Hofer, Karl (1878-1955).

Pintor y litógrafo alemán, nacido en Karlsruhe en 1878 y muerto en Berlín en 1955; estrechamente ligado al movimiento expresionista.

Durante su infancia creció en un orfelinato que abandonó para ingresar en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal. Para costearse su formación, simultaneó sus estudios con el trabajo en una librería. En la Academia fue alumno de Hans Thoma, cuyos paisajes, junto con las obras de Arnold Böcklin, supusieron sus primeras influencias.

Completados sus estudios, inició una serie de viajes que le llevaron en primer lugar a Roma, donde permaneció de 1905 a 1908; allí se estableció en el estudio del escultor Hermann Haller. Sus creaciones de este período se ve influenciada por su estudio de Hans von Marées, lo que se tradujo en obras compuestas por grandes figuras de desnudos que, con una estudiada composición, se integran en nebulosos paisajes en los que demuestra sutiles matices cromáticos.

Entre los años 1908 y 1913 simultaneó su estancia en París con dos viajes a la India (en 1909 y 1911). Si de estos viajes surgió la inspiración para sus características figuras, el estudio de la obra de Cezanne dio solidez a su concepción compositiva.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, fue detenido e internado en un campo de concentración, experiencia que le marcó y supo reflejar en su obra.

Finalizada la contienda, se trasladó a Suiza desde donde partió en 1919 hacia Berlín; allí impartió clases en la Hochschule für bildende künste (Instituto de Artes Pictóricas) desde 1920 hasta 1923, año en que fue nombrado miembro de la Academia de Prusia. Sus obras pertenecientes a este período, reflejan sus experiencias de la contienda, lo que se traduce en lienzos poblados por máscaras, esqueletos y seres fantásticos tratados con una paleta austera.

Con la ascensión al poder en 1933 del partido nazi en Alemania, fue incluido en la lista de artistas “degenerados” con lo cual fue despedido de su puesto en la Academia al año siguiente. Mas de trescientas de sus obras fueron retiradas de colecciones privadas y algunas de ellas fueron expuestas en la muestra “arte degenerado” (Entarstete kunst) que se realizó con el fin de ridiculizar el arte de vanguardia, diametralmente opuesto al arte oficial. Durante los bombardeos aliados fue destruido su taller así como buena parte de la obra perteneciente a este período.

Tras recibir el primer premio del Carnegie Institute (Pittsburg) en 1938, y finalizada la Segunda Guerra Mundial, Hofer se trasladó a Berlín, donde en 1945 se hizo cargo de la dirección de la Hochschule für Bildende Künste (Escuela de Bellas Artes). Compaginó sus actividades en la dirección de la escuela con su producción pictórica en la que refleja sus experiencias en ambas contiendas. Su obra es imagen de la amargura y pesimismo que caracterizaron este período histórico.

Frente a su obra más hiriente, sus Escenas de carnaval, pobladas de seres fantasmagóricos y tratadas con una paleta austera, llama poderosamente la atención en su producción sus series de Figuras. Estas no participan de la característica intensidad expresionista, sino que fueron tratadas con una subjetividad respetuosa con la figura, se busca en ellas efectos de nostalgia y melancolía mediante el empleo de diseños claros, e insertadas en espacios ambiguos y limitados que acentúan la sensación de irrealidad.

Hofer fue un artista que huyó de ser relacionado con el movimiento Expresionista alemán, si bien es cierto que se relacionó con la Nueva Asociación de Artistas (Neue Künstlervereinigung), grupo fundado en 1909 por Kandinsky y von Jawlensky entre otros, y que llegó a presentar obra en la exposición inicial que celebró el grupo en diciembre de ese año en la Moderne Galerie Tannhäuser, de Munich. A pesar de ello, su tendencia hacia una figuración de corte más clásico, hace que su extensa obra, que comprende además de pintura, obra gráfica y dibujo, se desmarque de la tendencia expresionista alemana y quede aislada del panorama pictórico alemán de entre guerras.

OBRA

En sus obras pertenecientes al periodo romano se advierte una sensibilidad clásica en el dibujo, además de estar influidas por el atento estudio de la obra de Hans von Marées. Entre 1803 y 1808, obras como sus Muchachas en la playa o Muchachas en la ventana, perfilan su posterior repertorio de figuras pensativas y tono intimista. Una muestra de ello es su obra La pareja (1925. colección privada, Fulda, Alemania), pieza representativa de esa concepción personal del Expresionismo, del cual rechazó todo lo que tiene éste de vigor e ímpetu. Frente al exceso pasional de sus contemporáneos, Hofer opone su visión serena y personal, que debe más al lirismo de Böklin que a los episodios expresionistas nórdicos que tanto influyeron a sus coetáneos; aunque sí están más relacionada con éstos, sus escenas de carnaval, que tienen su precedente más cercano en Ensor.

En cuanto a sus trabajos como dibujante y litógrafo, Hofer adaptó su estilo a las características de estas técnicas, aunque también su obra se despega de la practicada por su contemporáneos de Die Brüke o de Der Blaue Reiter e insiste en el tema de las figuras como en sus Bailarinas y Bañistas (litografías, The University of Michigan Museum of Art).

Bibliografía

• Karl Hofer. (catálogo, Staarliche Galerie Moritzburg; Halle, 1978).

• WOHLERT, K.B. Ouvrekatalog Karl Hofer. (Berlín, 1992).

• Carl Hofer. (Potsdam, 1948).

• Gedächtnis-Ausstellung für Karl Hofer (Berlín; Staatliche Hochschule für bildende Künste, 1956).

• HOFER, Karl. Aus Leben and Kunst. (Berlín, 1952).

• HOFER, Karl . Das graphische Werk. (ed. Rathenau; Nueva York 1969).

AJMS

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