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PeriodismoLiteraturaBiografía

González, José Luis [escritor puertorriqueño] (1926-1997).

Narrador y ensayista puertorriqueño, nacido en Santo Domingo (República Dominicana) el 8 de marzo de 1926 y fallecido en México en 1997. Marxista militante, partidario activo de la independencia de Puerto Rico, es autor de una riquísima producción narrativa en la que refleja con sencillez, profundidad y crudeza los problemas de las clases menos favorecidas de su país. Además, en su condición de estudioso de las Letras antillanas ha dejado un lúcido y fecundo legado ensayístico que le convierte en uno de los más influyentes intelectuales hispanoamericanos del siglo XX. A partir de 1955 adoptó la ciudadanía mejicana.

Vida.

En sus orígenes se fundieron diferentes ramas centroamericanas y universales que le convirtieron, desde el mismo instante de su nacimiento, en un ciudadano del mundo. Su padre, de nacionalidad puertorriqueña, descendía de una familia de agricultores españoles oriundos de las Islas Canarias y asentadas en Camuy (en la costa norte de Puerto Rico). Su madre era una ciudadana dominicana cuyos ascendientes, por línea materna, llegaban hasta los judíos sefardíes. La primera infancia de José Luis González transcurrió en la República Dominicana, hasta que la llegada al poder del dictador Leónidas Trujillo (1930) obligó a toda la familia a trasladarse a la nación paterna.

Toda su educación primaria y secundaria se desarrolló, pues, en Puerto Rico, en cuya universidad el joven José Luis González obtuvo el título de licenciado (posteriormente, las circunstancias políticas que rodearon su vida le permitieron obtener en México el doctorado en Filosofía y Letras). Al tiempo que realizaba estos estudios, dio rienda suelta a su innata vocación literaria, manifiesta primero en un precoz volumen de narraciones breves que, por su energía y frescura, causó una grata impresión en el panorama cultural puertorriqueño. Se trata de En la sombra (San Juan: Imprenta de Venezuela, 1943), obra a la que pronto se sumaron otras dos interesantes recopilaciones de relatos de idéntica valía: Cinco cuentos de sangre (San Juan: Imprenta de Venezuela, 1945), libro premiado por el Instituto de Literatura Puertorriqueña, y El hombre de la calle (Santurce [Puerto Rico]: Imprenta Soltero, 1948). En su conjunto, estas tres obras constituyeron un hito sin precedentes en la renovación de la narrativa antillana contemporánea.

A finales de los años cuarenta, el joven escritor se trasladó a los Estados Unidos de América para fijar su residencia en Nueva York y ampliar allí sus estudios. Fue entonces cuando recibió el influjo directo de los principales narradores norteamericanos de mediados del siglo XX (Ernest Hemingway, William Faulkner, John Steinbeck), autores que, junto a otros grandes maestros de la literatura europea contemporánea (como el checo Franz Kafka y el francés Jean Paul Sartre), marcaron decisivamente la producción primeriza no sólo de José Luis González, sino de todos los novelistas y cuentistas de su generación (como René Marqués, Pedro Juan Soto y Emilio Díaz Valcárcel).

El precoz -pero merecido- reconocimiento literario que recayó sobre la figura de José Luis González pronto se vio perjudicado por su valiente postura política. En efecto, desde 1943 se había convertido en uno de los primeros intelectuales puertorriqueños que hacía profesión pública de su ideología marxista, declaración en la que apenas se veía respaldado por algún que otro escritor, como César Andreu Iglesias. Esta audaz proclamación de sus ideas habría de condenarle, poco después, a un largo período de exilio en el que, como primera consecuencia cultural, se acentuó su obsesión literaria por los espacios y tiempos fragmentarios, rotos por continuos desplazamientos; además, a raíz del abandono de Puerto Rico surgió en su obra una constante preocupación temática que venía a caracterizar la idiosincrasia de sus compatriotas a través de un rasgo común a -por lo menos- un tercio de la población puertorriqueña del siglo XX: la experiencia de la salida forzosa de la isla.

