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CineBiografía

Hayworth, Rita (1918-1987).

Rita Hayworth en Gilda.

Actriz estadounidense, cuyo verdadero nombre era Margarita Carmen Cansino, nacida en Brooklyn (Nueva York) el 17 de octubre de 1918, y fallecido en la misma ciudad el 14 de mayo de 1987.

Vida.

Bailarina profesional desde los 12 años, formaba parte del grupo familiar “The Dancing Cansino’s” , dirigido por su padre, un reputado bailarín español emigrado a los EE.UU., donde se había casado con la actriz Volga Haworth. Fue descubierta por un cazatalentos de la Fox en 1935, haciendo su debut en Hollywood ese mismo año. Durante poco más de dos años y once películas realizó papeles secundarios, pero no acabó de cuajar. Y así, cuando la Fox se fusionó con la Twentieth Century, su contrato fue rescindido. La carrera de Rita parecía, con sólo 19 años, a punto de naufragar, pero apareció en su vida un poderoso promotor, Edward Judson, que fue su primer marido (le sacaba 25 años). Éste consiguió que Harry Cohn, magnate de la Columbia, le hiciese un contrato por 7 años. Craso error había cometido la Fox no renovándole el contrato; la Columbia había encontrado a la que sería su más rentable estrella durante los años cuarenta y principio de los 50.

Allí, Rita fue ya, por fin, Rita Hayworth. Se cambió el nombre utilizando el apellido materno Haworth, al que por eufonía se le añadió entre medias la “y”. Bajo la tutela de Judson, se sometió a una dieta para perfilar su figura, a un tratamiento capilar para elevar unos centímetros el nacimiento del pelo de su frente, además de teñirlo de rojo; así, su cara, anteriormente más gruesa y velluda, se transformó en un rostro de una fina hermosura. El resultado fue el nacimiento de la más popular belleza pelirroja de los años cuarenta. Una belleza que traspasó las fronteras norteamericanas. El cartel de Gilda se convirtió en un símbolo allí donde llegó. En un símbolo prohibido en muchos casos, erótico, sublime. Cuando un filme de época quería reflejar los años cuarenta, acudía, en la mayoría de los casos, al cartel de Gilda pegado en las calles.

Transcurrieron otros dos años y trece películas más hasta que llega Sólo los ángeles tienen alas (1939), una magnífica y emotiva cinta de Howard Hawks, donde Rita interpretó, ya, un importante papel. Simboliza el pasado amoroso de Cary Grant, quien se debate entre ésta, alta, guapa, pasional y todavía enamorada de Grant, y Jean Arthur, menos alta, menos guapa, menos pasional y tan enamorada como la Hayworth. Pero el filme va mucho más allá de simples elecciones amorosas: hombres y mujeres, aislados en una base de comunicaciones en Sudamérica, plenos de ideales, que luchan contra los elementos y contra ellos mismos en uno de los mejores filmes de Hawks.

A partir de aquí, en la década siguiente, se convirtió en una de las mayores estrellas de Hollywood, una actriz de talento natural y una de las más queridas y deseadas chicas “Pin-Up” de los soldados norteamericanos durante la Segunda Guerra Mundial. Empezó a trabajar con magníficos directores, como George Cukor (Susan and God, 1940), Raoul Walsh (La Pelirroja, 1941, junto a James Cagney y Olivia de Havilland), Rouben Mamoulian (la mítica Sangre y arena,1941, junto a Tyrone Power) o el prestigioso realizador francés Julien Duvivier (Seis destinos, 1942).

Intervino, todavía en papeles secundarios, en los musicales Desde aquel beso (1941), de Sidney Landfield, Bailando nace el amor (1942), de William A. Seiter, y, el más prestigioso de todos, Las modelos (1944), de Charles Vidor. En este bonito filme, con una agradable banda sonora a cargo de Ira Levin y Jerome Kern, unos maravillosos solos a cargo de Gene Kelly, Rita Hayworth fue doblada en las canciones (por Nan Wynn), algo que se repitió en el futuro.

Y ese futuro no fue otro que Gilda (1946), de Charles Vidor. Rita es, de nuevo, el turbio y poco agradable pasado de Johnny Farrell (Glenn Ford), la mano derecha de su recién adquirido esposo, Ballin Mundson (George Macready). La amistad entre los dos hombres se rompe por la presencia de Gilda, porque ella todavía está enamorada de Johnny y, aunque no fuera así, porque es el cometido de una femme fatale, demasiado vulnerable, abofeteada por el Glenn Ford aún enamorado de ella. “Put the blame on mame”, “Amado mío” y el guante más largo y sensual de la historia del cine, hicieron el resto.

