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HistoriaPolíticaBiografía

Gherardesca, Ugolino della (ca. 1205-1289).

Aristócrata y político italiano, nacido en Pisa hacia 1205 y fallecido en su ciudad natal en marzo de 1289. Muy comprometido con la política del Reino de Cerdeña, recibió el poder en Pisa en 1284, mostrándose durante sus cinco años de gobierno como un dictador, hasta que en 1289 una revolución lo depuso y fue condenado a muerte.

Perteneciente a la rama Della Gherardesca de los condes de Donoratico, Ugolino fue hijo de Güelfo di Ottone y de Uguccionella di Uguccionello di Uguccione degli Upezzinghi. La primera noticia que se tiene de él es del año 1252, tomando parte en la política del Reino de Cerdeña.
Su presencia en Cerdeña tuvo repercusión no sólo en sus vivencias personales, sino también en las directrices políticas que tomaría más tarde en la política pisana. En 1238 casó a su primogénito, Güelfo, con una hija del rey Enzo. Ésto le permitió actuar en la isla. En 1258 obtuvo una posición relevante en el Iudicato de Cagliari, uno de los cuatro iudicati en que se dividía la isla, gobernados por dinastías de iudices, heredero de los antiguos arcontes bizantinos; comenzó a titularse Dominus sexte partis regni Kallaretani.

En 1259 murió Adalasia, titular del Iudicato de Torres y se entabló la lucha de las familias Spinola, Doria y la Comuna de Pisa por una parte, y el conde Ugolino de Donoratico por otra, que defendía los derechos de su sobrino Enzo a la sucesión, apoyándose en su descendencia del rey Enzo. Aunque no se conocen bien los pormenores de las luchas, se sabe que en verano de 1267 Ugolino della Gherardesca había invadido el Iudicato de Torres. Pero cuando murió el rey Enzo (1272), habiendo reconocido los derechos de su sobrino sobre Torres, Ugolino tuvo que enfrentarse entonces a la Comuna pisana, cuya ambición de gobernar el Reino de Cerdeña siempre había sido manifiesta. En 1274 Ugolino regresó a Pisa y a petición del capitano da popolo renunció en favor de la Comuna de Pisa a sus bienes y derechos en Cerdeña. Pero en 1275 abandonó la ciudad y buscó entonces un apoyo contra natura: el de los Visconti, a los que los condes de Donoratico llevaban años enfrentándose por los asuntos sardos. Por los mismos motivos que los Donoratico, los Visconti habían sufrido el acoso de la Comuna pisana, pero ellos habían buscado ayuda entre los güelfos de la Toscana para enfrentarse a Pisa.

La suerte de las armas no fue favorable a la Comuna pisana: se sabe por ejemplo que los hijos de Ugolino, Güelfo y Lotto, en junio de 1275 derrotaron a las tropas pisanas en Bolgheri. En junio de 1276 Pisa se vio obligada a firmar una paz con condiciones muy desfavorables: se permitiría el regreso de todos los exiliados, empezando por los Della Gherardesca y los Visconti y se devolvieron a Ugolino todos sus bienes, en especial aquellos de Cerdeña, anulando así el contrato estipulado el año precedente.

En agosto de 1282 se reanudó la guerra entre Pisa y Génova. Dos años después los pisanos dieron plenos poderes para la conducción de la guerra a Ugolino della Gherardesca y Andreotti Saraceno Caldera. El conde de Donoratico participó en la batalla de Meloria (6 de agosto de 1284), en la que cayó prisionero su hijo Lotto y que supuso la expulsión de Cerdeña de los pisanos. La noticia de una crónica tardía acusa a Ugolino della Gherardesca de haber abandonado el primero la batalla con doce galeras, causando así el desconcierto entre los propios pisanos. En octubre de 1284 se formó una nueva liga contra Pisa, en la que se integraron Génova, Florencia y Lucca. Ante una situación tan grave, los pisanos nombraron podestá a Ugolino el 13 de octubre de 1284, cargo que le fue confirmado por diez años, siendo considerado por los güelfos la persona idónea para resolver la situación. Y estaban en lo cierto. Sus primeros pasos como podestá fueron destinados a aflojar la presión sobre Pisa. En los primeros meses de 1285, después de una tentativa fracasada de firmar la paz por separado con los genoveses, Della Gherardesca trató de obtener, mediante la cesión de los castillos de Viareggio y Ripafratta, una tregua de parte de Lucca. Además, no se sabe bajo qué términos, el conde de Donoratico pudo llegar a un acuerdo con la facción güelfa de Florencia, de tal manera que cuando en junio de 1285 los genoveses atacaron Pisa por mar, esperando los ataques terrestres de Lucca y Florencia, los lucanos sólo ocuparon unas pocas fortalezas de escasa importancia estratégica, mientras que los florentinos ni acudieron; al contrario, alentaron a Siena para que enviase algunos caballeros a la defensa de Pisa y al poco tiempo el papa Honorio IV prohibió, bajo pena de interdicto, cualquier tipo de hostilidad contra la ciudad. Lucca y Florencia abandonaron entonces la liga, dejando que Génova continuase en solitario la guerra en Cerdeña.