Su período de exilio se inició en 1950, cuando José Luis González -entonces militante del Partido Comunista- se desplazó hasta Checoslovaquia para tomar parte en un congreso marxista en calidad de delegado estudiantil. Durante su ausencia se desató una ola de represión política que pretendía aplastar por la fuerza la insurrección nacionalista emergente, circunstancia que obligó al joven escritor a permanecer durante tres años en Europa. Su situación política empeoró considerablemente a raíz de 1953, cuando, con la creación del Estado Libre Asociado, la injerencia norteamericana introdujo en la isla antillana la saña del macartismo y su feroz persecución de cuanto guardase alguna relación con la ideología comunista.

Marchó, pues, el escritor a México, donde habría de redactar y publicar la mayor parte de su obra (lo que motivó que, durante muchos años, los escritos de José Luis González no se difundieran entre los lectores puertorriqueños). Se produjo así un fenómeno verdaderamente singular en la historia literaria del pequeño país antillano, en el que se recordaban con admiración unos relatos deslumbrantes que habían supuesto una nueva forma de concebir la narración moderna, pero, al mismo tiempo, se ignoraba cualquier información acerca de su autor (a quien las autoridades de Inmigración, dependientes de la administración estadounidense, negaron el regreso a la isla durante más de veinte años).

México le otorgó la carta de ciudadanía en 1955, y en el país azteca nuevamente sentó plaza de intelectual hondo y comprometido. Se ganó la vida como editor y, sobre todo, como traductor de obras relacionadas con la política (como las biografías de Stalin y Trotski), la historia de la filosofía y la crítica literaria. Cada vez más asentado en su nuevo país, supo aprovechar las oportunidades que se le ofrecían para ensanchar sus horizontes intelectuales, y acabó impartiendo lecciones de literatura, en calidad de catedrático, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde había obtenido el doctorado con una tesis sobre Literatura y sociedad en Puerto Rico. De los cronistas de Indias a la generación del 98 (publicada en 1976).

En la década de los años setenta pudo, finalmente, regresar a Puerto Rico, donde se vio obligado a comenzar su carrera literaria prácticamente desde cero, ya que las nuevas corrientes estéticas e ideológicas habían alejado su obra de las jóvenes generaciones de escritores antillanos. Sin embargo, pronto logró que se le reconociera como uno de los creadores de la narrativa breve contemporánea, sobre todo gracias a sus obras El hombre de la calle (1948) y En este lado (1954), en las que era bien patente el modelo de prosa que había desarrollado José Luis González: historias sucintas, con atención primordial a los núcleos básicos de la narración y escasos alardes descriptivos (siempre sujetos -cuando los hay- a las circunstancias del hecho narrado). En cuanto a los temas, puso en boga la preocupación por el boricua desesperado en el clima hostil de Nueva York (que acaba por empujarle a la marginación); el dolor del obrero en su desigual lucha con las clases dominantes; la tristeza miserable de los hogares sumidos en la pobreza; la lucha resistente del proletariado frente a la voracidad ciega del capitalismo; y, entre otras líneas argumentales similares, el desamparo y la discriminación que recaen sobre los emigrantes antillanos.

Estas constantes formales y temáticas (sobre todo, las relativas a la emigración) habían quedado plasmadas en otra de las obras mayores de José Luis González, la novela corta Paisa (México: Fondo de Cultura Popular, 1950), una narración realista de fondo socio-político. También se recordaban los relatos que el escritor puertorriqueño había publicado en la prestigiosa revista literaria Asomante, y el papel destacado que le otorgara su compañero de generación René Marqués en su muestra antológica titulada Cuentos puertorriqueños de hoy (1959). Pero su gran retorno a las Letras boricuas vino de la mano de Mambrú se fue a la guerra (México: Ed. Joaquín Mortiz, 1972), una recopilación de novelas cortas que suponía su regreso a la ficción novelesca después de un largo silencio narrativo.

