británico Sir Henry Morton Stanley. Leopoldo II, hábil financiero y mejor diplomático, consiguió que el Congreso de Berlín, celebrado en el año 1884, le reconociera como soberano del estado independiente del Congo, que pasó a denominarse Congo Belga, desde el año 1908 (actual República Democrática del Congo, también llamada Zaire desde 1971 hasta 1997). Leopoldo II actuó, desde un principio, como el único propietario del nuevo estado, dedicándose a su explotación sistemática a cambio de garantizar el libre comercio y la libre explotación a compañías europeas, a las que estuvo asociado financieramente, reservándose para su propia compañía los lucrativos monopolios del caucho y del marfil, así como la mayor parte del tráfico comercial. Debido a lo inhumano de la explotación, con los indígenas trabajando prácticamente en calidad de esclavos, hecho corroborado por una Comisión Internacional de Investigación, llevada a cabo entre los años 1904-05, el parlamento belga, dominado en esa época por los socialistas, le obligó a que cediera El Congo a la nación belga, acto que se llevó a cabo el 20 de agosto del año 1908, tras recibir el rey una sustanciosa compensación económica.

De su matrimonio con María Enriqueta tuvo cuatro hijos: la princesa Luisa, que se casó en el año 1875 con el príncipe Felipe de Sajonia-Coburgo; Leopoldo, destinado a reinar, pero que murió en el año 1869; la princesa Estefanía, casada en el año 1881 con el príncipe Rodolfo, heredero de la Corona austro-húngara; y la princesa Clementina, casada en el año 1910 con el príncipe Víctor Napoleón. Al morir Leopoldo II sin descendencia directa masculina, le sucedió en el trono su sobrino Alberto I.

Bibliografía

• COLORADO CASTELLARY, A.: Imperialismo y colonialismo. Madrid, 1991.

• LUYKX, Th.: La Belgique. Bruselas, 1972.

• MARTÍNEZ CARRERAS, J. V.: África subsahariana: 1885-1990. Madrid, 1993.

• ----- Introducción a la Historia Contemporánea. Madrid, 1989.

• MOMMSEN, W. J.: La época del Imperialismo: Europa 1885-1918. Madrid, 1980.

• PALMER, R. y COLTON, J.: Historia contemporánea. Madrid, 1971.

CHG

Autor

• Herraiz.