Hoyningen-Huene, George (1900-1968).
Fotógrafo alemán aunque nacido en San Petersburgo (Rusia) en 1900 y fallecido en Los Ángeles (Estados Unidos) en 1968.
A la edad de veinte años, Hoyningen-Huene se instaló en París, donde inició una carrera fulminante en el mundo de la moda en general, y de la fotografía de moda en particular. Tanto es así que se le puede considerar como uno de los mejores fotógrafos que el mundo de la moda de entre la década de los veinte y los treinta del siglo XX ha conocido.
Instalado en la capital gala en 1920, practicó toda clase de “pequeños” oficios y actuó como extra cinematográfico al tiempo que estudiaba pintura. Fue en estos años cuando se vinculó al mundo de la escena artística parisina contactando con figuras de renombre como Kiki de Montparnasse o Jean Renoir. Hábil y talentoso, pronto se hizo hueco como diseñador de prestigio publicando sus trabajos en las más reconocidas revistas de moda del momento: Harper’s Bazaar y Fairchild’s Magazin para, en 1925, ser contratado por Vogue. Fue en esta época cuando estrechó lazos con la fotografía, trabajando como asistente en el taller del fotógrafo norteamericano Arthur O'Neill. Un año después inició su actividad como fotógrafo habitual para Vogue.
En esta publicación trabajó como colaborar habitual entre 1926 y 1935, con unas imágenes impecables, de gran belleza y exquisita composición. Muchos de sus trabajos de esa época reflejan dos de sus preocupaciones artísticas: el surrealismo y la antigüedad clásica, lo que se manifiesta en unos encuadres refinados y unas poses elegantes, muy al gusto griego; en una iluminación dosificada y muy natural; y en el recurso a la utilización de efectos surrealistas.
En 1935 marchó a Nueva York para colaborar en la prestigiosa publicación americana Harper’s Bazaar con la que trabajaría en exclusividad, al tiempo que publicó, a partir de 1943, los álbumes titulados “Hellas” y “Egipto”. Tres años más tarde se instaló en Hollywood donde, además de su inmensa actividad como fotógrafo de moda, desarrolló la técnica del retrato, consiguiendo un gran prestigio como retratista de estrellas del celuloide. En este sentido cabe citar el retrato que realizó de Greta Garbo (en 1951) en el que la misteriosa actriz abandona su halo divino para transformarse en una sencilla mujer, eso sí, increíblemente bella. También en Hollywood se acercó al mundo del cine, desarrollando actividades de productor, fundamentalmente de cortometrajes.
MMMM
