Gélimer, Rey de los vándalos (s. VI).
Último rey vándalo de África del norte (530-534). Usurpó el trono a Hilderico, aliado de los bizantinos, al que derrotó en el año 530, negándose a entregarlo a Bizancio, tal como pedía el emperador Justiniano I.
Este hecho motivó la intervención directa del emperador en los asuntos internos del debilitado reino vándalo, circunstancia largamente anhelada por éste. En el año 533, Gélimer no pudo evitar el desembarco de tropas bizantinas al mando del mejor general imperial, Belisario, quien venció a los vándalos de Gélimer en las batallas de Ad Decimum y Tricamarum, apoderándose seguidamente de la capital vándala, Cartago, en el año 534; este hecho puso fin a la presencia vándala en el norte de África, que había durado justamente 104 años. Gélimer se refugió entre las tribus mauritanas para acabar entregándose a Belisario bajo la promesa de que se respetase su vida y la de toda su familia. El rey destronado fue conducido a Constantinopla, donde figuró en el carro triunfal de Belisario. Poco después, Justiniano I le otorgó el título de patricio y un rico dominio en la Galecia, región en donde transcurrió el resto de su vida hasta morir en una fecha y lugar todavía no determinados.
