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LiteraturaBiografía

Hamsun, Knut Pedersen (1859-1952).

Poeta y narrador noruego, nacido en Lom (Gudbrandsdal) en 1859 y fallecido en Nørhlom en 1952. Autor de una singular producción narrativa que parte de referentes autobiográficos y de la exaltación romántica de los dominios del espíritu para acabar acomodándose en un realismo resignado que añora la vida rural y celebra la difusión de las nuevas corrientes ideológicas totalitarias que recorrieron la Europa de su tiempo. Está considerado como uno de los escritores más representativos de las letras nórdicas de finales del siglo XIX y comienzos de la siguiente centuria. En 1920 fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura, en reconocimiento a los valores literarios de su obra maestra, aparecida tres años antes bajo el título de Bendición de la tierra (1917).

Nacido en el seno de una modesta familia de campesinos, merced a su extraordinaria fuerza de voluntad y a su notable capacidad intelectual, logró salir de ese ámbito rural al que parecía condenado y comenzó muy pronto a cultivar la creación literaria, aunque tardó en hallar el reconocimiento unánime de la crítica y los lectores. Entretanto, subsistió gracias al desempeño de los más variados oficios tanto en su propia nación como en los Estados Unidos de América, país al que se trasladó en 1882 en busca de mejores oportunidades, y en el que residió durante un prolongado período de tiempo. Contaba ya treinta años en el momento de pisar por vez primera suelo norteamericano, y hasta entonces, sólo había llevado en Noruega una vida errante y aventurera que, si bien le había permitido romper con los lazos tradicionales que le ligaban al cultivo de la tierra, tampoco le ha había brindado -en medio de su constante precariedad laboral- grandes oportunidades para el desarrollo de su innata vocación literaria.

En 1884 regresó durante un breve período de tiempo a su país natal, para embarcarse otra vez rumbo a los Estados Unidos y permanecer allí durante otros cuatro años. Durante este tiempo siguió alternando sus variados empleos con la minuciosa observación de las costumbres y las formas de vida americanas, y la reflexión sobre su propia condición de emigrante. Fruto de este ejercicio de análisis y meditación fue su primera gran entrega literaria, titulada Fra det moderne Amerikas Aandsliv (La vida espiritual de la América moderna, 1889), en la que un lúcido y expresivo Knut Hamsun ofreció una crítica irónica y amarga de esa sociedad norteamericana que había conocido y estudiado minuciosamente durante casi un decenio, al tiempo que reflejaba sus impresiones personales sobre el fenómeno de la emigración.

El éxito obtenido por esta entrega novelesca animó al escritor de Lom a seguir cultivando el género narrativo, al que pronto enriqueció con una novela que se convirtió de inmediato en uno de los hitos de la literatura nórdica contemporánea. Se trata de Sult (Hambre, 1890), un duro e inquietante relato centrado en la figura de un periodista que, sujeto a las más duras privaciones, llega al extremo de masticar madera para calmar las sensaciones de hambre y dolor que se agolpan en su estómago vacío. Radiografía extrema de la indigencia, Hambre es también producto de la reconstrucción autobiográfica ensayada por Hamsun en estas primeras entregas de su trayectoria literaria, en la medida en que refleja los sufrimientos físicos y las tribulaciones anímicas que padeció el propio escritor durante sus años de vagabundeo por Noruega y Estados Unidos. Pero lo más curioso es que Hamsun no interpreta la injusticia social que sufren los más necesitados como una llamada a la rebelión de éstos contra esa sociedad que los arrincona y priva de los derechos más elementales; antes bien, rechaza las interpretaciones positivistas de la época (que, en lo que a la literatura se refiere, le habrían brindado la posibilidad de reflejar y criticar la sociedad desde una estética realista o naturalista) y se embarca en una misteriosa exaltación de los ámbitos anímicos y oníricos en los que, desde un poético subjetivismo tan ciego como exaltado, presenta al ser humano convertido en una especie de fortaleza individualista contra la que se estrellan una y otra vez los ataques furiosos del destino o de las fuerzas de la naturaleza.

Durante aquellos años finales del siglo XIX y los primeros compases del XX, los postulados estéticos, temáticos e ideológicos propuestos por Hamsun en Hambre no sólo habrían de marcar sus siguientes entregas literarias, sino también, el quehacer narrativo de casi todos los escritores noruegos coetáneos, que aceptaron esta exaltación poética del misterio defendida por el autor de Lom y dieron lugar así, a toda una corriente característica de las letras nacionales, frente a los derroteros que seguía la prosa de ficción en otros lugares de Europa y América. Por su parte, Knut Pedersen Hamsun dio a la imprenta un nuevo relato que, bajo el elocuente título de Misterios (1892), se encargó de reafirmar esta anchurosa vereda abierta por Hambre, ahora a través de la peripecia de un hombre solitario en cuya minuciosa caracterización psicológica cobraron un especial protagonismo las ideas de Nietzsche. Y, dos años después, vio la luz una novela amorosa titulada Pan (1894), en la que el vagabundeo vuelve a convertirse en una inexcusable referencia autobiográfica que permite al autor ofrecer una exaltación romántica de la naturaleza misteriosa del Norte de Europa. Sirviéndose de una prosa orientada en todo momento hacia la consecución de acusados efectos líricos, Hamsun relata aquí la trágica y desventurada peripecia amorosa del teniente Glahn, envuelta siempre por ese encanto brumoso y esotérico que proporciona la ambientación en los espacios naturales nórdicos (en particular, en los bosques y lagos de Noruega).

