Hidalgo, Manuel (1865-?).
Poeta, dramaturgo y periodista español, nacido en Sevilla en 1865. Constante animador del panorama cultural hispalense de finales del siglo XIX y comienzos de la siguiente centuria, desplegó una intensa actividad periodística en los rotativos y revistas de su ámbito geo-cultural, en el que también sobresalió en su faceta de dramaturgo. Comenzó, empero, su trayectoria literaria por medio del cultivo de la creación poética, género en el que apenas destacó entre la muchedumbre de poetas menores de su tiempo, adscritos en su mayor parte -como el propio Manuel Hidalgo- a un romanticismo tardío y desfasado, plagado de emulaciones poco felices del quehacer poético de los grandes autores de la segunda y la tercera generación románticas.
Distinta fue, en cambio, su fortuna como autor teatral, campo en el que cosechó el aplauso de la crítica y los espectadores de su tiempo, con singular éxito entre el público andaluz, que se veía bien reflejado en el teatro costumbrista de Manuel Hidalgo. Fueron muchas las obras salidas de su pluma, casi todas ellas pertenecientes al subgénero de la comedia y estrenadas en los escenarios de su Sevilla natal, donde el dramaturgo llegó a ser una figura relevante dentro de la "pléyade" local; entre sus piezas teatrales de más destacadas, conviene recordar aquí las tituladas ¡Ya soy rico! (1884), Un autor por compromiso (1884), La primera nube (1885), Todo lo puede el amor (1887), ¡Socorro! (1890) y Los anarquistas (1895). Como fácilmente se desprende de casi todos estos títulos, la producción teatral de Manuel Hidalgo buscaba, sin más, el guiño complaciente de un público poco acostumbrado a la densidad psicológica del nuevo teatro naturalista que, por los años en que estrenaba el autor hispalense, triunfaba ya en los principales escenarios de Europa; un público deseoso de seguir asistiendo a la representación, en clave de amable comedia costumbrista, de situaciones y relaciones humanas propias de la vida cotidiana. De ahí que hasta algunas de las obras de Manuel Hidalgo que, por su temática, podrían haber abordado conflictos sociales, políticos o morales propios de la sociedad de su tiempo (v.gr., Los anarquistas), no pasen de la mera exposición realista -un poco exagerada, en su afán de lograr el verismo popular- de vivencias y situaciones rutinarias que no esconden, tras la urdimbre argumental, ningún compromiso con los graves problemas del momento.