Un año después, José Luis González publicó dos antologías de sus relatos, tituladas En Nueva York y otras desgracias (México: Siglo XXI, 1973) y Cuento de cuentos y once más (1973). Pero este retorno al campo de la creación no le distrajo de sus preocupaciones críticas, como quedó bien patente en 1976, año en el que, además de su ya mencionada tesis doctoral, dio a la imprenta otro interesante estudio literario, titulado Poesía negra de América (México: Ediciones Era, 1976). Alternando, así, estudios con invenciones, al cabo de dos años volvió a los anaqueles de las librerías con la novela Balada de otro tiempo (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1978), una obra sumamente ambiciosa que salió a la calle ilustrada con los grabados de Antonio Martorell, y por medio de la cual José Luis González intentó recuperar -desde una perspectiva crítica- los símbolos, los personajes y el lenguaje de la narrativa puertorriqueña de los años treinta. Con Balada de otro tiempo González obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia.

Con estas publicaciones volvió a situarse entre los intelectuales más influyentes de su nación, a la que analizó en su nueva realidad cultural y social de los años setenta a través del brillante ensayo titulado El país de cuatro pisos y otros ensayos (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1980), donde completó un primer análisis que había dejado esbozado, dos años antes, en el libro Conversación con José Luis González (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1976), escrito en colaboración con Arcadio Díaz Quiñones.

También a comienzos de los años ochenta salió de los tórculos La llegada (Río Piedras: Ediciones Huracán, 1980), una "crónica con ficción" -según reza su subtítulo- en la que José Luis González aunó su interés de investigador literario (centrado, aquí, en la evolución de la crónica como género) con su constante preocupación por la historia de Puerto Rico (enfocada ahora hacia el período de finales del siglo XIX y la "llegada" de los norteamericanos). El propio autor declaró, en un libro posterior (Antología personal, de 1990), que La Llegada era la obra de la que se sentía más satisfecho.

En los últimos años de su vida, José Luis González publicó un nuevo volumen de cuentos, Las caricias del tigre (México: Ed. Joaquín Mortiz, 1984), al que siguieron otras obras de muy diversos géneros, como el ensayo Nueva visita al cuarto piso (Santurce [Puerto Rico]: Flamboyán, 1986); la biografía La luna no era de queso: memorias de infancia (Río Piedras, Ed. Cultural, 1988); la recién mencionada Antología personal (Río Piedras: Ed. de la Universidad de Puerto Rico, 1990); y la recopilación definitiva de todas sus narraciones breves, publicada bajo el epígrafe de Todos los cuentos (México: UNAM, 1992). Algunos de los títulos de sus cuentos más conocidos son: "Historia con irlandeses", "Historia de vecinos", "¿Qué se hicieron los aztecas?", "En el fondo del caño hay un negrito", "La carta", "Santa Claus visita a Pichirilo Sánchez", "El oído de Dios" y "Una caja de plomo que no se podía abrir".

En su condición de periodista, José Luis González fue corresponsal de prensa en Praga, Berlín, París y Varsovia. Y como profesor, impartió clases en las universidades de Toulouse (Francia), Guanajuato (México), Río Piedras (Puerto Rico) y, finalmente, en el Colegio Cayey y -como ya se ha indicado en parágrafos anteriores- en la Universidad Nacional Autónoma de México, país en el que falleció en 1997.

Bibliografía.

  • DÍAZ QUIÑONES, A.: "González, José Luis", en MEDINA, José Ramón (dir.): Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina. DELAL, vol. II, Caracas: Biblioteca Ayacucho & Monte Ávila Editores Latinoamericana, 1995, pp. 2003-07.

  • ---: "Sobre Balada de otro tiempo", en Sin Nombre, San Juan de Puerto Rico, 1978, IX, núm. 2, pp. 92-95.

  • MELÉNDEZ, C.: El arte del cuento en Puerto Rico, Nueva York: Las Américas, 1961.

  • RIVERA ÁLVAREZ, J.: Diccionario de literatura puertorriqueña, San Juan de Puerto Rico: Instituto de Cultura, 1979.

  • ---: Literatura puertorriqueña. Su proceso en el tiempo, Madrid: Partenón, 1983.

  • RUSCALLEDAS BERCEDÓNIZ, I. M. (ed.): Textos de / sobre José Luis González, Xalapa [México]: Centro de Investigaciones Lingüístico-Literarias de la Universidad Veracruzana, Instituto de Investigaciones Humanísticas, 1979.

J. R. Fernández de Cano.

Autor

  • JR