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HistoriaPolíticaBiografía

Kreisky, Bruno (1911-1990).

Político austríaco, nacido en Viena el 22 de enero de 1911, y fallecido en su ciudad natal el 29 de julio de 1990. Líder del Partido Social Demócrata y canciller de Austria entre 1970 y 1983, fue uno de los políticos austríacos más influyente de la segunda mitad del siglo XX.

Nació en el seno de una familia judía de la burguesía acomodada. Cursó estudios de derecho en la Universidad de Viena. En 1926 se afilió al Partido Socialdemócrata Austríaco (SPÖ). Ocho años después, el régimen filonazi del canciller Engelbert Dollfuss puso a los socialdemócratas fuera de la legalidad. Kreisky continuó sin embargo su actividad política, fundando junto otros correligionarios el grupo Juventudes Socialistas Revolucionarias. Acusado de alta traición, fue encarcelado durante dos años. Sus estudios quedaron interrumpidos por su encarcelamiento, pero finalmente consiguió doctorarse en 1938. Ese mismo año, al decretar Adolf Hitler la anexión (Anschluss) de Austria, Kreisky sufrió la persecución de la Gestapo a causa de su militancia política y de sus orígenes judíos. Sólo en el último momento consiguió escapar, a diferencia de veinte de sus familiares, internados en campos de concentración. Huyó a Suecia, donde se dedicó al periodismo y a los negocios y trabó amistad con Willy Brandt, otro de los grandes líderes de la socialdemocracia europea del período de la posguerra mundial. Durante sus años en el exilio se convirtió en un ferviente defensor de la neutralidad de Austria. Permaneció en Suecia hasta que, con el fin de la Segunda Guerra Mundial, pudo regresar a su país en 1945.

Un año después fue nombrado embajador en Estocolmo, donde permaneció cuatro años. De vuelta en Viena, en 1950 comenzó verdaderamente su carrera política. En 1951 fue nombrado subsecretario del gabinete personal del presidente Theodor Koerner. Dos años después fue designado subsecretario del departamento de asuntos exteriores, participando en las negociaciones que concluyeron con la devolución de la soberanía a Austria por parte de los aliados y con la adopción por el gobierno austríaco de una postura de "neutralidad activa". En 1956 obtuvo un escaño en el parlamento, que ocuparía hasta su retirada definitiva en 1983. Tres años después fue elegido jefe de su grupo parlamentario y obtuvo la titularidad de la cartera de asuntos exteriores, que desempeñó durante una década. En 1967 fue elegido presidente del SPÖ, resultando vencedor en las elecciones generales de 1970. Kreisky se convirtió así en el primer gobernante judío de un país de lengua alemana. En los comicios del año siguiente su partido obtuvo la mayoría absoluta.

Su gestión se caracterizó, en política interior, por las medidas de secularización del Estado y de la sociedad austríaca. Fomentó la mejora de la enseñanza superior y desarrolló un programa de reformas encaminado a liberalizar la sociedad y a elevar el bienestar mediante la extensión de las prestaciones sociales. Pero sus principales esfuerzos se centraron en las reformas económicas, destinadas a modernizar la industria, reducir el paro y promover el desarrollo financiero, y que convirtieron a Austria en uno de los países proporcionalmente más ricos de Europa. Los éxitos económicos de su gobierno hicieron posible el refrendo de la mayoría absoluta de los socialdemócratas en las elecciones de 1975 y 1979.

En cuanto a su política exterior, ésta se caracterizó por la asunción del principio de "neutralidad activa", que Kreisky fomentó desde sus puestos en el gobierno y como vicepresidente de la Internacional Socialista entre 1976 y 1989. Sus objetivos prioritarios fueron el mantenimiento de relaciones amistosas con Checoslovaquia y Yugoslavia -países vecinos de Austria pertenecientes a la órbita soviética-, la promoción de la distensión entre el bloque comunista y el bloque occidental en el contexto de la Guerra Fría, la creación lazos de colaboración entre los países no alineados y el fomento de la paz en Oriente Próximo. A pesar de su origen judío, su agnosticismo le llevó a no comprometerse con Israel, tratando de mantener un papel de mediador en el conflicto árabe-israelí. Sin embargo, su defensa de la inclusión en las conversaciones de paz de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y las duras críticas que dirigió contra el Estado israelí, le granjearon la oposición de la comunidad judía internacional. Ésta le acusaba, asimismo, de tolerar y favorecer a los antiguos nazis, desde que, en su primer gobierno, designara a cuatro ministros con pasado nazi conocido. Las acusaciones dirigidas contra él en este sentido se agravaron cuando, en 1975, se defendió a sí mismo y a algunos miembros del Partido Liberal contra la acusaciones del líder hebreo Simon Wiesenthal respecto a su pertenencia a las SS durante la guerra. Su tolerancia hacia los políticos con antecedentes nazis se explica, en parte, por su pretensión de integrarlos en una sociedad democrática reconciliada, y, en parte, por intereses de partido. En 1983 renunció a la cancillería.

Autor

  • Victoria Horrillo Ledesma