Gilda es, más que una película, un icono, un dogma erótico para muchas generaciones cinéfilas. Los cineastas españoles, por ejemplo, han rendido cerrada pleitesía a Rita/Gilda: Francisco Regueiro recreó, en Madregilda, los sueños de muchos niños españoles que sueñan que su madre es Gilda, arremetiendo contra los fantasmas eróticos del franquismo en nombre de esta película y del de su protagonista. Pilar Miró, en Beltenebros, disfrazó a Patsy Kensit de Gilda, le hizo cantar el “Put the Blame on mame” y quitarse el guante.

En 1948, antes de divorciarse de su segundo marido, Orson Welles, rodó a sus órdenes La dama de Shanghai, uno de los más bellos thrillers de la historia: barroco, duro, seductor, fascinante. A través de las aventuras preferidas de los grandes maestros del cine negro, o novela negra, Orson Welles destila los elementos apropiados para crear una tragedia sin par. Pero el filme no se reduce solamente a algunas escenas antológicas, que siempre se han admirado: el acuario, el laberinto de los espejos, la última mirada de la Hayworth, rubia, con el pelo corto, más guapa y seductora que nunca, maravillosa. En definitiva: Orson Welles, a cuenta de los millones del divorcio, ofreció a Rita la oportunidad de aparecer en una auténtica obra maestra.

Tras el divorcio de Orson, se casó con el príncipe Ali-Khan, un playboy internacional, por lo que estuvo apartada un tiempo de las pantallas. Cuando volvió, la mayoría de las películas en las que participó fueron de bastante baja calidad. La dama de trinidad (1952), de Vincent Sherman, Salomé (1953), de William Dieterle, o La bella del pacífico (1953), de Curtis Bernhardt, no hizo sino demostrar que su belleza se apagaba, y el favor del público también. Quizá Pal Joey (1957), de George Sidney, Mesas separadas (1958), de Delbert Mann, y, sobre todo, Llegaron a Cordura (1959), de Robert Rossen, -donde la historia de amor entre Gary Cooper y Rita es lo más valioso de la película- demostraron su maduro talento.

Rita Hayworth murió, a los 68 años, a causa de la enfermedad de Alzheimer; pero Gilda no, su Gilda quedará siempre viva en la historia de varias generaciones de espectadores.

Filmografía.

1926: Don Juan/Fiesta.
1934: Cruz Diablo.
1935: Charlie Chan en Egipto; La nave de Satán; La irlandesita; Amor de gaucho.
1936: Contrabando humano; Meet Nero Wolfe; Rebellion.
1937: The Game that kills; Criminals of the Air; Girls Can Play; Hit the Saddle; Old Louisiana; Paid to Dance; The Shadow; El Héroe de Texas.
1938: Convicted; Juvenile Court; Siempre hay una mujer; Who Killed Gail Preston?.
1939: Special Inspector; Sólo los Ángeles tienen alas; The Lone Wolf Spy Hunt; Homicide Bureau; The Renegade Ranger.
1940: Angels over Broadway; Blondie on a Budget; The Lady in Question; Music in My Heart; Susan and God.
1941: Affectionately Yours; Sangre y arena; La pelirroja; Desde aquel beso.
1942: Mi chica favorita; Seis destinos; Bailando nace el amor.
1944: Las modelos.
1945: Esta noche y todas las noches.
1946: Gilda.
1947: La diosa de la danza.
1948: La dama de Shanghai; Los amores de Carmen.
1952: La dama de Trinidad.
1953: Salomé; La bella del Pacífico.
1957: Fuego escondido; Pal Joey.
1958: Mesas separadas.
1959: Llegaron a Cordura; Sangre en primera página.
1962: El último chantaje.
1964: El fabuloso mundo del circo.
1966: La trampa del dinero; Las flores del diablo.
1967: El aventurero.
1969: I Bastardi.
1970: The Naked Zoo.
1971: Sur la Route de Salina.
1972: La ira de Dios.
1976: Circle.

Documentales:
1951: Champagne safari.

Producciones con secuencias de sus filmes o grabaciones de época:
1988: Going Hollywood: The War Years

Trabajos para televisión:
1964: The Odyssey of Rita Hayworth; The 1964 Oscarsat.
1969: Fist tuesday.
1971: Laugh-In; The Carol Burnett Show; The Merv Griffin Show.

J. C. Paredes.

Autor

  • jcp