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PinturaBiografía

Hernández Amores, Germán (1823-1894).

Pintor español; nació en Murcia el 10 de junio de 1823 y murió en la misma ciudad el 16 de mayo de 1894. Inició sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. Para pagarse los estudios, trabajó como ilustrador de libros hasta que, en 1849, la protección del ministro Luis González Bravo (el mismo que protegió a los hermanos Bécquer) le permite trasladarse a París, donde asiste al taller del pintor Gleyre durante un año. Allí asimila el estilo de David e Ingres, tal y como se aprecia en Sócrates reprendiendo a Alcibíades en casa de una cortesana. De regreso a Madrid, obtiene la pensión para la Academia de Roma, en la que permanece cuatro años. Fundamental en su evolución posterior será su contacto durante este período con los pintores alemanes conocidos como el grupo de los Nazarenos, quienes lo alejan del clasicismo de su obra anterior. A su regreso, en 1854, es nombrado profesor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Posteriormente pasa a la Escuela de Artes y Oficios como director. Desde 1858, lo encontramos participando en las Exposiciones Nacionales. Su concurrencia será constante hasta 1892, dos años antes de su muerte. Obtuvo medallas de segunda clase (1858 por Sócrates reprendiendo a Alcibíades en casa de una cortesana y 1860 por Retrato de cuerpo entero de la señorita deña L. G. B. y R.) y de primera (en 1862 por Viaje de la Santísima Virgen y de San Juan a Éfeso después de la muerte del Salvador y consideración de tal en 1864 por El Sepulcro: despedida de la Santísima Virgen del cuerpo muerto de Jesús y 1866 por Susana). 1892 fue también el año en que leyó su discurso de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Los dos últimos años de su vida los pasó en su ciudad natal.

Cultivó el género histórico y el religioso, en los que extendió su interés al campo dela Antiguo Testamento y la mitología clásica en obras como el citado Susana y varios títulos de carácter clasicizante como El Alma, según la tradición pagana, Pompeyana después del baño u Ofrenda a Pericles. Con todo, el campo religioso tuvo también en Hernández Amores un cultivador al modo tradicional, tal y como lo prueba el Calvario con el que contribuyó a la restauración de la iglesia madrileña de San Francisco el Grande, en cuya capilla del Sepulcro se encuentra. La pintura histórica tuvo en él una extensión hacia la pintura de temas literarios, tan del gusto del Romanticismo. A esta faceta responden Fausto y Margarita en el jardín, Mefistófeles y Margarita en el templo, Hamlet y Ofelia o Julieta y Romeo. También destacó en el género retratístico, de entre los que destacan, junto con el citado de la exposición de 1860, los de Luisa González Bravo o la Señora de Barzallana.

Autor

  • G.F.S.E.