En 1286 Ugolino della Gherardesca asoció al poder a su sobrino, Ugolino Visconti, (llamado Nino y citado por Dante en Purgatorio, VIII). Bajo su gobierno colegiado Pisa vivió una reacción aristocrática, después de dos décadas gobierno popular. Esto se deduce de la legislación de las corporaciones, que muestra en la época una tendencia a disminuir la importancia política de las siete artes mayores y de las tres órdenes, sobre las que descansaba la organización política y económica de la burguesía más acomodada, el popolo grasso. Además, mientras el pueblo era partidario de alcanzar la paz con Génova y los prisioneros pisanos en Génova trataron de pactar la paz por su cuenta con la Comuna genovesa, Ugolino se mostró contrario a ello, aduciendo que la paz perjudicaría los intereses pisanos en Cerdeña. En realidad el que seguía teniendo intereses en Cerdeña era él mismo: durante aquellos años Ugolino mantuvo una querella ampliamente documentada con el iudex de Gallura; y su hijo Güelfo continuaba su gobierno sobre Cagliari. Lejos de buscar el entendimiento con Génova, el conde pisano, junto con los Visconti, instigó a los corsarios sardos contra los genoveses.

El descontento creció hasta su límite cuando Della Gherardesca acaparó el grano de la República, circunstancia que fue aprovechada por los Ubaldini para prender un levantamiento popular con el objetivo de derrocar a Ugolino y Nino. Cuando estalló la violencia el 30 de junio de 1288 Nino abandonó prudentemente Génova; Ugolino permaneció ajeno a los acontecimientos y el 1 de julio entró en Pisa, esperando permanecer como señor único de la ciudad. En ese momento el arzobispo Ruggieri degli Ubaldini lanzó a sus secuaces contra el conde de Donorático y sus familiares; muchos murieron durante la escaramuza que se produjo en la plaza de los Anciani y las vías circundantes. Finalmente Ugolino fue capturado junto con sus hijos Gherardo y Uguccione y varios de sus sobrinos. Todos fueron encerrados en la torre Gualandi, llamada después "del Hambre" (Infierno, XXXIII). Según la costumbre pisana se les permitió comprar su rescate, negociación en la que fueron extorsionados por el arzobispo Ubaldini. Después de todo, el dinero conseguido por los familiares fue insuficiente y en marzo de 1289 los prisioneros fueron condenados a morir de hambre, negándoseles la asistencia religiosa. Las puertas de la torre fueron abiertas el 18 de marzo de 1289, cuando ya no se escuchaba dentro ningún gemido. El cuerpo de Ugolino, como el de los que con él murieron, fue sepultado en la iglesia de San Francesco.

Ugolino della Gherardesca tuvo dos esposas: la primera, Ildebrandesca, de la cual no se sabe casi nada; la segunda fue hija del conde Rainieri da Panico. Tuvo cinco hijos, dos de los cuales murieron con él y cuatro hijas.

El conde Ugolino, a pesar de ser una importante figura de la política italiana del siglo XIII, debe en gran parte su notoriedad al hecho de haber sido el protagonista que Dante asignó a uno de los episodios del Inferno. En el estudio que De Santis hizo del canto destacó como elemento poético del episodio el tema de la paternidad ofendida por haber incluido a los hijos en la condena del padre; sin embargo, la atención de gran parte del público y de la crítica se dirige casi siempre hacia el tema de la antropofagia: Dante encuentra al conde Ugolino en el infierno, devorando el cráneo de su enemigo, el arzobispo Ruggieri y después sus hijos le dicen que coma sus propias carnes, ya que a él se las deben. Sin embargo la hipótesis de la antropofagia parece poco probable, además de que es Dante el único que hace mención del asunto (el canibalismo no aparece mencionada en ninguna otra fuente de la época), el propio texto de Infierno XXXIII indica que la muerte se produjo por hambre en cuatro días, un periodo demasiado corto en el caso de que hubiese existido la antropofagia.

Bibliografía

  • TANGHERONI, M. Politica, commercio, agricoltura a Pisa nel Trecento. Pisa, 1973.

  • TOLAINI, E. Forma Pisarum. Storia urbanistica della città de Pisa. Pisa, 1979.

  • TOSCANELLI, N. I conti di Donoratico Della Gherardesca, signori di Pisa. Pisa, 1937.

  • ROSSI, SABATINI, G. Pisa al tempo dei Donoratico (1316-1347). Florencia, 1938.

JMMT

Autor

  • Juan Miguel Moraleda Tejero