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Gregoire, Enrique (1750-1831).

Político francés conocido vulgarmente con el nombre de el abate Gregoire. Nació en 1750 y murió en 1831. Era cura de Embermenil, en Lorena, y se había dado a conocer ya por algunos escritos en favor de la tolerancia y de la libertad cuando fue enviado en 1789 a los Estados Generales para representar al clero de Lorena. Fue uno de los primeros que provocaron la reunión de los tres órdenes. Prestó el juramento en el Juego de Pelota y presidió la sesión del 14 de julio de 1789 en la que los diputados se declararon en sesión permanente mientras el pueblo tomaba la Bastilla. Votó en la Asamblea Constituyente por la abolición de todos los privilegios y fue el primero en prestar juramento a la constitución civil del clero. Poco después, fue elegido obispo de Blois. Enviado a la Convención en 1792, propuso, desde la primera sesión, la abolición de la monarquía y la creación de una república. Pidió al mismo tiempo la supresión de la pena de muerte, pero no logró su deseo. Enviado con una misión a Chambery, no asistió al proceso de Luis XVI. Tras su regreso a la Convención, fue nombrado miembro de la Junta de Instrucción Pública e hizo restituir a los judíos sus derechos civiles y políticos, a la vez que alzó un decreto aboliendo la esclavitud de los negros en 1794. Tras la desaparición de la Convención, entró en el Consejo de los Quinientos y formó después parte del Cuerpo Legislativo.

Fue elegido senador en 1801 y perteneció al escaso número de ellos que no temieron oponerse a la omnipotencia de Napoleón, siendo uno de los primeros que propusieron su caída. En 1819 fue elegido diputado por el departamento del Isère, pero el partido realista intrigó hasta conseguir que fuera excluido como indigno. Pasó el resto de su vida retirado y entregado al estudio. Cuando llegó la hora de su muerte, el arzobispo de París, monseñor de Quelen, no permitió que se le administrasen los sacramentos porque no quiso retractarse del juramento que había prestado a la constitución civil del clero. Además, el prelado se negó a dar sepultura a su cuerpo, lo que produjo en París una agitación extraordinaria. Su féretro fue conducido a brazo y acompañado al cementerio por más de veinte mil personas de todas clases. Dejó muchos escritos de importancia, como son: Historia de los confesores de los emperadores, de los reyes y de otros príncipes; Historia del matrimonio de los sacerdotes en Francia; De la influencia del cristianismo en la condición de las mujeres; De las penas infamantes aplicadas a los negreros; De la literatura de los negros; Historia de las sectas religiosas...

Autor

  • TOÑI