Jenney, William Le Baron (1832- 1907).
Arquitecto e ingeniero estadounidense, nacido en 1832 en Faihaven, Massachusetts, y muerto en 1907 en Los Ángeles. Es, junto con Paxton, Eiffel, Contamin y Hennebique, uno de los ingenieros más importantes del siglo XIX, y se le puede considerar, si no el inventor del rascacielos, sí el que perfeccionó el uso del acero en las estructuras de este tipo de edificios.
Su formación como arquitecto e ingeniero la recibió primero en L´Ecole Polytechnique de París y luego, tras el regreso a su país, en el ejército, donde fue Mayor de Cuerpo de Ingenieros militares durante la Guerra de Secesión. Al finalizar la guerra se instaló en Chicago en 1868, donde, tras el famoso incendio, participó en la creación, con otros arquitectos, de la primera generación de la llamada Escuela de Chicago. En su estudio se formó la segunda y más importante hornada de esta escuela: D. H. Burnham, J.W. Root, W.G. Holabird, y el más significativo, Louis H. Sullivan.
La estructura de esqueleto de acero que perfeccionó Jenney y que aplicó por primera vez en el año 1879 en el Leiter Building, permitía aumentar la altura del edificio sin tener que colocar grandes pilares en los pisos bajos, hacer una estructura de pilares de hierro colado y forjados de vigas de acero a prueba de incendios y dejar las plantas exentas de tabiques, así como las fachadas libres de cargas estructurales que permiten abrir grandes ventanales con el sistema denominado muro-cortina.
El primer edificio construido con esqueleto portante totalmente metálico es el Home Insurance Building (Chicago 1885), cuyos principios constructivos fueron perfeccionados en el Leiter Building, de 1889, y el Fair Building, donde las fachadas aparecen completamente liberadas de cargas y con un cerramiento de pantallas ancladas a la estructura metálica. Un año más tarde realizó el Manhatan Building que alcanzó la sorprendente altura, para su tiempo, de dieciséis plantas. Todos estos edificios muestran en sus fachadas una ornamentación ecléctica típica de su época basada en los ordenes clásicos, eso sí, sin seguir sus proporciones ni intentar crear un estilo propio, aunque estas decoraciones apenas se advierten en la composición de la fachada, donde predomina el ritmo uniforme de los huecos. Véase Escuela de Chicago.