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HistoriaBiografía

Infantes de la Cerda (s. XIII).

Nombre con el que se conoce a los hermanos Alfonso y Fernando, hijos de don Fernando, primogénito de Alfonso X el Sabio.

Alfonso X, el Sabio. Biblioteca Nacional. Madrid.

Don Fernando de La Cerda era hijo primogénito del rey Alfonso X el Sabio y estaba llamado a suceder a su padre en el trono castellano. Había contraído matrimonio con doña Blanca, hija del monarca francés San Luis IX, con la que tuvo dos hijos: Alfonso y Fernando, conocidos como los Infantes de La Cerda. El problema llegó a raíz de la partida del rey castellano hacia Italia para defender sus derechos a la corona imperial. En ese momento, Fernando de La Cerda fue nombrado regente del reino de Castilla, pero falleció en 1275, en Villa Real ( la actual Ciudad Real). Su hijo don Alfonso de La Cerda, nieto de Alfonso X y de San Luis de Francia, pretendió la corona de Castilla inmediatamente después del fallecimiento del regente, pero las cortes castellanas, pese a las leyes de Alfonso X, reconocieron los derechos de su tío, el Infante Sancho, hijo segundo de Alfonso X y que reinaría con el título de Sancho IV (1284-1295).

Pedro III, el Grande, rey de Aragón.

La lucha de los Infantes de La Cerda se vio favorecida, en un principio, por el apoyo de Francia y por Aragón. El monarca aragonés Pedro III los acogió en su corte, tomándolos como rehenes en la guerra que mantenía contra el rey de Castilla. Alfonso de La Cerda pudo liberarse del encierro aragonés y, con ayuda de Diego López de Haro, fue nombrado rey en Jaca (1288) sin que tal hecho mejorase su situación respecto de Castilla. Tras esta pequeña muestra de apoyo, al menos de un importante linaje castellano, Alfonso solicitó la ayuda de Francia y también del nuevo monarca aragonés, Jaime II, sin que pudiera encontrar decisivos apoyos a sus pretensiones. Desde 1302 se instaló en Francia desde donde fue obligado a aceptar la denominada sentencia arbitral de Tarazona (1304), por la que se reconocía a Fernando IV como rey castellano. A la muerte de éste en el año 1312, volvió a reivindicar sus derechos a la corona, pero nadie prestó atención a una de las causas más olvidadas de la Edad Media castellana. Por fin, cansado de las respuestas silenciosas a sus pretensiones, en 1331 regresó a Castilla, prestando juramento de fidelidad al rey Alfonso XI.

Bibliografía

  • MARTÍN, José Luis- La península en la Edad Media. Madrid, Ed. Teide, 1994.

Autor

  • Óscar Perea Rodríguez