León XII, Papa (1760-1829).
El nombre en el mundo de este papa fue Aníbal Della Genga, y había nacido en el castillo de este nombre cerca de Espoleto en 1760. Fue nuncio de Pío VI en la corte de Luis XVI, pero el estallido de la Revolución Francesa le obligó a abandonar el país, y el resto de su nunciatura lo pasó en Augsburgo y en Viena.
Después de la muerte de Pío VI, y de la elección de Pío VII, marchó a Roma con la intención de ofrecer sus servicios al nuevo Papa, y fue enviado de nuevo como nuncio a la Dieta de Ratisbona para negociar un concordato que no consiguió. Cuando Pío VII murió en 1823, Aníbal fue elegido Papa y ocupó el solio pontificio.
En su pontificado se distinguió por su amor a los pobres, su entusiasmo por los estudios -que le llevó a fomentar la instrucción pública-, por la enegía empleada en la lucha contra los bandoleros que infestaban los Estados Pontificios, y por el celo en preservar la pureza de la fe y de las costumbres. También se esforzó por mejorar las relaciones de la Iglesia con los diferentes Estados, aunque tuvo algunas dificultades con España, a consecuencia de la separación de las colonias americanas, cuyos abispados no podían quedar vacantes por razones de orden puramente político. Murió en 1828, y dejó tras de sí una estela de celebridad y virtud. Su sucesor fue Pío VIII.