Tras la publicación de otras obras menores como Victoria (1898) y Kratskog (El bosque encantado, 1903), Knut Pedersen Hamsun dio a la imprenta un interesante volumen de versos que, aparecido bajo el título de El coro salvaje (1904), venía a subrayar dos de las constantes temáticas más reiteradas en su obra narrativa: el sentimiento amoroso y la exaltación de la naturaleza. Aquel mismo año sacó también una nueva entrega novelesca, Fanáticos (1904), que imprimió un giro radical a su producción literaria, inclinada a partir de ahora hacia la minuciosa descripción de las costumbres sencillas y el espíritu simple, ingenuo y bondadoso de los aldeanos noruegos, con especial predilección por los arquetipos procedentes de las clases sociales más humildes (pescadores, campesinos, funcionarios de la escala laboral más baja, etc.). Era patente que Hamsun había alcanzado una plena madurez literaria que, paralela a su definitivo asentamiento social y a su mayor sosiego espiritual (al inicio del nuevo siglo, contaba ya más de cuarenta años de edad), le impulsaba a una cierta resignación en la que sus polémicas ensoñaciones de juventud daban paso a un amable realismo enriquecido por el humor y la ternura. En esta línea estética e ideológica se suceden otras entregas narrativas del escritor de Lom, como En vandrer spiller med sordin (Un vagabundo toca con sordina, 1909), Den siste glaede (La última alegría, 1912), Bøm av tiden (Hijos de los tiempos, 1913) y, sobre todo, su obra maestra, Markens grøde (La bendición de la tierra, 1917), que habrían de granjearle el mayor reconocimiento literario de su tiempo. En esta espléndida narración, Hamsun dirige su interés por las gentes sencillas hacia los últimos representantes de esa cultura campesina que en Noruega (como en el resto del mundo occidental) está ya en trance de desaparecer, ahora desde una, cuando menos curiosa, añoranza de ese ámbito rural del que había renegado en su juventud.

Tras la obtención del Premio Nobel, el escritor noruego decidió afrontar un nuevo reto literario que habría de permitirle medir sus fuerzas ante la llegada inexorable de su ya inminente vejez. Así, se enfrascó en la redacción de una complicada trilogía protagonizada por un ambicioso personaje que, en su condición de aventurero y oportunista, recuerda mucho al Peer Gynt de Ibsen. Los tres títulos que conforman este proyecto monumental de Hamsun -Vagabundos (1927), Augusto (1930) y El juego de la vida (1933)- revelan la firmeza del pulso narrativo que aún conservaba el ya anciano escritor, si bien no alcanzan las cotas de calidad e intensidad a las que se habían remontado otras obras suyas como Hambre y Bendición de la tierra.

Por aquellos primeros años de la década de los treinta, Knut Hamsun había comenzado a mostrar también un claro entusiasmo por las formas autoritarias de gobierno que se estaban implantando en algunos lugares de Europa, y no tuvo inconveniente en declararse partidario acérrimo del nazismo alemán, posición que mantuvo durante toda la II Guerra Mundial y, de forma muy señalada, durante el régimen colaboracionista del dictador Vidkun Quisling, mantenido en el poder noruego por el propio Hitler. El apoyo de Hamsun al gobierno títere de Quisling fue tan señalado que, al término de la contienda, el escritor fue detenido y juzgado bajo la acusación de alta traición. Sin embargo, en consideración a su avanzada edad, no corrió la misma suerte que el presidente de dicho gobierno colaboracionista (que murió fusilado el 24 de octubre de 1945, en la fortaleza de Akershug, en Oslo), pero fue privado de todos sus bienes y recluido en un sanatorio mental (1945-1948). En un intento desesperado de lavar su honor y justificar su injustificable colaboración con el régimen fascista de Quisling y -lo que es peor- con las fuerzas militares que habían ocupado su nación, un Hamsun ya nonagenario dio a la imprenta una nueva obra titulada Paa giengrodde stier (Por los senderos en que la hierba crece, 1949). Este texto, si bien no aportó ninguna nota de valor a su trayectoria literaria, vino a demostrar que el autor de Lom nunca había llegado a perder la razón, y que su internamiento forzoso en una clínica psiquiátrica respondía más a la piedad que habían mostrado hacia él los tribunales que a un deterioro de su salud mental.

En castellano, pueden leerse algunas de sus obras en Knut Hamsun, 1920 (Barcelona: Editorial Planeta, 1993) y en los tres volúmenes titulados Hamsun: Obras completas (Barcelona: Plaza & Janés, 1960-1971).

Autor

  • J. R. Fernández de Cano.